Prohibido Enamorarse

Capitulo 25

Los días pasan y mi ansiedad se acrecienta. Intentaba mejorar la confianza en mí misma, pero era difícil, teniendo en cuenta que iría por primera vez, desde mi escape, a la república, a una región desconocida, llena de controladores.

No podía negar que también me causaba nerviosismo tener a Aiden junto a mi después de la iniciación. El recuerdo de sus manos sobre mi cintura, su mirada, el reflejo de las estrellas sobre el agua del lago. Y lo que más me asustaba era la forma en que me había gustado aquello, y el deseo que tenia de que volviese a ocurrir.

Aiden estaría a cargo de nuestro grupo durante la misión, que constaría en un simple ataque a unas de las bases de datos para robar algo de información. Me aterraba ir y ver a los controladores nuevamente, sobretodo tomando en cuenta que mi último encuentro con ellos termino en una bala atravesando la cabeza de Olive, pero también me aterraba que Aiden fuese.

El entrenamiento por fin había acabado cuando Thomas entro al campo de entrenamiento. Saludó a todos cordialmente hasta acercarse a mí. Deje la botella de agua que bebía sobre una de las bancas y le sonreí. Por el rabillo del ojo, podía ver a Aiden conversar con Phil, mirándome de reojo.

—Hola Leah, ¿Qué tal todo?—pregunta.

—Hola. Todo bien, aunque sigo un poco nerviosa—admito.

—Es normal, lo importante es que no dejes que eso te domine—comenta.

—¿Iras con nosotros?—pregunto. Thomas niega con la cabeza.

—Normalmente, en la primera misión de una clase, me quedo para acompañar a los amigos y familiares de los que van, ya que muchos sufren cuadros de ansiedad—explica.

—Siempre eres tan bueno con eso de las emociones—digo, haciéndolo reír.

—Es solo cuestión de escuchar—replica, y ruedo los ojos.

—Claro que no.

Thomas continúa hablando, pero mi atención se ve interrumpida cuando veo a Sunny entrar al campo. Intento mirar con disimulo cuando se acerca a Aiden y lo saluda. Sunny le da unas palmaditas en la espalda, y luego se separa unos pocos centímetros. Normalmente Sunny lo abraza o se queda junto a él, pero esta vez no lo ha hecho, y eso me llama la atención. Mi mirada se cruza con la de Aiden. Tiene una sonrisa burlona dibujada en su rostro, con ese brillo irónico en los ojos, la barba corta pero tupida que lo hace ver mayor, su cabello desordenado, con algunos pocos mechones pegados a su frente sudorosa. Mi corazón se acelera automáticamente, y siento el rubor expandirse por mis mejillas.

Aparto la vista y vuelvo mi atención a Thomas, que comenta algo acerca del manejo del miedo, y finjo que estoy concentrada ya que no quiero herir sus sentimientos. Su rostro amable y amigable es tan reconfortante. Su tez oscura y cremosa parece ser tan suave, sus ojos destilan algo que me hace sentir tan cómoda junto a él, aunque cuando me mira con intensidad, hacen que algo se remueva en mí. Se ha cortado hace poco el cabello negro, casi a ras, pero aun así, se le forman unos pequeños rizos. Intento imaginar cómo sería hacer las cosas que hago con Aiden, pero con Thomas. Me resulta extraño, porque esa opresión en el pecho y ese cosquilleo cálido que me recorre cuando estoy junto a Aiden, incluso solo recordando algunos momentos, es imposible de alcanzar pensando en Thomas. No alcanza ni una décima parte de lo que me hace sentir Aiden. Sacudo levemente la cabeza, alejando aquellos pensamientos. No debería comparar lo que siento por Aiden con lo que siento por Thomas.

—¿Por qué no vas a cambiarte?—sugiere Thomas. Asiento y sonrío levemente.

—Sí, mejor—replico.

Comenzamos a caminar hacia el vestíbulo mientras Thomas comenta la mecánica de las misiones, un instructivo que también nos darán el día antes de nuestra misión, es decir, mañana.

Thomas intenta ocultar su preocupación, pero algo en mi logra percibir que en realidad no le agrada para nada la idea de que vaya. Me pregunto si aún tendrá sentimientos por mí. ¿Cuánto tiempo puede gustarte alguien?

—Siempre debes seguir las órdenes, Leah, siempre. Por ningún motivo te separes de tu grupo, y bajo ninguna circunstancia dispares sin autorización—continua Thomas, y yo asiento, para hacerle saber que lo estoy escuchando.

—Ella lo sabe—dice Aiden a nuestras espaldas.

Nos detenemos, justo antes de entrar al vestíbulo, y me volteo para mirarlo. Mira serio a Thomas, con los brazos cruzados. Tal vez es mi idea, pero siento la atmosfera como si estuviese densa. Por un momento veo que Thomas frunce el ceño, pero luego su expresión se relaja y sonríe como siempre, aunque no me parece una sonrisa del todo sincera.

—Solo estaba comentándole a Leah lo que sucede en las misiones—dice Thomas con tono cordial. Aiden le da una mirada despectiva a Thomas, y luego posa sus ojos en mí.

—Eso no te corresponde a ti, yo soy el capitán del escuadrón—dice Aiden. Vuelve su vista a Thomas.

—Intentaba ser amable, no quería entrometerme en tu trabajo—replica Thomas, con un tono algo áspero pero igualmente cordial.

—Claro, amable—bufa Aiden. Thomas entrecierra los ojos y luego me mira. Yo frunzo el ceño, sin entender porque Aiden se comporta de esa manera con él.

—Nos vemos mañana—me dice. Se acerca para darme un corto abrazo, deposita un beso en mi mejilla y se despide.




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