Profesor Jeon

capitulo 37

 

La señora Jeon estaba muy lejos a ser la viva imagen de Jungkook, el señor Jeon si lo era. Tal cual cejas, tal cual boca, tal cual nariz. Jungkook era la viva imagen de su padre.

Aunque de sus ojos no puedo decir mucho, el señor Jeon está dormido en esa camilla, impidiéndome verlo.

-¿Desde qué hora estas aquí? –Pregunto el profesor Jimin, Jungkook lo ignoro- ¡Hey! Te estoy hablando.

-No me he ido aun...

-Jungkook...

-Y tampoco pienso moverme de aquí.

-Tu madre dijo que tienes que descansar.

-No necesito descansar.

-¿Por qué eres tan terco?

Jungkook dejo el café aun lado, mirándolo serio.

-Porque es mi papá el que esta moribundo en una camilla, y no el tuyo.

Mire a Kim y tal parece que no era la única incomoda en esta situación. Le hice una seña de que tal vez era mejor irnos pero ambos se echaron a reír, supongo que por nuestras caras.

-Deja de hacerlas sentirse así, Jungkook.

-Entonces deja de hacer preguntas tontas –Jungkook me guiño el ojo y fue hacia la puerta- Voy a por comida de verdad.

-¿Qué? No, puedes decirme a mí lo que quieras comer y yo iré con Kimi a comprarlo –Dijo el profesor Jimin. Jungkook lo miro- Enserio.

-Bueno... Quiero –Se rasco la cabeza, pensando- Sopa...

-¿Sopa? –Pregunto, Jungkook asintió- Bien, te comprare sopa.

-Y parilla, tengo tiempo que no como eso.

El profesor Jimin soltó una risita, no sé porque todo lo que Jungkook dice es gracioso, pero lo entiendo. Hasta a mí me hace reír.

-Bueno, iré a comprarte parrilla... y tu sopa –El profesor Jimin resalto la última palabra para luego soltar una risita- ¿Quieres acompañarme? –Miro a Kimi, quien salto de su asiento tal cual resorte y fue junto a su hombre.

Para poder salir juntos, dejándonos a mí y a mi querida tentación carnal... Solos.

Al cerrarse la puerta Jungkook inmediatamente poso sus ojos en mí, Decidí hacerme la loca y mirar a otro lado. No sé por qué coño me intimidad tanto.

Oh... Es muy lindo el techo. Tiene... Lunares.

-¿Cómo están las cosas en el liceo?

Baje mi cabeza y lo mire, estaba recostado al espaldar de la cama, con sus piernas cruzadas y ambas manos dentro de los bolsillos. Bastante sexy para ser verdad.

El paquete se le notaba tanto que me hace creer que no lleva ropa interior.

Cosa bonita, cosa bien hecha... Cosa hermosa.

-Bien... Un poco aburrido, supongo...

-¿Qué le paso a tu uniforme?

-¿Mi qué?

Intente hacerme la loca, pero ya Jungkook había descubierto las marcas en mis brazos.

-¿Qué es eso?

-¿Qué cosa?

Ignorándome se acercó a mí y me subió las mangas de la camisa, viéndome las marcas que esos hombres habían dejado en mis brazos. Los moretones.

 

-¿Por qué tienes eso?

No podía dejar de mirarlo, de apreciarlo, y solo tenía que sonreír. Porque no quería soltar palabra alguna de eso...

Mis ojos comenzaron a picar.

-Daniela.

No, Por favor, No llores.

-Daniela...

Jungkook no despegaba sus ojos de los míos, parecía sorprendido, confundido... Y allí esta, esa mirada que tanto evite de su parte.

Esa mirada de lastima.

De los demás puedo ignorarlos, pero de él... sencillamente no puedo soportarlo.

Baje mi cabeza, dejando salir mis lágrimas. No puede ser que sea tan inútil como para no poder guardarme eso y seguir adelante.

Hasta para eso soy un asco.

-Pequeña... ¿Por qué lloras?

Porque no soy fuerte, porque soy un desastre y no sirvo para hacer nada bien.

-Ni siquiera puedo hacer que me quieras...

-Yo ya te quiero.

Abrí mis ojos como platos ante sus palabras.

Esperen... ¿Había dicho eso en voz alta?

-Ya me tienes, Daniela. Soy todo tuyo...

¿Cómo poder creer eso? ¿Cómo esas simples palabras pueden hacerme olvidar todo y hacerme el ser más feliz de la tierra? ¿Cómo él puede hacerme feliz con tan solo verme?

¿Creerle o no creerle? Si mi mente me está engañando o Jungkook está mintiendo, realmente es muy bueno con sus palabras.

-¿De verdad?.. –susurre.

-Solo tuyo.

Demasiado bueno.

Lleve mis manos a sus mejillas y lo bese, sin pedir permiso a hacerlo, sin pedir permiso para entrar a su boca con mi lengua y hacer contacto con la suya. Porque si lo que dice es verdad, si él realmente es mío, no tengo que pedir permiso para nada.

Ni para estar con él.

Lo atraje más a mí de modo que tuvo que apoyar sus manos del espaldar del sofá donde yo me encontraba, solo para no caerme encima. Ladee mi cabeza a un lado y pase mi lengua por sus dientes, Abriendo mis ojos un poco para verlo, con sus ojitos cerrados, dejando salir un pesado suspiro.

Me encantaba, Jungkook me encanta, y besarlo es la mejor manera de hacérselo saber.

Volví a acariciar su lengua con la mía para después jalar despacio su labio superior, escuchándolo gruñir bajito, sonreí. Amo tenerlo así.

Me hace sentir poderosa.

-Amo como me besas –susurro en mis labios, aun con los ojos cerrados.

Sonreí.

-Y yo amo besarte.

Su sonrisa de conejo apareció y le di un pequeño beso en ella, Llevando mis brazos alrededor de su cuello para poder abrazarlo.

Metí mi cabeza en el hueco de su cuello y pensé en esconderme allí, de lo que sea.

De sus preguntas, de su mirada dominante, de su sonrisa excitante y de todo lo que tenga que enfrentar ahora. Tan solo quiero paz.

Y el pecho de Jungkook es el mejor lugar para mí.

-Amor...

Amo como su voz suena al decirme así.

 

-Dime que te paso, por favor.

¿Cómo decirle? ¿Cómo decirle que estuve a punto de ser violada por tres hombres? ¿Cómo decirle que soy un asco y que no soy algo suficiente para él? Que entenderé si no quiere estar conmigo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.