Preludio al desastre

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No me importa que sea insistente, es parte de lo que debe hacer un buen líder si quiere a alguien con talento a su lado, lo que me molesta es que no entiende que no es el momento ni el lugar para hacerlo. Es obvio que la amenace y que mi estado de humor da como señal que no quiero hablar con nadie, pero ¿acaso esta niña inmadura entiende que debe dejarme mi espacio y mi tiempo? Claro que no. Es apresurada y mandona cuando no debe, además, se deja llevar por sentimiento frágiles y cambiantes que pueden cambiar de un momento a otro y ponerte en la línea de peligro. Lo peor es que ella eso no lo ve porque la habilidad de su novio de Control del Mal no le permite acercarse o conocer la cruda realidad ya que él maneja todo para que los planes de ella salgan bien y siempre vea lo bueno. De hecho, en este momento siento la tensión en los cuerpos de los hombres que la acompañan, pues se dan cuenta de que no es buena idea que ella siga insistiendo, pero no pueden detenerla porque sus propias habilidades se convierten en sus grilletes.

—¿Grilletes? —Susurro viendo al lobo y al zorro, tensos y asustados sin poder decirle que no a la chica en cuestión.

Ni siquiera mis hermanos y hermana han podido detenerla porque algo en ella no se los permite. Así que activo mi Ojo de la Soberbia para ver su virtud más sobresaliente, llevándome la sorpresa de que ella tiene Gobernante del Futuro y Líder Nato; ambas habilidades son de grado divino porque son dadas por gracia de Solel y Lunaria, una bendición tan envidiable que se dice que solo la heroína fue la primera en recibirla y nadie la ha recibido hasta ahora. Sin embargo, a pesar de que estas virtudes le permiten gobernar sobre su gente y sobre aquellos que se intimiden ante su presencia, puedo decir que soy la única que no se inmuta ante ella y que ha podido rechazarla. Esto solo me dice tengo un cierto grado resistencia a ella, o por haber usado su cetro y sentir su poder ya no me afecta. Sea cual sea el efecto, creo que puedo molestarla lo suficiente para que sus mascotas no se entrometan y al mismo tiempo descargaría mi furia contra la responsable.

—Lo siento, Suin, Meli. Sé que querían evitar alguna locura. —Digo sonriendo a ambos, y antes de que puedan reaccionar, chasqueo los dedos y los sujeto con mis sombras para que no interfieran con lo que tengo planeado —. Princesa Genevive, —llamo la atención de la chica de plateado cabello ganando una mirada de temor por parte de ella —, ya que insiste tanto en una explicación por mi negativa a su propuesta, se la daré. Sin embargo, creo que necesito cierta libertad para explicar todo a detalle.

—¿A qué te refieres? —Pregunta precavida, apretando el agarre en el cetro que no había visto antes en su mano.

—A que hay cosas que se pueden considerar un insulto, y teniendo en cuenta la tan elevada posición social que tiene, no quiero arriesgar mi cuello y el de mi familia por decir algo que no es apropiado a sus delicados oídos.

Obviamente la acabo de insultar. Pero eso es lo que quiero. Provocarla un poco para que sienta un pequeño grado de la ira que tengo en este momento y se deje llevar por ese sentimiento un momento, porque si no lo hace, estoy segura de que no resistirá.

—Jurat, esta es una orden de tu siguiente gobernante: sin importar lo que suceda, no interfieras. —Ordena con buena voz, enojada por mis palabras y sin quitarme la vista de encima, pero con firmeza.

—Como usted ordene, princesa. —Responde su guardián con preocupación y conecta su mirada con el lobo en una conversación muda.

—Waldred, tampoco interfieras. —Pide con mando, tensando más al lobo Alfa, pero no le queda más remedio que ceder —Puedes hablar con total libertad.

—Gracias. —Sonrío satisfecha clavando mi roja mirada en sus azules ojos —. Ahora respóndame esto, ¿la tierra que estamos pisando es parte de su reino?

—No. —Responde extrañada, pero parece que siente el peligro de lo que planeo porque inmediatamente salta a un lado para evitar mis tentáculos de sombra —. ¿Por qué me atacas?

—Porque estoy molesta con su presencia. —Respondo acercándome a ella con pasos suaves que cancelan el Terreno puro que mi hermano había hecho para mantenerme calmada —. Pero es algo más que eso —. Sin poder prevenir mi siguiente ataque que viene desde el suelo debajo de ella, logro sacarla de la casa para evitar destrozos que puedan costarme mucho dinero. Afortunadamente, ella logra defenderse muy bien y termina con pocos daños a su persona —. Bien, empezaré diciendo que eres muy mal gobernante. —Mis palabras parecen haberle afectado de alguna manera, pues un rastro de dolor cruza por su mirada —. ¿Qué te hace pensar que algo de lo que tú me ofrezcas me hará ir a la tierra que expulsó a mi padre? ¿En serio pensaste que soy buena persona porque te salve la vida y porque mantengo el pueblo a salvo? Si es así, eres estúpidamente ingenua y eso llevará tu reino a la ruina. —Acumulo en mi puño un poco de poder de luz y cargo contra ella en un impulso para golpear su abdomen, y aunque ella se defiende muy bien del daño exterior, su boca expulsa sangre por el daño interior de su cuerpo —. Nunca me ibas a convencer sino eras capaz de atraerme con un cebo lo suficientemente impresionante. —Susurro en su oído y ella salta para hacer espacio entre las dos —. Pero eso no fue lo peor de todo, ¿qué clase de persona desacredita su propio título? Porque así sea un título de fantasía, la sola mención tiene un peso que juega con la mente de las personas. Sin embargo, ¿cuál fue el mejor plan de la princesa de segunda? Quitarle peso a su propuesta, desacreditar su propio título, insultarme en mi propia tierra, y para la cereza del pastel de la persona más inepta que pudo pisar mi hogar, provocarme en mi propio territorio donde tengo el mayor control. —Rio de forma sarcástica cuando su mirada refleja miedo, al darse cuenta de que tengo razón —. ¿Ahora que lo menciono es que te das cuenta? En serio te falta mucho para ser digna de tus habilidades de gobernante que te fueron dadas por Solel y Lunaria. —Acumulo a mi alrededor el poder prohibido que tengo por ser heredera de la sangre del Ser de la Destrucción, un aura tan negra y poderosa que no tiene la bendición de las divinidades —. Especialmente porque no puedes ver frente a ti que cada decisión y palabra que digas puede llevar a una guerra o a la paz eterna, —sonrío de manera fría —, por lo que tengo que evitar que lleves este mundo a su ruina destruyéndote por completo. —Tengo la intención de acercarme a ella y terminar por completo con un posible mal futuro que afecte a mi familia, pero no contaba con la intervención del Rey Demonio de la Soberbia.




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