Viste, yo te dije.
-Bueno, ¿Qué iba a saber yo que la malta costaba más que el nestea? –Me defendí, Kimi rodó los ojos.
-Pfff, ahora sí que te va a tocar cantar TODAS las canciones de Phineas y ferb, porque de verdad... -Paso un dedo por su garganta y saco la lengua, en señal de muerte- estamos jodidas. Pero BIEN jodidas.
Mire a Kimi con mala cara.
-Hm, no me lo recuerdes –La mate con la mirada.
-Oye, no lo digo por-
-YA, cállate. Ahora dime cómo vamos a pagar esto.
-Bueno, chama. La coquito aquí eres tu ¿no? Chica mixta y con coeficiente intelectual a tres mil, lúcete pues.
Le lance una bolita de servilleta en la cara y ella se echó a reír, admito que eso si me dio risa. Pero tiene razón, estamos jodidas. Es que no sabía que dos hamburguesas, una malta y un nestea iban a dar tanta cantidad, Ni para los helados nos alcanzó.
-Tengo una idea... -Mire a Kimi, la cual tenía una sonrisa pintada en su perverso rostro.
Eso solo me hizo pensar una cosa.
Y no.
-No.
-Dale, confía en mí.
-No, Kimi. YO No pienso robar, no.
-Ay si, como si ellos no le robaran a la gente. Que le robemos a ellos ¿Qué tanto?
-Sí, pero yo no me voy a quedar –Kimi rodó los ojos- ¡Es enserio! Me da miedo. Somos grandes, esto ya no es como antes.
-Dices que vas al baño, te haces la loca y te vas.
-¡No, Kimi, por Dios! Hazlo tú –Grite en susurro.
Antes de que el mesero viniera nuevamente a interrumpirnos.
-¿Todo bien por aquí?
-Sí, señor, todo bien. Lo que pasa es que mi amiga no se decide en si pedir otra hamburguesa o acompañarme al supermercado. ¿Verdad? –Kimi me miro con la sonrisa más grande del mundo y la más convincente que podía.
Al verla levantarse de la silla entre en pánico
- Pero yo si me tengo que ir, Amiga, MUCHÍSIMAS GRACIAS por este rico almuerzo, más tarde te hago la transferencia por mercantil, porque afffs, tu sabes, el banco de Venezuela, una lentitud a MORIR, ¿VERDAD? –Kimi le pregunto al mesero, el cual estaba muy concentrado en su belleza que en lo que estaba hablando- Bueno, me voy –me lanzo un beso y se guindo el bolso en el hombro- Nos vemos mañana en el cole, te amuuuuu.
Me despedí de ella con los mejores ánimos del mundo y la actuación más calmada que podía, queriendo que por favor el mesero me quitara la mirada de encima.
Maldita sea.
-Yo.... Creo que mejor voy a reposar un ratito, Seh.... –Dije, sobándome la pancita- luego pediré otra, es que están muy ricas, y así termino de tomarme la malta. ¿Le parece?
El mesero asintió para enseguida irse y pararse en una esquina no muy lejos de mi mesa, por suerte el restaurante no estaba tan lleno ni tan vacío, podría camuflarme entre la gente y salir. Pero igual me da miedo... entiéndeme we.
Tome el vaso con malta y a través del pitillo comencé a beber, mirando hacia la calle y deseando encontrarme con alguien y que me pague la cagada que acabo de hacer. Tengo solo 12.000 y la cuenta dio 20.000, no sé por dónde coño de la madre voy a parir plata para pagar eso.
Pero es que yo también soy bruta, de pana. Soy bien bruta. Las hamburguesa costaron 6.000 cada una y el nestea vino incluido. Y yo de MUY TARADA pedí una maltin polar de 8.000.
Solo yo y el pato Lucas.
Todo porque Kimi quería una malta, la estúpida esa.
Deje el vaso aun lado y decidí esperar un par de minutos más, mire hacia la esquina y el mesero seguía sin despegar la mirada de mí, gire mi cabeza hacia otro lado, haciéndome la loca.
-Ay no. ¿Ahora qué coño hago? –Susurre en mi sitio, apoyándome de los codos sobre la mesa, juntando mis manos- divino niño, ayúdame pls.
No me vendría mal un milagrito ahora mismo, algo así como... no se... Qué él viniera, atravesara la puerta del restaurante, pague mi comida y me tome de la mano para llevarme a su casa, y que me coja.
Que me coja...
Luego, si quiere que me bote a la verga, total. Pero que venga y me pague la maldita comida.
El mesero se acercó nuevamente y casi desee pegar la frente de la mesa y fingir ser una retrasada con autismo.
-¿Desea que le traiga la otra?
-Ja, ¿qué si lo deseo? –Solté una risita nerviosa- ¡Se lo ruego!.. Pero antes de eso, ¿Podría decirme donde queda el baño?
Me señalo una puerta verde a casi dos metros y yo muy amablemente le agradecí, para luego apresurar mí paso e ir corriendo al baño.
Cualquiera cree que me estoy cagando o algo por el estilo.
Entre al bendito baño y, adivinen quien no tiene ventana...
MALDITA SEAAAAA!!!!!
Ahora sí, deberían empezar a abrir los grifos y dejarme ahogar, así le hago compañía a Martin la llorona.
Daniela, camate pofavo.
Mire una pared al fondo y para la suerte mia, había un pequeño cuadrado en lo más alto de la pared, casi al techo. Jamás había visto un baño que tenga eso. Bueno, tampoco es como si me supiera todos los baños del mundo, pero no le veo la ciencia a que haga un hueco en la pared.
Intente usar la papelera como método de apoyo y casi me caigo de jeta al piso.
Seria chistoso, la verdad.
Me impulse hacia arriba con todas mis fuerzas y agradecí mentalmente que los ejercicios del profesor Yoongi por fin me hayan servido de algo. En algún futuro se lo hare saber...
Pase por el pequeño espacio y ¿Qué creen? Me fui de cabeza hacia el otro lado de la pared.
Enserio, si aquí hubiera cámaras, saldría en los criminales más tontos del mundo 69.
Para mi mala suerte, el piso estaba mojado, y me había ensuciado las manos y las rodillas, sin mencionar que me di un buen golpe en ellas.
Hasta me había raspado el codo, genial.
¿Qué más podría pasarme?
-¿Daniela?
Quede tiesa en mi sitio al reconocer esa voz, pero no quería estar en lo cierto. Pero es obvio que si estaba en lo cierto. La cerámica del piso es azul, había caído en el asqueroso baño de hombres.
Editado: 31.03.2020