Primeras Veces

Capítulo 16

En el supermercado se me ocurrió la idea de ir a buscar un cereal, como los viejos tiempos y cuando volví con el, mi padre me miró sorprendido.

-¿Recuerdas nuestra dinámica? -dijo con una inseguridad que nunca había visto en él.

-Si, ¿qué vas a pedirme esta vez? -puse la caja en el carrito.

-Quiero que me des un abrazo -abrí los ojos sorprendida.

-¿Está seguro que quiere algo tan simple? Mire que tiene la oportunidad de tenerme encerada por mi propia voluntad.

-Si, estoy seguro, entonces ¿Quieres tanto ese cereal? -Miré la caja y luego a mi padre. Tomé el cereal en mis manos y fingí pensarlo mucho.

Me acerqué y le di un abrazo, pero no fue cualquier abrazo sino uno de esos que te devuelven el aliento. Hacía una eternidad que no lo abrazaba y hasta ahora me daba cuenta que, contrario a lo que había creído, si extrañaba estar envuelta en sus brazos.

Casi se me salen las lágrimas pensando en ello.

Entré por tercera vez a la cocina.

Juana estaba sentada desgranando gandules así que me senté en una de las sillas que había en la isla y empecé a desgranarlos con ella.

-Pareces muy inquieta hoy ¿Pasa algo? -sonreí.

-Todo bien, solo no puedo estar sentada mucho rato sin hacer nada y no quiero salir sola.

Ya me estoy llevando demasiaso bien con mi padre y no quiero que volvamos a discutir.

-Que bueno porque no es muy seguro andar por ahí sin compañía y más tú que eres una jovencita.

-¿Qué me puede pasar? La mayoría del tiempo estoy en las tierras de mi padre o en el río que está dentro de su propiedad.

-Aunque sea así no es bueno que andes sola por ahí, hay caminos que no solo conducen a las tierras de tu padre y son muy concurrido, además, ya sabes lo que dicen “mejor prevenir que lamentar”

Echó un grupo de granos de gandules en una hoya que tenía frente a ella y la cáscara en un saco que estaba a sus pies.

Sus palabras me entraron por un oído y salieron por el otro. No tengo miedo a andar sola, lo hacía de pequeña y nunca me ha pasado nada aparte de quedarme dormida en la montañita y volver toda magullada un día que me caí al suelo.

-El sábado le vamos a preparar una sorpresa a mi esposo por su cumpleaños. Estás invitada.

-Gracias, pensé que a Antonio no le gustaban las sorpresas.

Vacíe los granitos de gandules que había en mis manos y tome más para desgranarlo.

-Siguen sin gustarle mucho, pero sé que esta va a amarla.

Estaba muy confiada como si tuviera la mejor sospresa del mundo en mente.

-Tengo una pregunta que hacerte porque, bueno, tú eres amiga de mi hijo y pasas el día con él… -me puse nerviosa inmediatamente y procuré no levantar los ojos de los gandules ¿Qué querría preguntarme?.

-¿Sabes si él tiene una relación con Mari? -Me atraganté con mi propia saliva y empecé a toser.

¿Una relación con Mari? Seguro que no, Anthony ni siquiera la ha nombrado alguna vez y si tuviera algo con alguien más no me besaría ¿O si?.

-¿Perdón? ¿Qué quiere decir? -dije recomponiéndome.

-Pues, tú sabes hija, si son novios -se acercó como a contarme un secreto -Mira hace unos días lo he estado notando diferente, más alegre, risueño y hasta distraído, y ayer que la muchacha fue a verlo a casa me imaginé que tal vez está así por ella.

Lo único que escuché de todo lo que dijo fue ''la muchacha fue a verlo a casa'' y eso fue suficiente para hacerme una idea de lo que podrían hacer cuando nadie los veía y mi estómago se devolvió.

Apreté los puños y casi hago puré algunos granitos de gandules que tenía en la mano.

-La verdad no sé que responderle, puede que si estén juntos o no. Anthony no me ha dicho nada, pero si quiere le puedo preguntar -Las palabras salieron más enojadas de lo que hubiese querido. No podía controlarme.

Dios ¿Qué me sucede?

-Cambié de idea. Voy a dar una vuelta.

No esperé respuesta.

Salí casi corriendo con una opresión en el pecho que casi me impedía respirar.

Claro que Anthony no tenía algo con nadie más, eso es obvio. Por más que lo repetía no podía creerlo y las imágenes que mi mente creaba dolían como si alguien me hubiese dado un puñetazo en pecho dejándome sin aliento.

Bajé al río. Era el único lugar donde sentía que podría relajarme, pero está vez no funcionó.

Salí rápido de el y volví a subir. Cuando iba llegando a mi casa, vi a Anthony en una esquina de la casa y empecé a caminar hacia él. Sólo le podía ver la espalda y a medida que me acercaba me di cuenta de que hablaba con alguien.

-Espero que me hayas entendido, perfectamente muchacho -reconocí la voz de mi padre y continúe cercándome.

-Lo entendí y no se preocupe porque no tengo ningún interés en Cristina- me detuve en el lugar impactada. -Es una buena amiga, nada más.



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En el texto hay: miedo, huir, amor amigos pasado

Editado: 24.01.2024

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