El más impactado de todos fue Ulises coma creí haber entendido que era padre con Esperanza y quiso reafirmarlo.
—¿Estaba embarazada de mi?—Dijo con mucha preocupación.
—Estuvo, joven Benz.—Le respondió rápidamente pues consideró que ya no valía la pena retroceder en la información.—El bebé ha nacido hace una semanas.
La palidez se apoderó del rostro de Ulises, no podía creer lo que escuchaba y de inmediato volvió a mirar a Esperanza, pero esto no hizo más que evadirlo, no se atrevió a mirarlo.
—Soy papá?—Habló con un poco más de ilusión.—¿Dónde está el bebé?
—Hay muchas cosas que usted desconoce.—Le respondió con voz cortante.—El paradero de su hijo ahora también lo desconocerá.
La señora Benz entró en desesperación, esta vez no le pidió a su abogado que interviniera, optó por hacerlo ella misma gritando desde su lugar.
—¡Esa es una vil mentira!—No le importó que todos la miraran.—¡Esa mujer es capaz de todo por amarrarte, no la escuches!
Ulises miró a su madre y cayó en su juego nuevamente, se avergonzó de que Esperanza pudiera inventar algo así con tal de ganar aquel juicio. Comenzó a desconocerla totalmente.
—Perdón abogado.—Interrumpió el juez.—Creo que se están desviando del caso.—Juntó las manos para continuar hablando.—Si hay un menor debe ser involucrado en el juicio como debe ser. Si es mentira, solo deben dejar el tema a un lado.
Esperanza y su abogado llegaron a la conclusión de que el bebé ya había salido al tema y era de vital importancia que se conociera la historia. Eso tal vez haría recapacitar a Ulises.
"Señor juez, es nuestro deber informar que la acusada y el señor Benz tuvieron un hijo. Este producto nació mientras ella estaba en prisión y ahora mismo lo está cuidando su familia ya que por el juicio, ella no lo podía tener. La ley le permitió conservarlo en la celda para poder alimentarlo pero no es vida para un bebé ni para una madre.
Desconocemos si el padre conoció esta información. De ser negativo, ahora ya conoce esa información y esperemos que pueda hacer algo al respecto. No debemos permitir que las mentiras de su madre acaben con la vida del menor.
El juez se quedó pensando en la situación y entendió que era un caso a considerar.
Ulises estaba frío pues aún tenía dudas sobre la veracidad de la historia, de ser auténtica, él se convertirá en el peor padre del mundo.
—Su señoria me permito intervenir.—El abogado de los Benz habló.—La señorita Esperanza tenía un novio formal mientras estaba saliendo con Ulises.—Se giró y comenzó a caminar para dar más suspenso a las cosas.—En ese entonces se declaró como su cómplice aceptando la responsabilidad y regresó las joyas. Por eso la señora Benz le otorgó el perdón. El podría ser el padre de ese niño...de hecho lo hemos traído a este juicio para que de su testimonio.
La señora Benz puso una sonrisa en su rostro, se había preparado para contrarrestar el movimiento del bebé. Sabía que su hijo podría quedarse metido nuevamente a los encantos de Esperanza así que tenía que hacer todo lo posible por demostrar que no era suyo y así ganar el juicio.
Ulises por su parte se puso muy serio, lo invadió un tipo de celos, rencor, molestia, todo en conjunto al saber que su gran amor pertenecía a otro hombre y más aún, que habían tenido un fruto de aquello.
Esperanza se incómodo mucho, ya estaba cansada que la hicieron pasar por una mujerzuela, por alguien sin valores, que su nombre estuviese siendo difamado a cada instante.
El hombre entró a la sala cuando fue llamado, Esperanza no lo conocía pero lo miró con tanto rencor por sus acciones. Pensaba en ¿Cómo era posible que alguien se prestara para algo así?
El joven era el mismo que había aparecido en los videos que le enseñaron a Ulises en aquella ocasión, pero esta vez parecía un poco más asustado y temeroso al caminar. También fue amenazado por la señora Benz para presentarse ahí y dar un testimonio que iba más allá de la actuación. Él ahora se tenía que involucrar como padre del bebé y de resultar aceptada esa versión, tendría que ver por él, el resto de sus días.
Además había escuchado todo lo que en el juicio se había planteado, eso le hizo ponerse un poco sentimental respecto a la situación de Esperanza quien luchaba por demostrar su inocencia.
Aquel hombre no parecía mala persona. Llevaba puesto su vestuario característico de un artista. Un sombrero, una camisa blanca y unas bermudas casuales, su corte de cabello lo dejó en un solo sentido haciéndolo ver muy moderno. Tenía cierta sensibilidad, lo que le provocaba no estar de acuerdo en muchas de las cosas ahí planteadas, sin embargo no había vuelta atrás. Tenía que elegir someterse a esa vida o ir a prisión con todos los que habían montado aquel espectáculo. Ahora él tenía que hacer la actuación de su vida, literalmente tenía que desempeñarte el mejor papel.
En aquella ocasión pudo ver a Esperanza por primera vez a los ojos. Escuchó mucho de ella pero nunca se imaginó tenerla de frente. Realmente era muy atractiva y en otras circunstancias no le hubiera gustado tener una relación con ella. Más que dejarse llevar por ese lado atractivo, miró en ella la parte sentimental que es la que más estaba reflejando
El joven llegó al estrado y tomó asiento, era un actor profesional así que no tenía miedo al público, pero en esa ocasión se sentía algo diferente, como si lo estuviesen juzgando a él mismo.
El juez lo recibió apropiadamente y le indicó que tenía que hacer protesta a decir verdad. El joven aceptó y esto dió pasó al interrogatorio.
La primera persona en hacerle preguntas sería como siempre el abogado de los Benz. Esta vez no sería breve con este testigo en particular, necesitaba exprimir en su totalidad el testimonio.