Tras la conversación que tuve con Marta y Luke, me quedé pensativa en mi habitación, Axlin llegó dos horas después a avisarme que era hora de cenar, después de ello me volví a encerrar en mi cuarto.
Mi mente no deja de darle vuelta al asunto de mis dos mates, también se ha encaprichado en recordar el beso que me he dado con Roberto. Aún no me lo puedo creer ¡Di mi primer beso con el hermano menor de mi mate! Me siento sucia, asqueada.
¿Todo está bien? — Atka se me acerca y me lame la mano.
—Espero que lo esté pronto — susurro mientras paso uno de mis dedos por su cabeza.
¿Es por el beso que te has dado con Roberto? — se sienta mientras mueve su cala de un lado a otro.
—Así es... — me muerdo el labio — no me lo puedo sacar de la mente, se repite una y otra vez.
Me recuesto en mi cama, Atka se acomoda en mi estómago y se me queda mirando atentamente. Alguien golpea la puerta y los dos rodamos nuestros ojos, quitó al cachorro de mi estómago para pasar a dejarlo en la cama recostado. Me levanto y abro la puerta.
—Hola — sonríe con emoción.
Intento devolverle la sonrisa que él me está dando, pero realmente no funciona mucho, ya que se que me ha salido una asquerosa mueca.
— ¿Qué es lo que haces aquí? — me muevo un poco hacia un lado para que él pueda entrar a la habitación.
Entra a la habitación con total confianza, cierro la puerta y me apoyo de espalda en ella mientras me cruzo de brazos mientras lo miro fijamente a los ojos, él se tira en mi cama mientras sonríe.
—Solo te he venido a ver — nuevamente me sonríe ampliamente.
— ¿Si? — levantó una de mis cejas mientras sonrió de medio lado.
Rhys se levanta de mi cama, camina rápidamente en mi dirección y sin que me dé tiempo de poder reaccionar a nada él me tiene acorralada en la puerta de la habitación. Sus ojos están fijos en los míos, lo cual causa que me sienta un poco nerviosa. Su mirada pasa de ellos a mi boca y eso hace un par de veces.
Sé que lo puedo apartar de mí, pero la verdad es que no lo quiero hacer, no quiero separarme de él, de echo... lo quiero tener más cerca de lo que se encuentra en estos momentos.
—Tu enserio me vuelves loco... — deja su cabeza en mi cuello y deja que un suspiro se escape de sus labios.
Un cosquilleo se hace presente en aquella parte descubierta de mi cuello donde su aliento a chocado contra mí. En mi estómago aparecen aquellas "mariposas" que todos dicen que se hacen presentes cuando te encuentras con la persona que te causa nerviosismo. Aunque pensándolo bien, lo que yo siento no son mariposas, son enormes hipopótamos saltando en una cuerda.
—Rhys... — susurro y cierro mis ojos.
El nombrado me toma de la cintura y hace que ambos estemos más juntos que segundos atrás. Levanta la mirada causando que nuestros ojos choquen, de forma lenta se acerca un poco más a mí.
Sus labios rozan lentamente los míos causando que mi mundo se vuelva de cabeza.
No lo aguanto más y lo tomo de su camisa para poder acercarlo más a mí. Sus labios son tan suaves que causando una adicción en mí, lo que hace que quiera más besos de él. Muerde mi labio y eso causa que abra los míos, con su lengua busca de forma desesperada la mía. Paso mis brazos por su cuello y le jalo suavemente el cabello, este rodea aún más fuerte mi pequeña cintura prohibiendo alguna escapatoria.
Unos segundos después nos separamos por falta de aire. Las mejillas de Rhys tienen un pequeño sonrojo, pero no alcanzo a verlo bien, ya que esconde su cabeza rápidamente en mi cuello mientras sonríe.
—No tienes ni las mínima idea de cuántas ganas tenía de hacer eso — susurra aún escondido en mi cuello.
Sonrió y con mi corazón latiendo de forma desesperada, le acarició lentamente el cabello y lo atraigo más a mi pecho, él pasa sus brazos por mi cintura, ninguno de los dos décimos nada.
Nos quedamos ahí, quietos apoyados en la pared. Mis mejillas están sonrojadas, la verdad es que no sé si Rhys se ha dado cuenta, pero espero que no lo haya hecho.
¡Vaya! Al fin se lo han dado — Atka ladra de forma despertada desde mi cama.
El beso en si me ha encantado, lo tengo que admitir, pero aún me siento asqueada por el beso que me he dado con Roberto.