—que hay de nuevo viejo— se acerco Reece tranquilamente con una sonrisa a mi. lo voltee a ver y cuando vio mi cara abrió sus ojos de par en par.
—wow, Ethan que te paso, tienes una mano marcada en el rostro— seguido de esto, bajo su mirada a mi mano y vio el collar de diamantes colgando de ella. relajo su rostro y pude ver una pequeña carcajada que amenazaba con salir de sus labios.
—amigo, esta vez si que la hiciste enojar no— dijo con chiste.
—que te importa— lo mire con fastidio y con la mano que sostenía el collar se lo entregue y le dije—es tuyo haz lo que se te de la gana— puse las manos en los bolsillos de mi pantalón y empecé a caminar al interior del lugar y detrás de mi vino Reece.
—amigo de verdad que pareces masoquista. Laia ya te ha rechazado mas de mil veces absolutamente todo y te a ofendido de diferentes maneras y sigues detrás de ella. inclusive hoy. Le a enojado tanto que hallas entrado a su recamara que mira la marca que te dejo—
—y como mas le iba dar el collar, si solo había acceso a su recamara—
—te dije que era una mala idea y que no le iba ha hacer nada de gracia que te metieras. Básicamente es como si el wason interrumpiera en la guarida de Batman—
—aun así, ella no me reclamo por entrar—
—entonces, porque estas de malgenio y tienes pinta de que pronto vas a llorar—
—yo no lloro—
—no, a menos que Laia te haya dicho algo realmente doloroso… o echo—
—ella me tiene asco—dije tragando un poco de saliva, mientras sentía como mi corazón se le caía una parte.
—oh, vamos solo estaba enojada. lo dijo sin pensar, no te sientas mal por ello—dijo parándose en frente de mi impidiendo que pueda seguir caminando.
—no fue así no entiendes—
—claro que si fue así lo dijo por eno…—
—¡QUE NO FUE ASI!—Reece se quedo sorprendido por mi grito repentino y muchos se nos quedaron viendo.
—QUE NO TIENEN NADA QUE HACER— grite con mucho enfado hacia todos los que nos miraban, y se fueron dispersando poco a poco.
—escucha Reece. la tome del brazo, no quería dejarla, ir no estaba vez—
—pero ella cuando me miro, sus ojos estaban muy llorosos y luego dijo muchas cosas y al final dijo que no la volviera a tocar con mis asquerosas manos y se fue, con tanta indiferencia que comprendí, que no importa cuantos regalos le de o cuanto dinero quiera gastar solo en ella. No lo aceptara porque le doy asco—
—Ethan, a lo mejor ya deberías parar. llevas desde que son unos niños insistiéndole. deberías olvidarla—1
—Lo intento, pero es imposible, he salido con otras chicas para dejarla ir. pero siempre lo que veo es su rostro, quisiera que fuera ella… intente ser indiferente, pero mi cabeza me tortura las 24 horas pensando en ella, incluso cuando duermo lo único que sueño es con ella, de cuando la vi en el orfanato y luego en estos 8 años. desde que llego aquí no puedo sacármela de la cabeza—
—amigo lo siento mucho si que estas jodido—
—si que lo estoy—Reece se acerco para darme un abrazo consolador y no pude evitar derramar una lágrima, al pensar que de verdad me odia y no se como arreglarlo, porque nisiquieea se que hice mal.
Al seguir el rumbo, para llegar a nuestro salón de clases. Reece sintió como algo se caía de su bolsillo y cuando nos dimos cuenta, solo vimos como cada uno de los diamantes del collar estaba esparcido por todo el piso y justo pasaba un grupo de personas que no se fijaron de los diamantes y empezaron a rodar por todas partes hasta que cayeron de bruces y los diamantes salieron disparados cada uno en diferentes direcciones Reece y yo solo nos miramos y dijimos al unísono.
—tenemos que irnos— y seguimos en un paso mas apresurado.
solo espero que lo recién pasado sea de buen augurio.