— Danielle, ¿que pasa?
— Nada, ¿porque?
— Llevo semanas mirándote y estoy seguro de que algo te pasa y no nos quieres decir.
— Es que… tengo algunos problemas en mi casa.
— Danielle, eso no es cierto, nos habrías dicho desde antes y no hablas, se que algo te pasa y no entiendo porque no quieres hablar. — Felipe se cruza de brazos.
— Yo te conté que me gustaba Jess, incluso me aconsejaste y ahora todo marcha de maravilla y te veo triste hoy más que ningún otro día, no puedes decirme que no pasa nada.
— Felipe…
— Danielle, te invito un helado. — Dice Alex interrumpiendo mi conversación.
— Alex hace frío.
— Bueno yo solo decía, ¿un caramelo entonces?
— Ok. — Digo al instante que Alex toma mi brazo jalándome lejos de Felipe que frunce el ceño.
Ya en el pequeño local de caramelos del colegio Alex compra un par de dulces, volviendo a mi lado.
— ¿De verdad tienes problemas en tu casa? — Menciona Alex poniendo unos caramelos en mi mano.
— Osea si, algo así.
— ¿Es él profesor? — Alex mira fijamente mis ojos al instante que siento que he dejado de respirar por la impresión.
— No, de que hablas ¿cual profesor?
Por un segundo Alex guarda silencio y mira mi rostro fijamente y creo que ha notado mi mentira pero el nerviosismo me hace insistir.
— No me mires así, ningún profesor tiene nada que ver en lo que me está pasando.
— Ok, esta bien.
— ¿Me crees? — Pregunto.
— No, pero haré como si lo hiciera.
Incomoda miro a mi alrededor al instante que noto a Gabriel mirándome desde el tercer piso, nerviosa jalo el brazo de Alex hacia un lado ocultándolo de la vista acechadora de Gabriel.
— Danielle, el viernes quiero ir al cine a comer y a bailar.
— ¿Que?
— Lo que oíste, cine, comer y bailar.
— Pero no sé bailar.
— Bueno entonces el cine y comer.
— Ok.
— ¿Que película quieres ver
— Mmm… ¿Terror?
— Mejor yo escojo. — Dice Alex mirándome de reojo.
— Tus amigos vienen por ti. — Habla Alex nuevamente haciéndose a un lado.
— Con que haces amistades nuevas sin nosotros. — Reclama Jess cruzada de brazos.
— Jajaja tranquila Jess, todos podemos ser amigos. — Alex cierra un ojo hacia Jess mientras Felipe arruga el ceño.
— Pues me encantaría. — Jess sonríe mientras puedo notar como el ambiente se pone algo denso.
El timbre que indica la vuelta a clases se lleva parte del ambiente pero no la ligera mala vibra que siento por parte de Felipe que no despega sus ojos de Alex y Jess que se secretean. «¿Alex me habrá visto alguna vez?, pero ¿como no ha dicho nada? » Preocupada camino hasta el salón viendo en la entrada a Gabriel en su lugar con la vista baja en la lectura hasta que entro en el aula. Llego a mi lugar acomodándome para mirar hacia atrás viendo a Alex que tiene su vista fija en mi espalda, rápida me giro encontrándome de golpe con los ojos de Gabriel, bajo mi vista hacia el cuaderno y posiciono mi lápiz tomando notas. El acoso visual de Alex en mi espalda y Gabriel por el frente no me deja concentrarme y por más intentos que hago de tomar nota, mi cabeza da infinitas vueltas hasta el final de la hora donde me siento colapsada y solo quiero irme a casa.
— Creo que llamare a mi mamá. — Digo en medio de Jess y Felipe cuando hubo terminado la clase de Gabriel.
— ¿Te sientes mal?. — Pregunta Felipe.
— Si, creo que si.
— Vamos entonces.
Camino hasta la enfermería en medio de los alumnos corriendo de un lado a otro hasta que alguien me empuja con demasiada fuerza y aterrizo en mi trasero.
— ¡Ay! — Digo desde el suelo mientras Jess me ayuda a levantarme.
— Danielle, aun no llegamos y ya quieres accidentarte. — Habla Jess con una media sonrisa.
— Me dolió.— Me quejo sobando mi espalda baja.
Entro en la enfermería despidiendo a los chicos que deben volver a clases con la llamada del timbre.
— Dime querida. — Dice inspectora apenas verme.
— Me duele el estomago.
— Mmm… la enfermera no está, ¿tienes a alguien en casa que pueda venir por ti?
— Si, mi mamá.
— Ok, la llamare esperame un momento.
Pasados unos minutos llega la inspectora con un papel firmado.
— Tu hermana viene para acá.
— Ok, gracias.
Mientras miro hacia la ventana viendo el cielo cubierto de nubes grises no puedo olvidar lo que Alex dijo. «Algo debe haber visto, ¿que voy a hacer ahora?»
— Gabriel podría perder su trabajo si Alex habla. — Susurro para mi.
— Hola busco a Danielle Ellis. — Escucho a Alva decir en la entrada mientras me levanto de la camilla y quito el velo que cubre el espacio.
#4587 en Novela romántica
#1317 en Chick lit
novela juvenil parejas amistad celos, enemigos obsesion venganza, alumna profesor romance prohibido drama
Editado: 07.03.2020