« ¿Hermano?, es su hermana. » Camino de vuelta a las cajas
quedándome en la parte posterior de una de las filas, con la vista en mis manos y sintiéndome confusa, miro hacia los lados distinguiendo a la distancia al profesor que desviá su vista a ratos hacia donde estoy, hasta que su hermana abandona su fila llegando a mi lado.
— Ven, ponte con nosotros.
— No, está bien. — Puedo sentir mis nervios alterados y mis manos ligeramente frías.
— No ven, mira cuantas personas hay, estabas más adelante, vamos. — Insiste la chica jalando mi carrito hasta donde están ellos y ya rendida opto por acompañarla.
— Ah, por cierto me llamo Hazel. — Ella ofrece su mano hasta la mia que tomo con delicadeza no sin antes secármela discretamente.
— Yo soy…
— Danielle. — Pronuncio él llamando mi atención y provocando una sonrisa en su hermana.
Cada cual pago sus cosas y ya comenzando a caminar hacia fuera del supermercado, Hazel toco mi mano.
— Te llevamos, llevas muchas cosas.
— No está bien. — Pronuncio nerviosa.
— No, en serio Danielle, te llevamos. — Insistió está vez él profesor haciendo que no pudiera negarme debido a la culpabilidad que me invadía.
Guie al profesor hasta mi casa donde al llegar se bajo y me ayudo a sacar las bolsas de la maleta del auto. Sintiendo los remordimientos por mi actitud anterior, toque su brazo antes de que se fuera haciéndolo girarse.
— Lo siento, por todo… y gracias por traerme. — Mi ojos inevitablemente chocan con los suyos haciendo que el nerviosismo aflore con más intensidad.
— Tranquila, nos vemos mañana Danielle. — Mientras él volvía para entrar en su auto Hazel asoma su cabeza por la ventanilla.
— Chao Danielle, nos vemos vecina. —
« Soy vecina de mi profesor. » Observo el auto tomar rumbo doblando unos pasajes más lejos. Tomo las bolsas entre mis manos para caminar hasta la entrada donde Alva abre la puerta y me ayuda con el peso.
— ¿Quién era él del auto?
— Él profesor de lenguaje.
— ¡Que guapo!. — Celebra Alva mientras la miro de reojo sintiendo algo de molestia interna.
— Ay, Danielle esto es como ¿me enamore de mi
profesor.? — Alva asoma su sonrisa picarona tan característica.
— Alva, madura. — Camino hasta el lava platos, tomo un vaso lo lleno de agua y me lo bebo de un trago.
Alva no quita sus ojos de mi hasta que se escucha como la puerta de entrada es abierta dejando ver a mi padre en la entrada. Automáticamente Alva se gira corriendo en su dirección.
— Hola familia.
— ¡Papi!. — Chilla Alva mientras mi padre la estrecha entre sus brazos.
— Hija.
Mi madre aparece saludando al igual que Dante y si no fuera la hija del medio pensaría que nadie me ha visto, aún así camino hasta donde está mi familia reunida.
— Danielle. — Mi padre habla sentado desde su sillón personal.
— ¿Como te fue en el primer día? — Pienso por unos segundos en él profesor y luego contesto.
— Todo bien. — Sonrió a mi padre que guiña un ojo hacia mi.
Cenamos entre conversaciones sobre los estudios superiores de mi hermana, las preguntas a mi hermano, que anda como en la luna y yo, que no tengo mucho que decir, pero entre tanta conversación no pude dejar de pensar en los hechos ocurridos, él profesor Gabriel y su hermana, ser vecinos.
« ¿Quizás pueda verlo todos los días?, por dios Danielle que piensas. » dejo mis cavilaciones, al darme cuenta de la vista casi acosadora que Alva tiene sobre mi cada vez que me ve distraída, desde que vio al profesor.
— ¿Porque me ves así?. —Junto mis cejas y uso un tono acusador.
— ¿Que?, ¿ahora no te puedo mirar? — Alva sube y baja sus cejas de forma consecutiva.
— Dejame en paz. — Achino mis ojos mientras Alva sonríe de oreja a oreja.
— Estas muy pensativa.
— Te voy a ignorar.
— Claro, ignorame. — Alva sonríe con evidente malicia.
— Mejor me voy — Me pongo de pie, al instante que mi madre aparece con helado en sus manos.
— O mejor me quedo. — Vuelvo a mi lugar mientras mi madre me da un una porción.
Termine mi tan preciado caramelo y volviendo a mi habitación me senté en la silla del escritorio, encendiendo la laptop e iniciando sesión de chat con Jess y Felipe.
Yo: Hola… ¿alguien? 👀
Felipe: Hola
Pienso por unos instantes si contar lo que ha pasado hoy pero pronto desisto para hablar de trivialidades.
Yo: ¿Y, viste a Amanda?
Felipe: Si, lo pasamos bien vimos una película y…
Yo: No, no, no quiero saber tus porquerías.
Felipe: De todos modos solo iba a decir que comimos
helado, tienes la mente muy sucia Danielle.
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Editado: 07.03.2020