Capítulo 19: Date Cuenta Por Favor.

Lunes 27 de octubre – Por la Tarde – Colegio.

Todos los miembros del consejo estudiantil estaban reunidos: los representantes de cada uno de los cursos (8 en total), el tesorero, la vicepresidenta y la presidenta. De pie en la punta de la mesa estaba la joven de pecas rojizas en sus mejillas, la vicepresidenta le entregó una tablet y esta leyó unas cosas antes de hablar. –La verdad que estoy sorprendida para bien –dijo con un tono de amabilidad genuino, algo raro para Lois–. No solo logramos alcanzar la meta de recaudación estimada, sino que también la superamos bastante.

     Todos aplaudieron, a finales de cuenta todo esto solo beneficiaba a los chicos de quinto y cuarto año porque ellos serían los que viajarían, pero el colegio intentaba promover la solidaridad y el compañerismo así que todos los cursos tenían que ayudar. De esa forma cuando llegue el turno de ellos de hacer un viaje como ese todos los demás también los ayudaran.

     El cabello naranja castaño que le llegaba a los hombros se sacudió ligeramente de un lado a otro cuando la presidenta del consejo estudiantil clavó su vista en el representante de quinto año, es decir en Julián, A3. –Según este informe del tesorero, un miembro de ese grupo, Basil, fue el que más vendió de todos. Triplicó a todos los demás grupos de cada curso. –Otra vez todos los presentes aplaudieron.

     A3 se puso de pie. –Muchas gracias, sus agradecimientos serán dados. La verdad que Basil no pudo reunirse con los demás para cocinar pero me parece que fue la mejor opción, desde su casa y con su familia pudo superar con crecer la producción y ganancias.

     Lois procedió a mirar al tesorero sentado a un lado, este hizo unas cosas en su tablet y las envió a la de ella, cuando el envío se confirmó asintió y en ese mismo instante la información le llegó. Ella la abrió para darle una mirada rápida. –El viaje es la semana que viene, y ahora en esta semana nos toca a los miembros de los grupos de la fiesta de Halloween actuar. Ya que recaudamos mucho más de lo esperado con las empanadas el presupuesto a alcanzar es bastante menor, pero eso no es excusa para dormirse en los laureles.

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Martes 28 – Por la Tarde.

Con los brazos cruzados y apretándose con fuerza A3 se frotó para intentar darse un poco de calor, el lugar donde se encontraba era bastante frio y no había ido con la suficiente preparación para eso, aunque en teoría tampoco esperaba tener que pasar tanto tiempo allí. Se encontraba en el supermercado, específicamente en la parte de productos congelados donde le habían dicho que esperara.

     Después de unos diez minutos fue que por fin la persona que lo convocó hizo acto de presencia. –Ay Julián, llegaste –dijo Lois apareciendo por un pasillo, en su brazo derecho cargaba con un cesto de compras.

     –Claro que sí, me dijiste que te esperara en este lugar a esta hora.

     Cuando la presidenta del consejo estudiantil se acercó más saludó al chico con un beso en el cachete, acto seguido su atención se elevó hasta el cabello rojo que tenía. –Me encanta tu pelo ¿le hiciste algo?

     –En realidad no, solo uso el mismo champú que usa mi madre.

     Por algún motivo que A3 no comprendía Lois empezó a reírse de su respuesta, él revisó lo que acababa de decir para ver si dijo algo mal. Ella se llevó una mano delicada y con gesto femenino para cubrirse la boca a la par. –Ay Julián eres un genio. Por favor después pásame el nombre de la marca ¿Puedo olerlo?

     –No creo que puedas desde donde estas, te saco bastante centímetros de altura. –La chica se quedó callada un momento, perpleja, y entonces A3 aprovechó para decir otra cosa–. ¿Te molesta si nos movemos? Me estoy congelando aquí, es como si estuviera en la Antártida.

     –La Antártida jajajajaja que buena referencia. Pero si, vamos, tenemos que completar la lista de compras todavía. –Ella se puso en marcha y su compañero del consejo estudiantil la siguió por detrás–. Oye, me gusta mucho la ropa que te pusiste. Te queda muy bien.

     –Oh, gracias. Es la misma ropa que me puse ayer para ir a la casa de Noah, pero como veía que no estaba tan sucia pensé que tiraba para un día más. –Luego de responder Julián se quedó callado mirando los estantes con productos y Lois se dio cuenta que no recibiría la misma pregunta para continuar la conversación, así que se concentró en lo que vino a buscar.

     La presidenta sacó su celular para revisar la lista. –Bueno, además de cobrar entrada para la fiesta de Halloween también vamos a vender panchos y gaseosas dentro. Así que tenemos que comprar las salchichas, el pan, muchos tipos de aderezos y las gaseosas.

     Mientras ella iba nombrando las cosas A3 se detuvo de golpe en una estantería, ella lo notó y se detuvo a pocos pasos por delante. –Mira, aquí venden muchas marcas de paquetes de salchichas –comentó Julián sosteniendo dos marcas diferentes en cada mano–. ¿Cuál prefieres?

     Lois se puso un poco colorada. –Prefiero las salchichas que tienes tú.

     Sin embargo, la Unidad Académica inclinó la cabeza para un costado algo confundido, dentro suyo se sentía mal porque no estaba entendiendo bien a que se refería ella. Para no quedar mal él prefirió tragarse la vergüenza y ser más específico. –Pero no entiendo ¿entonces prefieres la marca que tengo en mi mano derecha o izquierda?

     Un suspiro salió de la boca de la presidenta y su vergüenza atrevida desapareció tan rápido como apareció. –Deja, la que tú quieras nomas.

     A3 se tomó el tema muy en serio, se puso a leer los ingredientes y pequeños detalles del empaque de cada uno de los paquetes. Después de unos siete minutos fue que llegó a la conclusión que creía mejor. –Sera mejor llevar estos. –Julián le sacó el cesto de compras a Lois y comenzó a tirar dentro varios paquetes–. ¿Con diez será suficiente o no? ¿Serían unos sesenta panchos?