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Después del cumpleaños de Tania y su gran fiesta que logro darle muchos amigos, fue el turno de la princesa de Fuego.
Fátima quería algo tranquilo para su cumpleaños, una noche de campamento para quemar malvaviscos en la fogata o ir a comer un helado frito con Jone. En su lugar obtuvo un almuerzo organizado por sus padres, primer error Fátima odiaba los almuerzos, su madre le compro un vestido color verde para la ocasión, segundo error ella aborrece los vestidos y el color verde, pero la peor cosa fue que al almuerzo fueron los Morgan.
No lo sé – respondió Fátima sin ganas mientras presumía su atuendo; Hilary continuaba castigada por lo que no fue ´´como desearía tener a mi amiga sarcástica en este momento´´ pensaba la princesa, Valentina probablemente iba retrasada por quedarse a ayudar a su madre en el huerto, no había señales de Acua, últimamente la princesa de Agua se encontraba algo distante y Tania, la única que había llegado parecía estar enfrascada en una agradable conversación con Justin Morgan hermano mellizo de Emma ´´son tal para cual´´ pensó Fátima, suspiro frustrada y camino lejos decidida a hablar con su madre y decirle que no soportaba todo eso. Sin embargo, la suerte no estaba a su favor pues el timbre sonó y muy pesadamente tuvo que atender.
Feliz cumpleaños – dijo el chico apenas verla antes de estrecharla en sus brazos.
Jone, estas aquí – dijo la princesa de Fuego.
¿en dónde más estaría? – dijo alegre – te traje un regalo, no es la gran cosa – decía, pero mientras el chico hablaba Fátima ya había abierto la bolsa encontrando un álbum de fotos, la cubierta era de piel teñida de color rojo con pequeñas flores que parecían rubíes.
Es hermoso – pronuncio la chica anonada.
¿enserio te gusta? – pregunto el chico.
Por supuesto, ven pasa estaba por tirar la toalla y armar un espectáculo para que esto terminara y me alegra mucho que llegaras – contesto Fátima.
La fiesta no mejoro mucho con Jone pues un sentimiento extraño se apodero de Fátima al percatarse de que Emma no dejaba de hacerle ojitos a Jone y el almuerzo termino con un vestido de diseñador roto y con una Fátima muy molesta que termino castigada por dos semanas ´´el mejor cumpleaños de la vida´´ pensó con amargura recluida en su habitación.
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Después de la inolvidable fiesta de Fátima su protector se percató del aprecio que la princesa de Fuego le tenía al joven fotógrafo.
Escucha, si tu princesa – dijo Calum antes de ser corregido.
Tania – corrigió Pansy.
Como sea, si ella hace algo bueno por el chico Fátima lo tomara en cuenta como si hiciera algo bueno por ella – manifestó Calum.
La princesa Fátima está demasiado apegada a ese chico ¿no crees? – pregunto Pansy.
No me importa mucho lo que pase o no pase entre ellos – respondió Calum con indiferencia.
Pero puede ser un problema para el futuro si sus sentimientos crecen, podría ser un ancla que la mantenga aquí – razono Pansy.
Mi misión es mantenerla a salvo, no ser un hermano ahuyenta chicos, al cumplir los diecisiete años regresara a Calor le guste o no – declaro firme mientras Pansy murmuraba un ´´que rudo´´.
Le comentare a Tania – dijo mientras avanzaba – nos veremos luego, esta semana con los cumpleaños de las princesas no creo poder venir sin que Iris lo note – respondió Pansy.
Y no quieres problemas – dijo Calum.
Exacto – Pansy se acercó y le dio un beso en la mejilla pues los habitantes de Naturaleza tienden a ser muy afectuosos – hasta luego Calum – dijo antes de atravesar el portal, pero ese simple gesto logro que la temperatura de Calum aumentara y que un leve color carmesí tiñera sus mejillas ´´por la ceniza que me está pasando´´.
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El ocho de junio no fue el mejor para Valentina pues sus padres debían trabajar duro para sacar la cosecha y no tenían tiempo de celebrar un gran cumpleaños con su hija, aunque eso no molestaba a Valentina, un pequeño pastel de zanahorias era perfecto. Después de eso decidió salir a dar un paseo, pero la carta de Richard se repetía una y otra vez en su cabeza.
´´Adiós Valentina´´ esas simples palabras hirieron a Valentina más que otra cosa, él era su mejor amigo y a pesar de no saber de el en dos años tenía la esperanza de volver a verlo, la carta solo mato de la forma más vil dicha esperanza.
El viento azoto su cara y revolvió su cabello, siguiendo la dirección del viento encontró un bello lugar o al menos ante sus ojos. Un acantilado donde el aire soplaba tan puro como ningún otro.
En ese momento Valentina decidió que ese sería su lugar, uno solo para ella nadie más sabría sobre él y podría ir ahí cuando necesitara estar sola o reflexionar.
Miro el pequeño reloj que traía puesto, ya era hora de volver a casa; camino de regreso por donde vino prometiéndose interiormente que regresaría, pero ocurrieron dos cosas que la detuvieron. La primera fue un pequeño pájaro particularmente extraño era casi transparente y revoloteaba alrededor de la princesa.
Ven aquí pequeño – dijo estirando la mano y apenas ella lo toco este se desvaneció lo que la asombro e incluso llego a asustarla un poco - ¿Qué hice? O cielos – y en un intento desesperado empezó a mover sus manos en busca del pequeño animal y como por arte de magia este reapareció en la palma de su mano poco antes de emprender el vuelo lejos.
La segunda cosa extraña que le sucedió fue por esas voces, unas que no escuchaba desde que era pequeña, pero las recordaba perfectamente.
No lo olvides – decía una voz femenina.
Llevaras sueños y esperanzas a todas partes nuestra fresca brisa – a completo una voz masculina, el viento dejo de soplar una fuerte ´´quizás comí demasiada azúcar e imagino cosas´´ pensó la princesa mientras se apresuraba a ir a casa antes de que algo más extraño le pasara.