Luz...
Cámara...
Acción...
"Eres mi chica, Addison."
Addison.
Anoté el pedido de la mesa y lo dejé colgado en dónde van las órdenes de los clientes.
—¡Oye, muchacha! —me llamó un hombre que cargaba salsa por toda la cara—¡Se acabó el aderezo!
Sacudí mi cabeza y levanté mi pulgar a su dirección, dándole a entender que me haría cargo. Pasé hasta la cocina, tomé una taza y la cucharilla para servir. Lo coloqué en una bandeja con unas bebidas que debía entregar a la mesa 7. Caminé sosteniendo ambos lados y pasando la puerta que fue abierta por Liam. Llegué hasta la mesa del hombre salsa y fui hasta el chico de los refrescos. Regresé hasta el mostrador para apartar toda la basura y envases sin nada, tomé copas que habían dejado los clientes en el mesón sobre la bandeja. Fui hasta la cocina con cuidado de que no cayera al suelo. Dejé todo en el lava platos dónde Liam fregaba los cubiertos. Sostuve el trapo seco y comencé a pasarlo por la loza ya lavada.
—Ahh... —suspiré—que alivio tener que hacer esto.
Me sentí más calmada y mis hombros se sintieron menos pesados. He cargado bandejas y ayudado a bajar cosas de los camiones de comida. Nunca antes había hecho tanta fuerza en mi vida, pero está bien esforzarse cuando se tiene una meta en mente. Llegué aquí a las 6 am, antes de la hora acordada, no he detenido el trabajo hasta ahora. Mi gripe se fue y por suerte la noche de ayer no tuvo consecuencias por el frío. He tomado mis medicamentos para prevenir dolor de cabeza y algún resfriado que podría provocarse.
—Owen me dijo que estos dos días faltaste por problemas de salud, ¿Estás bien? No te has detenido desde muy temprano.
Coloqué el baso en el estante a donde pertenecía. Tenía suerte de que la hora del desayuno apenas comenzaba y los clientes no eran muchos, mi horario es en la tarde pero hablé con el jefe para que me dejara adelantarme y poder salir más temprano. Hablé con mamá sobre esto, no le gustó la idea pero al final de tantos ruegos aceptó, se sintió orgullosa pero a la vez angustiada por mi. Así que, al ella firmar el permiso para que esté empleada aquí, me he esforzado para demostrar que no hizo mal al decir que sí.
—Lo estoy. —afirmé—hablé con el gerente en la noche, trabajaré en el turno de la mañana los fines de semana, sin descanso, para salir temprano. Y los días de semana llegaré en las tardes para ayudar en la hora del almuerzo.
Los ojos de Liam se desenfocaron al no comprender bien ese cambio, pero de todos modos no hizo pregunta de ello, lo agradecí. Se encogió de hombros y fijó su vista nuevamente en la vajilla.
—Bueno, —suspiró—solo no te exijas demasiado o te enfermaras.
Sacudí levemente mi cabeza.
—Lo tendré en cuenta, Liam —respondí en un tono bajo.
—Por cierto, —lo miré—en dos días se hará una reunión con los del personal, será una fiesta, ha dicho Owen que el jefe lo organiza como un regalo navideño. Claro que para nosotros no habrá alcohol por ser menores—bufó—¡Que idiotez!
—Tendría que ver si es posible, estoy comprometida con varias cosas en este momento—me justifiqué, debo entregar un adelanto mañana al profesor Billy además de estudiar para los últimos exámenes.—pero intentaré ir.
Continué secando la loza y reacomodándolas hasta donde iban. Seguí haciendo cualquier arreglo en la cocina y tomando las propinas que me daban los clientes. Fue una mañana tranquila en la que pude manejar el estrés, de un grupo de jugadores infantiles que llegaron con un hombre y una mujer, tuvimos que juntar mesas para que entrarán todos. Lucían el logo de una escuela infantil a la que asistí de niña al igual que mis hermanos.
Sonreí al ver lo adorables que se ven.
Salí a la hora que correspondía y me fui a un baño del centro comercial. Guardé en una bolsa la camisa, gorra y delantal que usaba como uniforme. Lo dejé en mi mochila después de sacar la ropa que usaría. Necesitaba verme bien aunque dudaba de mi decisión de ropa, igual solo iría a ver al Sr. White. Habíamos quedado en esta reunión ayer, no podía quedarle mal cuando todo salió de maravilla anoche.
Llegué hasta donde estaba reunida parte de la familia y socios, Roger sonreía y platicaba con unos accionistas, Sophia estaba junto a la tía Marina, y otras señoras, que pellizcaban las mejillas de Jason que se quejaba con una mueca en los labios. Cubrí mi sonrisa con una mano en mi boca y me fui hasta donde estaba el Sr. White. Me miró y cubrió mis hombros con su brazo.
—Desde la reunión con la Srta. Usmánov no te he visto, ¿Todo en orden? —sus ojos se mostraban preocupados—Ada…
Parpadeo un poco regresando a la realidad y comencé a asentir.
—Disculpa, los exámenes finales y la exposición me tiene ocupada.
Acomodó sus gafas y alzó una ceja.
—Ten presente que todos aquí nos observan.
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Editado: 13.06.2023