Capítulo 22

Holder se acerca a hacia mí en el pasillo, cierro mi casillero rápidamente y me alejo de él.

Esto de estar esquivándole durante toda la mañana es agotador.

Aprieto mi pecho.

—¿Por qué lates así cada vez que lo ves? Ya no lo hagas por favor.

Siento mi cara arder.

—¡Ven conmigo! —siento el agarre de mi brazo fuerte, casi violento.

—¡No la trates así!, ¡por favor! —suplica mi madre siguiéndonos.

Mi padre me guía a uno de los salones de música, está vacío.

—¡Eres lo que siempre pensé que serias! —dice y me golpea en la cara.

Mis manos evitan que caiga al suelo demasiado fuerte.

Siento un líquido caliente salir de mis labios, me giro a verlo con rabia.

—Tengo ojos en todos lados ¿Creíste que no me enteraría? ¿Creíste que no diría nada cuando estas coqueteando abiertamente con el Príncipe Andrew?

—¡Somos amigos! —grito

—¡Le hiciste un pastel!, ¿por qué no lo hiciste para tu prometido?

—Dijiste que tienes ojos en todos lados, deberías de saberlo —digo desafiante poniéndome cara a cara con él.

Una nueva bofeteada me hace caer.

—¡No te metas con la futura reina! —continua— ¿Quieres acabar como la Condesa Mary? Todo el que se mete con la reina muere —argumenta—. ¡Esto es tu culpa! —se gira hacia mi madre—. ¿Ves cómo te vistes? —la jalonea del vestido—. ¡Ella es como tú!

Mi madre retrocede y el avanza amenazadoramente hacia ella.

Sé lo que va a pasar, sé que…

Me pongo de pie lo más rápido que puedo y me interpongo entre ellos.

—¡Vete de aquí!, ¡llamare a los maestros y verán lo que me hiciste!

—La reina esta de mi lado —se mofar—. Me iré, no por lo que dices, me voy porque tengo negocios que atender, pobre de ti que te vea cerca del principito o te vea coqueteando con alguien más.

Sale de la habitación agitando la puerta fuertemente.

—Perdónalo, mi niña. Sabes cómo es, cuando se molesta no mide su fuerza. Tienes la culpa, no debiste coquetear así con otros hombres.

Está enferma, lo que mi madre siente por alguien que la maltrata no puede ser amor, esta cegada que no logra ver lo que le ha hecho, lo que nos a echo.

—¿Coquetear?, ¿conversar con alguien es coquetear? —pregunto llorosa.

—Si es alguien que no es tu pareja y es del sexo opuesto, si —me acaricia la mejilla e intenta alejarse de mí.

—¿Ya te vas? ¿Iras tras él?

—No, iré a las clases de piano, si sigo ahorrando podre poner mi propia escuela. Mi niña aprende a comportarte y no arruines esto —me da un beso en la frente y se aleja.

Ella siempre a estado delgada, ahora a ganado un poco de peso, siempre ahorra el dinero para pagar las deudas, incluso a veces absteniéndose a comer, mientras que ese hombre que dice ser mi padre no valora el sacrificio que hace mi madre y se lo gasta en bebidas o invitando a sus amigos a prostíbulos.

¿Serás como ella, llorando al lado de alguien que no te ama, a alguien que sigue pensando en otra?

Saco un pañuelo de mi bolso y me limpio la sangre, tendré que maquillar la herida antes que alguien me vea.

—Esa herida no se ve bien —dice Crystal saliendo de la pequeña habitación que hay en el salón de música, donde se guardan algunos instrumentos.

—¿Oíste todo?

Asiente.

—Vayamos al lavabo, aquí al lado hay uno.

La sigo, intento cubrirme la cara con una libreta.

Crystal me ayuda a limpiar la sangre y me ayuda a maquillarme.

—Listo, ya no se nota.

—Gracias, por ayudarme —sonrío.

Crystal se mira en el espejo y retoca su maquillaje.

—Lo que tu padre hizo es repudiable, pero él tiene razón, coqueteas con todo el mundo incluso con Alston, por eso te pido que te alejes de el —carraspea y se gira para verme—. Luche mucho tiempo para salir con él, no dejare que te lo robes, obedece a tu padre y deja de ser así.

Crystal me da un leve empujón y se va.

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Prefiero ir a almorzar a mi habitación y no encontramos con Hlder, el recuerdo de él y Evangeline como los vi ayer vienen inmediatamente a mi mente.

—Sonríe.

Un estudiante me toma una fotografía.

—¿Quién eres?

—Un periodista, tuve que camuflarme para obtener una entrevista exclusiva de tu parte ¿Dicen que el Príncipe y tu ayer tuvieron una fiesta privada? ¿Qué hicieron ahí? ¿Es cierto que el príncipe Holder se ve con otras mujeres?

—No puedo responder —intento abrirme paso, pero el hombre me lo impide—. Déjeme en paz —digo casi gritando.