Entré casi corriendo, topándome con la fortuna de que la puerta de la cocina estuviese abierta. Estaba agitado, mi respiración resonaba. Estaba seguro de que, si no me calmaba un poco, Van me descubriría. Y es algo que quisiera evitar.
Trataba arduamente de controlar mi respiración para no ser descubierto por ninguno de los dos. Estaba escondido detrás de una especie de barra cuya vista daba hacia la sala/comedor de la casa.
Camino lentamente a la puerta de la cocina y la abro. Algo me dice que es mejor que deje las cosas como las encontré. Será de ayuda.
Regreso y comienzo a buscar algo de entre los cajones de la cocina. Un cuchillo sería más que suficiente para poder acabar con ella, aunque, no sé si sabe defenderse. Debo de suponer que lo sabe.
Después de todo, los de su tipo son gente que siempre está preparada para defender sus planes hasta la muerte. Lo odio. Odio profundamente ese tipo de personas.
Antes de que entrase al trabajo donde estoy ahora, era un fan de las historias de conspiraciones y parecidos, y como todo buen fan, quería vivir en carne propia alguna de las historias que leía o crear una nueva solo para mí. Si algo quisiera era ser parte del lado conspirador, pero, parece que justo cuando mi sueño se hizo realidad, me tocó ser parte del grupo que lo combate.
Es algo emocionante.
Seguí avanzando por la cocina hasta llegar a la estufa. Este modelo de estufa funcionaba en parte por la electricidad y el gas natural que aún se seguía extrayendo, o eso se hacía creer a las personas, ya que, en realidad, este estaba siendo producido a gran escala con bajos precios, y era vendido por una suma considerablemente alta a las personas, las cuales no distinguían uno del otro. Un engaño maestro.
Al continuar por el lugar, me di cuenta de que esta gente, al igual que yo, usa la tecnología antigua, solo que ligeramente mejorada. Es complicado conseguir las más nuevas, ya que, las llamadas doce familias, siempre han monopolizado todo para ellos.
Tal vez, después de acabar con Van, deba ir a causar estragos a la Center World Tower en el otro continente. Será divertido acabar con alguno de esos doce.
Volví a concentrarme en lo que estaba haciendo.
Avancé un poco más por la cocina y llegué a una especie de mueble.
Parece que es verdad lo de que todas las casas en este sector son exactamente iguales. La razón de esto es simple, el ahorro de recursos. Las doce familias que actualmente controlan al mundo nunca han mirado hacia abajo. No se preocupan por nosotros en lo más mínimo.
Parece que solo nos necesitan para hacerse cada vez más ricos, mientras nosotros no podemos hacer nada de nada. Así de injusta es la vida.
Mientras tanteaba los cajones y buscaba mi objetivo, me pareció escuchar unos pasos en el piso superior. Eran tan débiles que deberían de ser de un niño o de alguien que estaba tratando de no hacer ruido.
Sabían que había alguien aquí, ellos nos habían descubierto, eso está completamente seguro.
No sabía si la culpa de esto era de Van o del chico que lo acompaña, creo que Ryan es su nombre. Yo no he hecho ningún ruido, así que no pude haber sido yo.
Esto se está poniendo emocionante.
Rápidamente abrí un cajón aleatorio y metí la mano. Tenía que tocar los objetos dentro de esta, así que debería tener cuidado, pero, cuando escuché los pasos acercarse, cada vez más fuerte, hizo que simplemente metiera la mano.
Estaba emocionado por lo que estaba sucediendo a mi alrededor. Esto era parte de lo que alguna vez soñé. Estar metido en alguna disputa por el bien de la humanidad, y ser el héroe al final.
Estaba tan perdido en lo que pensaba que no sentí un borde afilado rozando mi mano. Cuando volví, me percaté que de mi mano algo estaba fluyendo. Me había cortado. Idiota.
Pero, viendo el lado bueno, había encontrado un cuchillo, así que esto sería suficiente por el momento. Estoy listo para acabar con ella.
Tomé rápidamente el cuchillo con el que me había cortado y lo puse en la izquierda, ya que la derecha era la que me había cortado. No era una herida grave, pero era molesta, y si no la trataba, se abriría y sería peor. En este mundo lleno de oscuridad, no habrá manera de arreglar algo así.
Seguí tentando la cocina y me encontré un trozo de tela, lo tomé y lo envolví alrededor de mi mano, serviría por el momento. No quería que la pérdida de sangre me acabara.
Los pasos sonaban a pocos metros de distancia. La entrada a la cocina estaba justamente enfrente de las escaleras, por lo que sería al primero que vean.
Rápidamente, y con la mano palpitando, caminé hacia la entrada de la cocina y cerré la puerta. Aunque dije que no movería las cosas, en este caso es completamente necesario. Ahora, no sería lo primero que vería, y no creo que se fije en detalles pequeños como una puerta.
Me escondí a un costado del marco. Volteé hacia arriba y pude distinguir una sombra por la ventana circular que había cerca de donde estaba. Sabía que alguien venía. Ahora estoy atrapado.
Alisté el cuchillo y lo puse con la punta hacia arriba, listo para atacar a quien entrase por la puerta.
Editado: 28.06.2020