CAPITULO 3
-Emilia Montserrat Morelli, 32 años , cabello cobrizo, piel pálida, aparenta unos 5 años menos, trabajaba como prostituta en bares o calles; nació como la hija única de una pareja adinerada, muy dedicada a ser madre, simpática, pero apartada de las personas, exesposa del señor Marcos Luca, y examante del señor Aurelio Lombardi; tiene dos hijos: su hijo mayor un varón llamado Alfonso Alessandro Luca hijo de su amorío secreto con el señor Lombardi, el cual no posee custodia sobre el joven, fue adoptado por el señor Luca en el proceso de separación conyugal ganando la custodia total del hijo de Emilia, y su segunda hija, una niña que lleva el nombre de Emilia Alfonsina Morelli, idéntica a su madre, el resultado de una noche de prostitución, no hay registros de su nacimiento, se desconoce su paradero desde el día de la desaparición de la señora Morelli- esta información señores que tenemos de la señora Morelli, es prácticamente lo único que tenemos…- Rizzo exponía la información a su equipo, todos atentos a las próximas indicaciones que dará el detective Vítale.
-Bueno como ya sabemos aún no se sabe nada acerca de la niña desaparecida así que Silvestri y Amato buscaran su paradero, consigan toda la información que puedan y encuentran a la niña, serán el grupo de búsqueda, Rizzo pedirá un reporte dentro de 2 semanas, sabemos que encontrar a la niña es la prioridad, ¿de acuerdo? –
- ¡Si Señor! - respondieron al unísono Silvestri y Amato.
- Y si desean más ayuda Mauro y Franco están disponibles, bien, entonces Rizzo y yo trabajaremos con lo de la autopsia-
Todos trabajaban en las tareas asignadas, Rizzo y Vítale fueron al laboratorio para revisar detenidamente el examen realizado a la víctima en la autopsia, pero terminaron desconcertados con lo bien que había hecho su trabajo el asesino de Emilia.
-No hay nada de ADN, dices- Vítale hablaba desconcertado de los resultados de la autopsia
-Detective, ya le expliqué que el cuerpo de la víctima estaba limpio, sin rastros de ADN, lo único significativo era su alto grado de desnutrición, el agujero de bala, y las marcas de golpes antemorte en la cara y espalda.
Desconcertados Vítale y Rizzo se fueron del laboratorio, no tenían pistas de quien podría ser el asesino, pero ya sabían que era cauteloso para no dejar pruebas de ADN en el cuerpo, también que los múltiples golpes fueron hechos con los puños y unos más antiguos con un látigo, el orificio de la bala le traspasaba la cabeza era un tiro limpio, quiere decir que su tirador tenía experiencia en eso, y a falta de la bala no podían saber con exactitud que calibre era.
Habían pasado ya 1 mes desde la muerte de la señorita Morelli, el caso aún no estaba resuelto y a los investigadores se les empezó a dar otros trabajos. A pesar de que el caso “La princesa carmesí” había tenido su popularidad al principio estaba siendo olvidado por qué se trataba más de una prostituta, que de una dama de la alta sociedad, pero para los detectives Vítale y Rizzo no podía quedar así; trabajaron horas extras y terminaron sus casos para poder seguir con el caso de “la princesa carmesí”, incluso pidieron una oficina para poder trabajar aparte, consiguieron una sala pequeña de juntas con un pizarrón una meza redonda mediana y dos sillas para poder sentarse y volver a empezar el caso del que ya la mayor parte de la sociedad se había olvidado.