Para Oscar, hacia el futuro.

Norte de la ciudad de Salta – 01:30 AM

A la vez que corría con todas mis fuerzas me aseguraba de que no se me cayera el dispositivo que acababa de robarme de la planta de energía eléctrica urbana. Dos policías me perseguían muy de cerca disparando balas paralizadoras.

El lugar se encontraba completamente a oscuras y no lograba ver nada más allá de una cuadra de distancia, las únicas fuentes de luz que se podían encontrar provenían de las lámparas de la calle que con suerte lograban iluminar un poco el camino.

Cruce por una calle vacía por la noche hasta llegar a una plaza con varios juegos, gire a mi derecha por donde se encontraba un restaurante de comida rápida con la esperanza de poder perderlos, las lámparas de las calles pasando el restaurante se encontraban destruidas y entre tanta oscuridad podría lograr que me perdieran de vista.

Continúe corriendo a una cuadra de haber pasado el restaurante y justo cuando pensé que los había perdido por voltearme a ver atrás me termine chocando con un policía que se encontraba haciendo patrulla, como resultado ambos caímos por el impacto y yo sin perder un segundo comencé a buscar el dispositivo que se había resbalado de mis manos.

 El policía me cegó al apuntarme con la luz de la lámpara de su pistola -¿Buscas esto?- Me pregunto sosteniendo el dispositivo entre sus manos –Discúlpame hijo pero tendrás que acompañarme a la jefatura para responder varias preguntas- Él cambio el modo de su pistola de balas tranquilizadoras a balas paralizadoras.

Comencé a gatear de espaldas en un intento de alejarme inútilmente del policía y para empeorar la situación los otros dos que venían siguiéndome me cortaron el paso a mis espaldas.

Me encontraba en una situación crítica, los tres me apuntaban fijamente y en lo único en lo que podía pensar era en cual me dispararía primero. Pero justo antes de que eso sucediera a los tres policías se les fueron arrebatadas sus armas, la tenue oscuridad de la noche no permitía ver nada y parecía que simplemente estas se habían ido flotando para el cielo, observar la cara de ingenuidad de los tres policías me causo mucha gracia.

-¿Vos hiciste esto no? Vamos a ver si te seguís riendo después de esto- El policía frente mío desenfundo una cachiporra eléctrica, yo me cubrí la cabeza con mis brazos, pero justo antes de que este me golpeara simplemente se detuvo, esforcé mis ojos para lograr ver con mayor claridad en la noche y presencie como del cuello del policía comenzaba a salir un chorro de sangre, luego apareció otro más y otro más hasta que este simplemente cayó al suelo sin poder moverse. Gire mi cabeza en dirección a los dos policías en mis espaldas y les había ocurrido lo mismo.

Me levante del suelo y con tranquilidad me dirigí a recuperar el dispositivo que robe de las manos muertas del policía. Al mismo tiempo una misteriosa figura descendió desde el techo del restaurante y se me acerco por la espalda para luego colocar su brazo entre mi cintura –Eso estuvo cerca Julián, casi te atrapan esta vez- Me dijo muy entusiasmado, casi hasta se podía sentir la adrenalina correr por su cuerpo.

Sigilosamente aparte su mano de mi espacio personal, tome la pistola que tenía la lámpara encendida y la apunte a la extraña figura para molestar. La luz revelo de entre las sombras a un chico un poco más alto que yo, con un rizado pelo rubio y brillantes ojos celestes –Casi manchas la matriz con sangre- Me queje.

-Pero por suerte no se manchó- Refuto el chico a la vez que volvía a intentar acercarse de más a mí.

Sigilosamente yo volví a crear una distancia entre nosotros –Ya basta de juegos Oscar, volvamos rápido a la guarida antes de que Replicante se preocupe-

-Está bien- Acepto mi compañero – Me gustaría limpiar lo más pronto posible la sangre de mis hilos de audenio- El audenio era un metal súper fino como un hilo de coser, pero a su vez también era resistente a casi todo y podía cortar o atravesar cualquier superficie.

2:10 AM.

El canal por el cual caminábamos se encontraba en muy mal estado, el clima no había sido generoso con él, sumado a eso también se encontraba la exagerada cantidad de basura por todos lados. Lo bueno es que Oscar y yo fuimos y vinimos tantas veces por este lugar que ahora podíamos cruzarlo sin preocupaciones en plena noche, igual por las dudas llevábamos la linterna de la pistola de aquel policía encendida para alumbrar el camino que seguíamos.

-Ahora que lo pienso ¿Por acá no vive un amigo tuyo? No me puedo acordar su nombre- Comento mi compañero intentando iniciar una conversación.

Yo lo pensé unos segundos. Los alrededores del canal se encontraban cubiertos por una infinidad de yuyos y en dirección a la derecha se encontraba el barrio en el cual vive Noah.

-Así es, él vive por estos alrededores- Respondí.

-¿Y como esta? ¿Ya le comentaste de mi existencia?- Pregunto Oscar de forma burlona.

-Ya sabes que jamás lo haría. Desde que comenzamos este pequeño proyecto me he distanciado bastante de mis amigos, claro hasta que terminemos-

Pude sentir como sus palabras se cubrían con tristeza, pero no una real, sino una falsa y engañosa –No sé cómo sentirme respecto a que me ocultes de tus demás amigos-

-Concéntrate Oscar, vos sabes sobre el Proyecto Doppelganger- Me detuve en seco y tomé sus dos cachetes levantándolos para formar una sonrisa con esa cara mentirosita –Y nadie más sabe sobre eso, sos la única persona a quien se lo conté-

En un arrebato de alegría él comenzó a abrazarme y lentamente podía sentir sus manos bajar a mi retaguardia, al instante tome sus dos manos y engañando a su corazón las aparte de mí.

-Ohhhh- Se quejó.

-Este no es el momento- Conteste para retomar nuestro camino.

Nuestro destino era un edificio abandonado el cual anteriormente funcionaba como una fábrica textil, pero luego de algunas reformas económicas realizadas por Onyx esta se fue a la quiebra y en un momento de exploración de nuestra infancia Oscar y yo lo descubrimos.  Actualmente ese viejo edificio funcionaba como nuestra base secreta en la cual estábamos por llevar a cabo el Proyecto Doppelganger. Un proyecto que si resultaba bien podría salvarnos a todos.