III

『♡』

«Mis más gratos saludos estimados cotillas de Londres, que al igual que su servidora esperan esta publicación con ansias para comparar puntos de vista, y de paso enterarse de lo que sus ojos no han captado.

¡Ojo!

No estoy juzgando, solo digo lo evidente y me identifico con mi público para hacer más amena la lectura.

Pero mi intención no es dar rodeos cuando lo jugoso viene desde el inicio, dejando el acto principal para el final.

Así que iniciemos de una vez por todas, que los protocolos están de más.

...

Es bien sabido que esta puesta en largo presenciamos tres retornos que no eran esperados.

O desde antes, si no que mi pluma no los había recalcado, para hacerse la interesante y de paso presenciar que tan rápido corría la noticia sin mi nariz en medio del chismorreo.

¿El resultado?

Fue fatal.

Porque casi nadie sabía del regreso de nuestro desechado, pero no por eso menos perfecto Lord Adler Somerset, el heredero al ducado de Beaufort, que, tras el engaño de su prometida, la innombrable ahora Lady Abigail Keppel, se convirtió en un soltero empedernido.

El cual nos elogió con su aparición, dando a denotar que los años en el ejercito le sentaron de maravilla, aunque sus gustos en cuanto a mujeres al parecer decayeron. Pues fue encontrado, o por lo menos mi ojo lo divisó con nuestra disoluta Lady sinvergüenza en las sombras teniendo un acercamiento comprometedor con miradas coquetas, y palabras llenas de sugestión por sus expresiones.

Lo que me hace formular el siguiente cuestionamiento:

¿Será que por fin la estrafalaria francesa, y uno de mis seres humanos favoritos por su desparpajo por fin sentara cabeza, y se dejara amarrar cediendo a los encantos de uno de los lores más aclamados de la temporada que apenas dio inicio?

Porque las malas lenguas, que captaron mis oídos dicen que el rubio vino a encontrar esposa, y ella ha sido la primera que ha logrado entretenerlo al punto de que le pidiese un baile.

Según mi olfato de casamentera suenan campanas de boda, y no lo digo por el hada de Londres y su prometido Lord Archivald Stewart, que también hará parte de este escrito.

Se fue de repente, regresó sin decir nada, se comprometió y ni siquiera me tuvo en cuenta como uno de sus prospectos de duquesa.

Entre hadas y príncipes de fuego, el patito feo no tiene cabida porque su perfección no es superficial, pero si genuina.

En pocas palabras soy uno de los tantos corazones rotos, pero se me pasara como al resto.

Hay más prospectos.

Y terminando con los regresos menos esperados, ¿Qué opinan de nuestra soberbia y poco extrañada Lady Aurora Harris?

Una temporada en sociedad, y a su retorno resulta que está a punto de ser proclamada como solterona.

Aunque eso no le quita que esta más hermosa, y al parecer más descarada.

Se le vio coqueteando con el Vizconde de Portman, que pese a estar casado y ser el más rechazado por la rubia, sigue babeando por su estampa.

¿Una Lady Harris recargada?

Estaré al pendiente de sus andadas.

Cuiden a sus maridos, porque pese a que siga aparentando ser inalcanzable ninguno se negaría a una noche con una mujer que no planea pertenecer a nadie.

Y con esto llegamos al punto más esperado.

Con el que cerraremos esta sección más larga de lo habitual.

Siendo el protagonista su Gracia, Lord Alexandre Allard Duque de Beaumont, que cabe resaltar a mi concepto es el Lord más caliente de Londres.

Y perdonen mis modales, pero recalcarlo dejó de ser pecado cuando mis actos son más escandalosos que un simple halago.

En caso tal es el cuchicheo principal, porque fue plantado en medio de la pista de baile por una dama venida de tierras españolas, que sin floritura le hizo aquel desaire.

¿Quién era la susodicha?

Todos lo sabemos con claridad, pero amamos el chisme y quien no estuvo presente merece saberlo, y el que lo presenció está en su derecho de recordarlo, y yo no soy quién para negárselos.

Así que, de la dama que se está hablado es de nada más y nada menos que de la acompañante del Duque de Rothesay, que a su vez es la prima de su duquesa, siendo Lady Luisa de Borja, más conocida como Lady frivolidad en su tierra natal.

¿La razón?

No me atrevo a ahondar al respecto.

Juzguen por sus propios medios.

Solo me atrevo a decir que es altanera, soberbia, altiva, decidida y poco más que un enigma.