Prisionera del amor

Capitulo 14

Durante la reunión todos estuvieron muy incómodos, Ulises, su madre y Esperanza. Está último tratado de disimular lo mal que se sentía ahí. Aún no sabía de las acusaciones ni lo que ahí se pensaba y tramaba en su contra, pero existía un sexto sentido que le advertía algo. La actitud de la señora Benz tampoco ayudaba, ya que cuando su hijo no miraba esta le polis caras y mala actitud a la noble mujer.

Ulises trató de llevar las cosas en paz, sacaba temas en la conversación donde creía que podían tener cosas en común. Todo para hacer que se conocieran.

A sus ojos, esto estaba funcionando bastante bien, pues su madre se encargó que esto pareciera.

Al final del día se despidieron y esto el joven millonario lo tomó como una victoria.

Esto se repitió varias veces, mismas en las que visitaron su casa y comieron.

Para Esperanza esto aprecia funcionar ya que se estaba acercando a la señora sin cocer la trampa, como un ratón dirigiéndose a la ratonera.

Ulises apreciaba esto y se sentía bien que su madre cooperara de esa forma, agradeció el hecho de que esto pasara sintiendo que su relación iba mejor cads vez.

Ese pensamiento lo mantuvo hasta aquel día en que el plan detonó.

La señora Benz cada vez le dió más libertad de andar por la casa, le pedía ciertos favores con tal que ella se dirigiera a las habitaciones correspondientes, justo donde las cámaras grababan bien. Le pedía llevar una foto, un cepillo, etc. Cosas que pudieron ser cambiadas en edición por algunas joyas con las que la inculparlan.

—¡Esperanza, que gusto verte por aquí!—Saludó el padre de Ulises cuando entró a su casa, recién llegaba.—¿Cómo estás?

—Buen día señor, estoy muy bien y ¿usted?—La joven saludó muy amablemente.

—Todo muy bien.—Dijo él dispuesto a relajarse.—Mi esposa me pidió venir aquí, mencionó que era una emergencia así que creí que algo pasaba.

—¿Una emergencia?—Preguntó Ulises muy desconcertado.—Ya sabes cómo es, hemos estado aquí desde hace un rato y no ha ocurrido nada.

Se miraron entre ellos creyendo que era una exageración por parte de la señora, muchas veces se los había hecho y está vez no le dieron más importancia hasta que ella apreció.

—Que bueno que ya llegaste.—Dijo refiriéndose a su esposo.—Tengo algo que decirles.

Ulises la miró seria, rogaba porque su madre no hiciera un nuevo espectáculo ese día. No quería que los avances con Esperanza cayeran.

—La situación es que he descubierto que alguien aquí nos ha estado mintiendo y se aprovechó de nuestra hospitalidad.—Giró su cabeza para mirar intensamente a Esperanza quien aún no comprendía nada.—¿Tienes algo que decir?

—No señora, pero si en algo les puedo ayudar con lo que está pasando, con gusto lo haré.

—Pues podrías empezar por devolver las joyas que te has robado.—Soltó las palabras muy con actitud muy fría y sin ánimos de ser noble.

—¡Mamá ya basta! ¿Otra vez con esas tonterías?—Ulises se levantó muy enojado decidido a irse de ahí junto a su novia.—Ven Esperanza, mi madre está teniendo una crisis, vámonos de aquí.

—Antes que se vayan, déjame demostrarte hijo.—Lo detuvo con voz tranquila y convencedora.—He podido ver en las grabaciones que tu novia lo hizo.

—Esther por favor déjate de cosas.—El señor Benz comenzó a dar su apoyo a los enamorados en la situación.—Esta muchacha sería incapaz.

—Les pido que solo vean el vídeo y juzguen después.

Esperanza estaba muy desconcertada, sabía que no había robado nada pero el recibir esas acusaciones la puso muy mal en su mente. No sabía el porque de esas acusaciones así que se quedó ahí para saber de qué se trataba.

Ella era una persona muy moral, consciente del refrán que dice "el que nada debe, nada teme"

—Tranquilo mi amor. —Le dijo a Ulises muy calmada.—Escuchemos lo que tu mamá tiene que decir. Seguro es un mal entendido.

A Ulises le pareció buena idea que se aclararan las cosas de una vez y no repetir esa escena, así que por mucho que le doliera ver a su novia en esa situación, aceptó mirar los vídeos.

La señora sacó una tableta en donde reprodujo las pruebas. Estás eran muy contundentes, Esperanza estaba en la habitación de la señora y sacaba de ahí una joyas, mismas que correspondían a las que había pedido recientemente.

Estás acciones se repitieron en cuatro ocasiones, mismas en las que se veía a Esperanza tomando cosas de valor.

—Yo nunca hice eso.—Dijo ella muy nerviosa e impresionada lo que veía.—Jamás tomaría sus joyas.

—Entonesa esa chica de ahí debe ser un clon tuyo ¿no?—En ese momento subió el tono de su voz para ejercer presión mental en ella.—O tal vez es una mujer que se disfrazó de ti.

Esperanza no respondió nada, simplemente se quedó muda ante aquellas imágenes y acusaciones.

Giró su cabeza para mirar a Ulises y decirle que era inocente con sus ojos.

—Bueno si ella dice que no fue, yo le creo.—Dijo Ulises muy seguro por defender a su amada.—Vamos a revisar la veracidad de esos vídeos. Envíamelos mamá.

La señora Benz sabía que Ulises estaría de su parte hasta morir, para eso preparó un as bajo la manga. Algo que sin duda le bajaría el ánimo por defenderla.

—Aún no son todos los vídeos hijo. Aún hay algo más.—Le dijo liberando poco a poco su sonrisa.—Este otro quizá te pueda interesar aún más.

La señora mostró un vídeo en que de ve a Esperanza en la calle entregando las joyas a un joven que se había bajado de una moto. Ambos se miraron y el joven se las recibió, le dió las gracias y se despidió de ella con un beso en la boca.

—Y no solo fue ese beso.—Dijo con cara de satisfacción.—Descubrí que llevan una relación de años. Ese hombre es su novio y también su cómplice.




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