XXV: Charlas.

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La idea de adelantar clases para tener más días libres de vacaciones le había parecido una excelente idea hasta ese momento. Ciencias de la salud no era exactamente la materia más divertida pero la clase de ese día era incomoda por decir lo menos, era el día de ´´la charla´´.

No hay de que avergonzarse, es algo natural en el ser humano, no deben espantarse de este tema; todos aquí tienen la edad suficiente para ser conscientes de que la cigüeña no trae a los bebes – una oleada de murmullos se extendió por el salón mientras la maestra continuaba la clase – la educación sexual es importante jóvenes, conocer métodos anticonceptivos es la mejor forma de saber prevenir un embarazo no deseado, no le encuentro la menor gracia, todos aquí se quedaran media hora extra mientras escriben un ensayo sobre la importancia de este tema – las risas cesaron al instante siendo remplazadas por las incesantes quejas pero la maestra hizo oídos sordos y siguió la clase sin levantar el castigo.

Su compañero sentado detrás suyo le paso un papel doblado, lo tomo y volvió la vista al frente fingiendo escribir mientras leía la nota.

Valentina pide permiso para salir al baño y responde el teléfono, Hilary dice que es urgente

-R.

Maestra – dijo la chica interrumpiendo abruptamente la explicación de la profesora - ¿Puedo salir al sanitario? – la maestra señalo la puerta un tanto fastidiada por la interrupción y la princesa de viento no dudo ni un segundo en salir a toda prisa.

Hilary, estoy en clase, ¿Qué pasa? – dijo por teléfono una vez estando en el pasillo.

Es una emergencia, necesitamos tu ayuda, dile a Richard que te traiga en su linda moto, ahora – Exclamo la princesa de Hielo.

Estoy en una clase con la profesora Lourdes – menciono la chica para hacer entender a su amiga que no estaba como para saltarse la clase solo porque si – además necesito esos puntos extras, salir antes de vacaciones seria de gran ayuda para mis padres.

Eso lo se Vale, pero es importante, solo ven lo más pronto posible – dicho esto la princesa de Hielo corto la llamada, Valentina se apresuro a regresar al salón, pero al llegar a este habría deseado hacerle caso a Hilary e irse de la escuela minutos antes. Bebes de plástico estaban repartidos por todo el salón y una lista de nombres escrita en el pizarrón, se fijo mejor en ella y se dio cuenta de que era en parejas, lo cual explicaba las caras largas de algunos y las sonrisas radiantes de otros.

Valentina, entra – dijo la maestra viendo a la chica que se quedo parada observando en la entrada – muy bien, ya que ya estamos todos y les di la oportunidad de elegir parejas, adelante, deberán cuidar a su bebe una semana completa y si le pasa algo tengan por seguro que están reprobados, restan diez minutos de clases los cuales usaran para organizarse – tras esas palabras el salón se volvió un desastre, todo el mundo hablaba, se quejaban e incluso reían, se paraban, se sentaban, pero ella no se movía, la pizarra se alzaba imponente frente a Valentina preguntándose quien seria su pareja. Leyó con rapidez los nombres en busca del suyo hasta que una mano se poso en su hombro llamando su atención.

Yo te elegí, espero no te importe – menciono el chico.

Nada de eso, debería darte las gracias pensé que me quedaría sola y donde está el ummm – respondió la chica intentando buscar la palabra correcta.

¿Bebe? – pregunto el chico.

Si, el muñeco ese o lo que sea – dijo ella.

Jamás has sido la clase de chica que jugaba con muñecos, tu eras mas de esas niñas que jugaban a excavar – menciono Richard con diversión.

Yo no jugaba a excavar, yo excavaba en la tierra de verdad, ahora necesitamos ir con Hilary, debe ser importante si llamo – le respondió la chica.

¿Qué hay de la clase? – pregunto él confundido.

Creo que soy lo suficientemente consciente para no ser madre aún, ahora vámonos – contesto Valentina recogiendo sus cosas y saliendo del salón con Richard detrás de ella.

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Acua llego casi al instante y paso gran parte de su tarde en la playa, buscando los aretes perdidos de Fátima.

Acua, deberías salir de ahí – menciono la princesa de Frio.

No eres nadie para mandarme – contradijo ella.

No se que es lo que hice para que estes molesta, pero terminemos con esto ya Acua – dijo Hilary con molestia.

No estoy molesta contigo Hilary, solo resentida – le contesto Acua alejándose de ella.

¿Resentida por qué? – recalco la princesa de Hielo – siempre que me necesitas estoy ahí

No me contaste lo del chico – dijo Acua con resentimiento.

Ahora de que estas hablando, ¿Qué chico? – pregunto Hilary confundida.

Tu y un chico rubio, en el bosque en medio de la nieve cuando estamos en verano – menciono Acua con molestia.

¿Te volviste loca? ¿Nieve en verano? ¿Quién crees que soy, Elsa?, me tope con un chico en el bosque, el estaba de visita y decidió explorar, pero se perdió, solo le indique el camino – respondió Hilary.

¿Qué hacías tu ahí? – Cuestiono la princesa de Marina.

Maldición, pareces mi tía, solo fui a dar una vuelta para despejar mi mente – contesto hastiada.

Si claro – dijo Acua con sarcasmo y en voz baja.

¿Qué has dicho? Sabes que, has lo que se te venga en gana, me largo – dijo Hilary ya harta.

Bien – grito mientras su amiga rubia se alejaba por la playa, Acua tardo un poco en salir del mar, le gustaba estar ahí, salió cuando el día daba paso a la noche, empezó a caminar cuando una pequeña estrella de plata se atravesó en su camino.

Blake – susurro ella mientras se volteaba para ver al príncipe, pero se llevo una sorpresa al no ser el quien se encontraba a sus espaldas.

No bonita, el príncipe de Luna esta en un banquete y no vendrá, creo que no nos hemos presentado, soy Malory futura reina de Tormenta y si todo sale bien hoy, también de Noche – esas ultimas palabras fueron cuchillas que punzaban el corazón de la joven Acua - no me mires así, era algo inevitable, tu eres el enemigo, nuestros reinos están en guerra además hasta donde yo se tu estas comprometida desde que naciste.