POV Alissa
Tocaron la campana para salir y me levanté junto a Danna, ya estábamos listas minutos antes. Caminamos hacia la puerta como todos los estudiantes, por mi lado pasaron los amigos de Caleb casi corriendo en dirección a la salida, literalmente empujando a todos los que se atravesaban en su camino.
—¿Y a estos que bicho les picó? —mi amiga frunció el ceño—. Lo que tienen de lindos lo tienen de extraños, ¿no?
¿Dónde estaba Caleb?
Giré un poco la cabeza para chismear y el susodicho casi me rompió el cuello con el empujón que me dio cuando pasó corriendo por mi lado.
—Auch, ¿no dejas de ser un idiota al menos por un día? —solté entre dientes, llevándome una mano al cuello, el se giró por un segundo a mirarme pero no dijo nada, solo siguió esquivando personas hacia afuera. Me mordí el interior de la mejilla, genial.
—Más encima ni siquiera se han presentado a la clase, pésimo servicio —dijo Danna a medida que avanzábamos.
—El que me empujó se llama Caleb —se me salió sin querer y ella se volteó a mirarme con las cejas levantadas—. Lo sé porque lo escuché... ¿Está bien?
—No te he dicho nada, tranquila Romeo. —Avanzó por el pasillo—. ¿Y los demás? Ese que es medio rubio, por ejemplo.
—No lo sé. —Me encogí de hombros llevando una mano a mi bolsillo trasero para sacar mi celular, pero al tocar me di cuenta de que no había nada—. Mierda, perdí mi celular.
—¿Otra vez? —Danna rodó los ojos—. Lo dejas en cualquier lado, mujer.
—No es cierto —murmuré rebuscando en mi mochila con el corazón acelerado—. Ah no, aquí está, olvidado.
—Siempre es lo mismo contigo, Alissa.
—Jiji.
—Mejor vayamos a casa. No puedo creer que tendré que levantarme temprano todos los días.
Sonreí. —Sobrevivirás.
POV Caleb
Corrí por el bosque en mi forma humana junto a los chicos, Brick y su manada debieron haber huido, era obvio. Vendrían aquí tarde o temprano.
—Tenemos que cubrir más terreno, si los dejamos entrar ahora no se irán nunca. —Bajé la velocidad—. ¡Sepárense en grupos! ¡Finn y Adam! Vayan por allá —exclamé y ellos me obedecieron, separándose de nosotros inmediatamente—. ¡James y Diego! Ustedes por el otro lado.
—Pero Caleb... —Diego frenó la velocidad para mirarme—. ¿Irás solo? Recuerda que ellos son seis...
—Tenemos que cubrir el mayor terreno posible, lo sabes. —Le di una mirada y el asintió.
—Está bien.
—Si necesitan ayuda, ya saben que hacer.
Miré el cielo, aún faltaba para que se oscureciera así que no era tan buena idea convertirme. Maldije. Prefería correr como lobo, era mucho más rápido.
Me dirigí a las afueras del bosque, desde ahí tendría una buena vista. Si se acercaba alguno de la manada de Brick, lo vería al instante.
Me quedé ahí, parado, me sentía incómodo, inquieto. El sol comenzó a ponerse y todo estaba en silencio, mis pies ya comenzaban a adormecerse de tanto caminar en línea recta de aquí para allá. Tampoco se escuchaba rastro de los chicos, así que supuse que estaba todo bien.
Me apoyé en el tronco de un árbol, podía pasar cualquier cosa, pero era mayor la posibilidad de que Brick llegara a molestar aquí, y para eso había que estar preparado.
—O tal vez irá a buscar un bosque más lejano —me susurré a mí mismo apoyándome en una piedra.
—¿Por qué haría una cosa como esa? —escuché la voz de Brick a mis espaldas y la piel se me erizó de inmediato en reacción. Me incorporé de golpe.
—Creo que no te cansas de que te golpeen, ¿no? —Di un paso hacia él y de atrás de los arbustos salió otro chico, que se puso rápidamente a su lado—. ¿Tampoco puedes pelear solo?
Vi sus ojos comenzar a volverse rojos y solté una carcajada seca.
—Fuera de mi bosque
—No.
Bajé la mirada para darle paso a mi lado animal, mis ojos se volvieron rojos y mi respiración comenzó a acelerarse. Hice mis manos un puño y las abrí con impulso, dejando salir mis garras.
—Me importa una mierda si tú bosque se está quemando o no, aquí no eres bienvenido.
—Claro... porque tú lo mandaste a quemar, ¿no? ¿Es una venganza por lo de la otra vez? —Sus pupilas se dilataron con enojo, escuché su mandíbula crujir.
—No caería tan bajo.
—De ti no me asombra nada.
—No me conoces. —Me acerqué a él por el costado, el no se quedó atrás e hizo lo mismo, precavido a cualquier movimiento que pudiera llegar a tener.
—Eres predecible —Se abalanzó sobre mí y yo lo esquivé, enterrando mis garras en su brazo y lanzándolo al suelo.
El beta que lo acompañaba corrió hacia mi, me lanzó manotazos al rostro y al estómago con las garras bien separadas para cubrir más espacio. Una de ellas me arañó parte de mi camiseta, lo tomé del antebrazo enterrando mis garras en su piel y lo empujé contra un árbol.
Rugí y me abalancé sobre Brick, no necesitaba convertirme en lobo completamente para pelear contra el.
El beta volvió a correr hacia mi, no me esperaba que volviera a recuperarse tan rápido, lo esquivé y alcancé a darle un rasguño en el abdomen, pareció no afectarle.
Brick aprovechó esa fracción de segundo para lanzarse sobre mi. Caí de espaldas al suelo, el levantó su brazo y sacó sus garras. Giré sobre mi mismo cuando bajó para rasguñarme el rostro. Levanté mi codo y lo moví rápidamente para pegarle de una estocada la parte trasera de su cuello, me soltó.
Le rugí al beta que lo acompañaba, éste retrocedió dos pasos.
—¡Fuera! —Levanté mi mano y enterré mis uñas en el vientre de Brick, dejándome llevar por mi lobo. El adolorido gruñó y me empujó, rasguñando parte de mi antebrazo.
Mierda, eso si me dolió.
Miré la luna, necesitaba fuerzas. Gruñí lo más fuerte que mi garganta me permitió, llamando a mi manada.
Brick se levantó y se apoyó en un árbol, su rostro comenzó a deformarse, en menos de un segundo se había convertido completamente en un gran lobo gris.