Bellas estaciones del año
recorriendo cada día de nuestra existencia.
Cuatro sensaciones diferentes,
un trimestre, para deleite de cada una.
Primavera, nacimiento y brote de vida,
origen de las almas.
Paisajes decorados por mano divina,
territorios llenos de vitalidad.
Verano, solsticio de fuerza,
y muchas veces de gran coraje.
Resistiendo con paciencia y fortaleza
mientras moja en experiencia a todos los seres.
Otoño, temporada del renacimiento,
fin de una época y fluido del ciclo de la vida.
Vientos de gloria y ráfagas de aproximación
a un final, a una continuidad.
Invierno, cuando el final del año viejo ha llegado,
cuando el inicio de un nuevo año ha llegado.
La blancura de la nieve se muestra tan pura
como el nacimiento de una nueva época.
Los doce meses han mostrado lealtad,
y un mismo año brilla con gratitud.