— ¡Danielle! — Llama Alva apenas desciende del auto junto a Kyle.
— ¡El embarazo de Denisse es mentira! — Mis ojos se abren como platos mientras me giro hacia la iglesia y vuelvo a mirar a Alva.
— ¿Que?
— ¡Que todo es mentira! — Asegura Kyle a su lado.
— No es cierto, no es cierto. — Digo una y otra vez mientras Cleo me toma por los hombros.
— Por dios Danielle, no, no es verdad, ve por Gabriel de inmediato.
— Pero ¿como? — Digo sintiendo como un cumulo de emociones inundar mi ser.
— Con Kyle estuvimos investigando todo es mentira, todo… ella no esta embarazada.
— Pero tu eres su hermano… — Digo incrédula por un segundo y sintiendo como los deseos por correr inundan mi sistema.
— Si, pero Alva es mi novia. — Mis ojos se abren como platos al escucharlo.
— Danielle, ¡CORRE!. — Apremia Hazel.
— No llores. — Pide Alex poniendo sus dedos para atrapar algunas de mis sorpresivas lagrimas.
— Los amo a todos y cuida a mi hermana.
— Eso haré. — Kyle guiña un ojo hacia mi.
Me giro y corro hasta la entrada donde veo a Gabriel tomar la mano de Denisse. De pie al final del pasillo miro por unos segundos evaluando como llamar su atención, en un microsegundo pasan las ideas más locas por mi cabeza hasta que él gira su rostro hasta toparse con el mio.
— Te amo. — Susurro.
Estiro mi mano y miro fijamente su rostro que parece iluminarse al momento de soltar la mano de Denisse y comenzar a correr.
Mientras miro a Gabriel puedo escuchar expresiones de asombro y murmullos hasta que se escucha la voz de Denisse rompiendo el poco silencio que quedaba.
— !NO PUEDES IRTE!, ¡GABRIEL!, ¡GABRIEL!
Tomando la mano del hombre que amo, corremos hasta la salida donde al llegar nos espera un auto abierto y con el motor encendido.
Las miradas de nuestros amigos y mi hermana nos despiden mientras algunas personas abandonan la iglesia para ver el espectáculo del novio huyendo con la novia corriendo tras él.
— Gabriel te amo y no voy a dejarte.
— Danielle.
El auto se pone en marcha mientras a lo lejos puedo ver como Denisse sale de la iglesia junto a varios invitados y comienza por lanzar el ramo hacia el camino.
Avanzamos sin detenernos y mientras siento como si mi corazón fuera a abandonar mi pecho, la mano de Gabriel se posiciona sobre la mia.
En total silencio observo el paisaje hasta ver como se acaba el camino sin vida, dando paso a grandes rocas que a su ves dan paso al inicio de lo que parece ser una playa.
— ¿Como te decidiste? — Pregunta Gabriel sin aparta la vista del camino.
— Mmm… al principio pensé que había sido lo que Alva me dijo pero creo que tu padre me convenció. — Digo recordando el momento y la carta que me pidió entregarle si es que me decidida a robarme al novio.
— ¿Que, mi padre? Y ¿Alva?
— Es que Alva llego junto a Kyle para decirme que el bebe de Denisse nunca existió.
— ¿Que? — Interrumpe Gabriel deteniendo el vehículo.
— Lo lamento, no quería decírtelo así pero en realidad no sé como se dice algo así.
— Todo fue siempre mentira. — Pronuncia él mientras mi mano sujeta la suya.
— ¿Que te dijo mi papá?
— Que podía robarme al novio y conservarlo para mi. — Respondo coqueta mientras su sonrisa asoma.
— Vamos. — Gabriel apunta hacia la playa.
Sin hablar terminamos el camino para descender del vehículo y caminar por la arena tibia tomados de la mano, al llegar a donde casi el agua toca nuestros pies Gabriel aprieta mi mano firme.
— Sabes algo, jamás pensé en casarme con Denisse.
— ¿En serio?
— Si, es más tenía planeado en medio de la boda decir que no me iba a casar con ella, porque te amo a ti, a nadie más que a ti y si no es contigo, no lo haré con nadie. — Sintiendo diversos sentimientos embargarme, mis ojos acumulan algo de agua.
— Te amo Danielle. — Declara él posicionándose frente a mi.
— Perdoname. — Comienzo a soltar lagrimas contenidas mientras me envuelve en sus brazos.
— Te amo, te amo, te amo.
Él acuna mi rostro entre sus manos al tiempo que reparte muchos besos en mis mejillas, mis ojos hasta detenerse en mis labios, que parecen más ansiosos que nunca por sentir sus caricias en cada espacio de mi piel; En medio de todo recuerdo nuevamente la carta que su padre me entrego.
— Esto, te lo mando tu papá. — Digo sacando el sobre de mi pequeña cartera de fiesta.
Gabriel mira el sobre por unos segundo antes de estirar su mano tomando aquel papel, mientras él lo abre y veo como sus ojos recorren las lineas que contiene, algunas lagrimas se acumulan bajando por sus mejillas, de inmediato me acerco a él abrazando su cintura y poniendo mi cabeza sobre su espalda.
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Editado: 07.03.2020