La luz de la mañana iluminaba toda la habitación, el ruido de la gente y los automóviles lo despertaron, el calor del día ya no se sentía tan sofocante como antes, ese era su primer día en Terra, se levantó y abrió la ventana, la mañana se veía muy hermosa, le hubiera gustado poder haberse quitado la máscara y sentir el refrescante viento en su rostro, pero se recordó que no vino de vacaciones, así que sin perder más tiempo se alisto para ir a ver a Ciel. El rostro que tenía ahora no tenía tantos defectos como el anterior, era más común, tenía unas cuantas pecas en sus mejillas, sus cejas no eran tan pobladas y su nariz era de tamaño normal y a pesar de que ya llevaba bastante tiempo utilizando la máscara aún no se acostumbraba ver un rostro diferente cuando se miraba al espejo. Se terminó de vestir y se colocó la peluca, esta era de color castaño claro y en vez de ser lizo como el suyo, era un poco ondulado, ésta si le costaría más tiempo acostumbrarse ya que le hacía sentir más calor, Killian no tuvo necesidad de usar una para cambiar el color de su cabello, ya que para él fue suficiente utilizar una tintura en spray que cambiaba su color negro por uno castaño de inmediato, Seth no pudo usarlo porque la tintura no se adhería a su cabello.
-Te deje algo en la cocina por si tienes hambre- Killian se había levantado temprano
- ¿A dónde vas? - pregunto cuando vio que se iba
-Ahora que no está Ark iré a dar un paseo por la ciudad, y de paso ver si hay algún trabajo disponible, tú también deberías hacer lo mismo, claro, después de visitar a Ciel- sin esperar a que Seth le contestara salió del apartamento
Se dirigió a la cocina y se comió lo que Killian le había dejado, cuando termino decidió que ya era la hora de ir a verla, así que sin más demora también salió del apartamento. El papel que Ark le había entregado tenía una dirección y un nombre, “Taller Mirozoff”, siguió las indicaciones tratando de no distraerse con nada, actuando como cualquiera de los habitantes de la ciudad, cuando giro por una de las esquinas pudo ver a lo lejos el nombre del taller, frente había un pequeño parque, decidió sentarse allí a esperar a que lo abrieran. Ahora que estaba a pocos metros, sentado frente a su casa, le pareció como si la muerte de Thade hubiera sido hace ya mucho tiempo, aunque solamente habían pasado dos meses. Mientras esperaba, pudo apreciar más de cerca la naturaleza, la silla estaba debajo de un árbol, rodeada de césped con algunas flores y hojas a su alrededor, se agacho para poder tocar el césped, le pareció suave, tan diferente del césped de plástico, arranco un poco y lo llevo hasta su rostro, incluso su aroma era agradable, miro hacia todos lados y cuando vio que no había nadie toco el árbol, también arranco un pedazo de su corteza y pudo sentir su textura, a diferencia de la naturaleza artificial que tenía el mismo olor, cada cosa, el pasto, los árboles, las hojas y las flores tenían su propio aroma, su propia esencia, aunque sabía que en Ignem aún se conservaban algunas flores naturales nunca había tenido la oportunidad de verlas de cerca, eran tan exclusivas y costosas que no todos podían tenerlas. Poco a poco las demás tiendas abrieron, las calles comenzaron a llenarse de gente y finalmente las puertas del taller se abrieron, una mujer apareció tras las puertas, su cabello era de un color castaño que brillaba con el sol, largo y sedoso, su silueta era esbelta y hermosa luego vio a otra mujer salir, de cabello castaño rojizo, pero lo tenía corto y recogido en una cola, tenía puestas unas gafas, de inmediato supo que la mujer de cabello largo era Ciel, era tal y como Thade se la describio, después de un momento llego un hombre y desapareció dentro del taller para volver a salir minutos después, parecía ser que trabajaba allí. Ya había pasado una hora desde que abrieron, se sentía más nervioso que antes, pero respiro profundo y se puso de pie, comenzó a caminar hasta que llego a la puerta, pero no pudo seguir caminando.
-Buenos días, que necesita- le pregunto el hombre acercándose a el
-…Estoy buscando a…- se detuvo cuando vio que la mujer de cabello largo caminaba hacia ellos
-Yo lo atiendo Vern, tu termina de arreglar ese motor, el señor Becher no demora en llegar, en que lo puedo ayudar- pregunto sonriéndole
No supo que decirle, era mas hermosa de lo que había pensado, sus ojos eran de un azul claro y su piel blanca y tersa, su sonrisa iluminaba su rostro de una manera especial. Ella se quedo mirándolo confundida al ver que no decía nada, Seth no pudo seguir sosteniéndole la mirada, la desvio y en una de las paredes vio un letrero donde decía que se buscaba mecanico
-Vine por el anuncio- dijo finalmente señalando el papel en la pared
- ¿Viene por el puesto de mecánico? - Seth asintió - ¡Qué bien!, sígame por favor- Seth camino tras ella hasta que llegaron a su oficina que quedaba al fondo del taller -perdón si me veo muy entusiasmada, pero es que hace poco llegamos aquí y desde entonces nos ha costado mucho encontrar empleados- se sentó en su escritorio señalándole la silla frente a ella para que Seth se sentara -Vern nos ha estado ayudando desde que llegamos aquí, fue una suerte haberlo encontrado tan rápido, pero últimamente hemos tenido mucho trabajo y ya necesitamos más ayuda, así que dime, que experiencia tienes en mecánica-