Prometo recordarte

Fantasma en una fotografía

A pesar de que el sermón de Elizabeth Cooper duró poco más de una hora, en la que le recalcó todas esas veces en las que la vida del pobre huérfano estuvo en juego. Al principio Hansen la escuchaba con completa atención y al final irritado. En fin, ese regaño no le impidió asistir al trabajo con las evidencias que quedaban de Alphonse Moreau y que metió en una bolsa de plástico con el cuidado que un novato tendría.

Antes de llegar a la Estación de Policía, solicitó la ayuda de Napoleón y Elizabeth para extraer la información del padre acerca de la biblioteca con los registros de los habitantes de Whippersnapper Town. Hasta que cayó la noche lograron encontrar los registros de Alphonse que, sorprendentemente coincidían con los datos que aquel ser pelirrojo dejó escritos en una hoja.

Tras llegar a su trabajo, acompañado de Nanashi y Napoleón con aires de heroísmo, Nanashi abrió la puerta de la oficina de la oficina del señor Myers, cosa que dejó extrañado al mismo jefe, puesto que todos —o por lo menos a aquellos a los que podía ver desde su lugar, a través de la puerta— se encontraban lejos. Hansen apresuró su paso hacia la oficina y tocó la puerta por mera cortesía, entró sin esperar una respuesta a cambio.

—¿Recuerda el caso de las novias desaparecidas?

Myers rodó los ojos, lleno de arrogancia y torció su bigote.

—No me enteré de esa noticia. ¿Cómo que novias secuestradas?

Hansen pensó que había sido una pregunta más que estúpida la que había formulado, negó con la cabeza mientras cerraba los ojos.

—Lo que quiero decir es, que atrapé al criminal.

—¿Y bien? ¿En dónde está?

—Sobre eso… Ocurrió algo similar a lo del caso de los niños perdidos.

Del bolso de su suéter extrajo la bolsa con la evidencia y la dejó sobre el escritorio. Posteriormente la hoja con los detalles de Alphonse.

—¿De qué se trata todo esto?

—Esto es lo único que quedó del cuerpo de Alphonse Moreau y esa hoja son los detalles de la vida de él.

Napoleón entró a la oficina con el libro que tomaron de la biblioteca y abrió la página en donde los datos de nacimiento de Alphonse estaban escritos. Hizo comparar a Myers ambos documentos y por cada palabra que pasaba ante los ojos de él, estos se abrían. Terminó parpadeando varias veces seguidas por el ardor que le provocó leer así. Estaba sin palabras.

—Y no solo fue lo único que encontramos —agregó Hansen—. Los cuerpos de las novias yacen en el jardín del padre. Encontramos un cuarto secreto en donde el cuerpo del antiguo padre se encuentra oculto en la figura de San Pedro.

—No puede ser… —dijo Myers, asombrado—. ¿El padre Callum siempre estuvo con nosotros? ¿Qué hay del padre Jacob?

Hansen y Napoleón se miraron a las caras por un momento, ambos sorprendidos, lo habían olvidado por completo tan pronto como se hicieron del libro de los registros. Nanashi se acercó a la oreja de Hansen y le murmuró que el padre seguía en el mismo lugar en el que lo dejaron amarrado.

—El padre Jacob está golpeado y encerrado en la biblioteca de los registros.

—¿Qué ustedes hicieron qué? —Myers frunció el ceño.

—Era necesario, jefe. El padre dejó encerrado a Hansen en el cuarto secreto. Ese hombre oculta más de lo que muestra y si me permite hacer un comentario sobre su persona, creo que él asesinó al padre Callum.

—Hansen, investiga el jardín y la figura de San Pedro. Lleva algunos policías contigo, pero no más de tres. Tienes permitido arrestar a algún otro sospechoso. ¡Y que no se te olvide traer al padre Jacob!

Los ojos de Hansen brillaron tras escuchar la orden dictada por su jefe acerca de poder arrestar a algún otro sospechoso… aunque de todas maneras lo haría si pensaban prohibírselo, es solo que en esa ocasión fue diferente, tal vez porque sintió que esa oficina sería para él.

Los primeros en ofrecerse para la búsqueda fueron Valerio y Oriol. No trajeron a otro oficial más, debido a que la angustia de llegar lo más pronto posible arrastró a Hansen con estos dos. Nanashi desapareció de la vista del huérfano y apareció más tarde en el interior de la iglesia, haciendo todo lo posible para evitar la huida del padre, quien había sido auxiliado por una de las monjas algunos minutos antes de la llegada de la policía. El padre Jacob se encontraba lejos de la biblioteca de los registros, corría rumbo al jardín en donde se suponía que estaban los cuerpos, cuando Nanashi se apareció del otro lado de la puerta y atascó la cerradura.

Los policías se dividieron los caminos tan pronto como notaron que el padre huyó de la biblioteca de los registros: Oriol y Valerio lo buscaron cada uno en las torres que conformaban la iglesia, por si el hombre tramaba escapar del crimen quitándose la vida. Hansen corrió hacia la oficina y a mitad del camino Nanashi apareció frente a sus ojos; Hansen lo atravesó y frenó unos tres pasos adelante y claro, no faltaron los escalofríos que le provocó.

—¡Hansen! Es un alivio verte.

—También para mí si lo dices bajo esa sonrisa.

—El padre no está en su oficina. Él junto con una monja, intentan abrir la puerta que conduce hacia el jardín y si no nos damos prisa, van a buscar otra salida.



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En el texto hay: boyxboy, drama, lgbt

Editado: 02.05.2022

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