El silencio podría ser tormentoso para aquellos que no están acostumbrados a él pero para Ivoh ahora mismo es como su mejor amigo, como un bálsamo que acompaña sus tristes lágrimas que caen con lentitud desde sus ojos por sus mejillas hasta tocar el suelo entre sus pies. De todas las veces que en su vida ha llorado, sea por el motivo que sea, jamás se sintió más en paz como en ese preciso instante, ¿Por qué? Porque siempre ha llorado por cuestiones un tanto triviales si se pone a pensar en ello, sucesos tontos, poco importantes y hasta ortodoxos como un golpe o una caída; tal vez un obsequio que no recibió o bien algo que sus papás no le permitieron hacer o tener siendo demasiado pequeño, berrinches de la edad que fueron creciendo y transformándose en, quizás, desamores, miedos a crecer, a no saber qué hacer en la vida, a perder amistades, a equivocarse…
Pero ahora, el muchacho derrama lágrimas que se llevan un sinfín de sentimientos de su cuerpo pues después de tanto tiempo, por fin, sabe a qué se debe no encajar con quienes vivía, sabe por qué en su época escolar tuvo problemas para ser uno más del grupo, por qué las cosas no fueron sencillas, por qué los dragones son tan importantes para él y otros tantos cabos sueltos que han llegado a su lugar; ahora sabe quién es en realidad, su verdadera familia, su pasado y su completa identidad. Aunque ha perdido a sus padres biológicos no puede sentirse más orgullosos de ellos por haber sido capaces de salvarlo, por ponerlo a él antes que sus vidas propias, porque a pesar de que era jóvenes apenas empezando en el mundo de la realeza fueron fuertes, se mantuvieron juntos y le dieron una oportunidad. Sin embargo, tampoco puede desprestigiar el trabajo y amor que Pietro y su mamá han hecho desde que lo tuvieron en sus manos, ha sido amado, sin importar qué.
—Ivoh —Tessa se acerca tomando asiento a su lado—. Creo que es mejor que regrese al palacio, tengo que saber cómo están todos.
—También regresaré —asintió decidido quitando sus lágrimas—. Quiero saber sobre mis padres y hermanos, si están a salvo. Además, tengo que hablar con mi tía y mi primo.
—¿De verdad vas a presentarte ante ellos como el legítimo hijo de la reina Arelí? —frunció el ceño—. ¿Cuál es el plan? ¿Qué es lo que vas a hacer en concreto? ¿Cómo puedo ayudarte?
—De momento solo necesito que sepan sobre mí, ver qué saben sobre lo que pasó en aquel entonces y deducir con quién cuento y con quién no, quiénes serán mis aliados —suspiró—. Luego tengo que averiguar la manera de hacer valer mi derecho de manera legal, no tengo idea de por dónde puedo comenzar.
—Un ADN es lo ideal, tal vez por parte de tu tía, habrá algún tipo de compatibilidad debido a la sangre, podemos demostrar que son familia gracias a ello pero es innegable que te pareces a Cordelius —sonrió—. Estoy segura de que lo mejor que puedes hacer es hacerte ver ante todos, no solo ante la reina.
—Sí, pero… Ya me han visto todos los soldados y parte de personas que me han conocido desde que soy pequeño y ninguno tuvo esa impresión, entonces, no recuerdan como deberían a mis verdaderos padres y tendría sentido —la observó—. La gente olvida los rostros porque ya está en el pasado, el tiempo es cruel y hace el trabajo.
—Pero yo lo sé, Desilius y tu familia. También lo sabe toda la tribu y ni hablar de Salammandra —sopesó.
—Creo que no van a hacerle mucho caso que digamos a lo que un dragón diga, ni siquiera sé si podrán entenderlo —ambos se pusieron de pie—. Pero haré lo que pueda para ser quien debí ser desde el inicio.
—Así se habla, me alegra saber que a pesar de todo vas a seguir y espero que puedas dejarme ser parte de esto y acompañarte, lo que más quiero es poder protegerte —pidió.
—¿Quieres protegerme porque sientes que es una especie de responsabilidad que te dieron? Es decir, ¿soy un trabajo? ¿estás cuidándome solo porque represento algo importante para el reino? —Ivoh temía que todo el interés de Tessa en él se hubiera evaporado para dejar paso a lo que veía como una gran admiración por la persona que en verdad debía tomar el trono.
—No, jamás —negó ella con premura—. No eres eso, eres una persona importante para mí y, no han cambiado mis sentimientos por ti, Ivoh.
—Temía que así lo fuera, que porque soy parte de la realeza ahora quisieras alejarte de mí o algo así —se encogió de hombros.
—Eso es tonto, te quiero siendo quién eres, sin importar tu título —sonrió acercándose para dejar un beso en la mejilla ajena—. Andando, es hora de volver.
—Sí.
—Antes de que se vayan, hay algo que debo decirles —Desilius se acercó a ellos tendiéndoles algo de comer para el camino, ambos muchachos lo observaron atentos—. Deben tener cuidado, ahora comienza la parte más peligrosa e importante de toda esta travesía que ambos han enfrentado, su encuentro no ha sido una mera casualidad, todo fue una causalidad para que pudieran conocerse, fuerzas que escapan a nuestra comprensión han trabajado para realizar este momento.
—¿De qué habla? —Duncan frunce el ceño.
—Los dragones han esperado por muchos años para que tú crecieras y tuvieras la madurez y poder suficiente para enfrentar el destino —susurró Tess entendiendo todo—. Salammandra sabía quién eras, dónde estabas y lo que harías por eso me dejó conservar a Haku, por eso me guió en el lago cuando era pequeña, porque tenía que hallarte para ayudarte a encontrarte a ti mismo.
#2987 en Fantasía
#1264 en Personajes sobrenaturales
dragones amor magia amistad y aventura, dragones y guerra, jinetes de dragones
Editado: 31.03.2025