Habíamos pasado una semana intensa, los secuestradores nos seguían, por lo cual con Charlie tuvimos que desviarnos de nuestro camino, pasamos cuatro días en un pequeño recinto para gente sin hogar, dónde me dieron una remera negra súper larga y unos pequeños shorts de jean del mismo color. Estábamos preocupados por Bruno, habíamos dejado nuestro celular en la casa y no sabíamos si él nos habría llamado. Los últimos tres días nos la pasamos conviviendo en el auto, en las afueras de la ciudad. Finalmente hoy decidimos que era momento de regresar, habíamos despistado lo suficiente a nuestros secuestradores.
Pasamos fuera del peaje, por la zona más oscura y abandonada para llegar a nuestro destino.
—Ve tú - dijo Charlie mirándome cansado en cuanto llegamos a la casa. Estacionamos en una zona más lejana para que no se viera nuestro auto. - junta nuestras cosas, toma los celulares y el dinero que se encuentra en la habitación de Carlos, te espero aquí.
—Si no regreso en cinco minutos...
—Tranquila - sonrió - iré por tí.
—Iba a decir que te largaras pero gracias - bromeé. Charlie negó divertido y me hizo señas en dirección a la casa.
—Cualquier cosa, pega un grito.
—No lo dudes - murmuré saliendo del auto
Entré a la casa y me recibió un silencio sepulcral. Sin perder más tiempo corrí a la habitación de Carlos, tomé ropa para mi y Charlie, calzados, ropa interior de Charlie...¡puaj!
El sonido del teléfono de Carlos me interrumpió. Cómo una maníaca comencé a buscar por todos lados hasta que lo hallé, se encontraba al lado de la caja de dinero. ¡Genial!
Tomé el celular y conteste la llamada mientras guardaba el dinero y cerraba el bolso.
—¿Hola?
—¿Sofia? - era Owen
—Owen - chillé - ¡gracias a dios que estás bien! creíamos que te habían atrapado...
—¡Sofia! - gritó - ¡Morgan!
—¿Que? - fruncí el ceño - Owen se te escucha cortado...
—¡Morgan!... traidor...
—¿Traidor? - murmuré poniendome alerta - ¿Quien es un traidor?
—Morgan, se hace pasar por su primo...
Y ahí fue cuando lo entendí todo. Sentí mi corazón latir a una velocidad anormal.
—Cuelga el celular,Sofia - dijeron atrás mío.
Con las manos temblando voltee a ver al traidor. Jamás lo hubiera imaginado.
—¿Bruno?