Proyecto Solar

4. APOLO

Después de ir al consultorio del doctor, Francisco decidido ir a dar un paseo con su hijo puesto que esta tenía un comportamiento raro hacia el sol, sin embargo, no le daba importancia, al fin y al cabo, es un bebe. La caminata duro muy poco puesto que todos en el pueblo de Skylight miraban a francisco con desprecio y repugnancia, la vida después de la muerte de su amada esposa se había vuelto muy complicada puesto que todos pensaban que el era un asesino, no basto con la declaración de la policía puesto que la imaginación de la gente hace teorías que buscan de alguna manera darle la razón al rumor de que el mato a su querida esposa, y con el pequeño Apolo ni se diga, la gente lo mira con lastima y con temor pensando que al ser criado por un supuesto asesino este también se convertirá en uno. Ya en la casa de Francisco este dejo a su hijo en el sofá que había arreglado con protecciones para evitar que este se cayera o se golpeara, las ventanas eran amplias y espaciosas lo cual permitía la entrada del sol de maneras deslumbrantes. Apolo se recuesta en el sofá y se extiende por el mismo como si estuviera tomando un bronceado, lentamente su cabello empieza a ponerse de un rubio intenso y brillante que va creciendo lentamente desde las puntas hasta el final de este mismo. después de un rato su cabello deja de brillar y este camina tambaleándose hacia la cocina a buscar galletas, sus preferidas. Francisco estaba cortando fruta para una ensalada y le pasa una galleta a Apolo el cual la come feliz, pero sin darse cuenta Francisco se corta al no estar poniendo atención a la fruta y la sangre empieza a correr por toda la mesa y su mano.

— Genial, me corte y no he renovado el botiquín de primeros auxilios. — dijo entre gemidos de dolor Francisco.

El pequeño Apolo que ve a su padre sangrar se acerca a el cuidadosamente y observa la herida, inmediatamente pone sus manos sobre esta misma y su cabello y ojos brillan de nuevo, sus manos irradian una potente luz, que podría quemar a cualquiera o dejarlo ciego, pero no es así, se sentía como un viento refrescante en verano. Apolo retira sus manos lentamente y deja de brillar. Francisco impactado por todo lo que acababa de ver observa cuidadosamente su mano y ve que o había nada, ni siquiera una cicatriz, inmediatamente francisco toma a su niño y lo acerca a el para verlo a los ojos pero estaban normales, un destello de tristeza corre por la cara de Francisco al ver esos ojos oscuros, tan negros que es misterioso, igual a los de su madre, sin embargo Francisco deja los recuerdos y lo sigue viendo fijamente, Apolo con una cara confusa camina hacia el sofá y se sienta en este a ver caricaturas.

— Apolo, hijo, ¿sabes como volver a hacer eso? — Dijo francisco mirando directamente a los ojos a Apolo el cual mueve la cabeza de un lado a otro diciendo que no.

Francisco después de intentarlo por unas horas se rinde, Apolo nunca fue del tipo conversador con la gente, la verdad a pesar de tener sus 3 años habla mucho si es necesario que lo haga pero cuando no lo es el simplemente se queda callado, las personas que recién lo conocen piensan que tiene algún problema del habla o algo así pero Apolo dice unas palabras de protesta puesto que siempre se le ha enseñado que tiene que ser de la manera más pura y honesta posible, la verdad Francisco nunca supo si sabia que significaban esas palabras, era muy inteligente pero no hay que olvidar que tenia 3 años, de que entendió el mensaje lo hizo, puesto que nunca duda en ser tal y como es. Francisco al ver que su hijo tenia dotes extraordinarios y que estos estaban relacionados con la curación decide llevarlo al hospital y ver que podía hacer.

El pequeño Apolo al ver a las personas quejándose y retorciéndose de dolor se preocupa y cierra sus ojos poniendo las manos en su pecho mientras todo su cuerpo empieza a brillar y rápidamente extiende su luz por todo el lugar con una potencia indescriptible. Francisco no soporta la impresión y se desploma al suelo viendo como todos los enfermos se levantan asombrados por lo ocurrido. rápidamente llegan las enfermeras las cuales al ver el destello pensaron que se trataban de un incendio o algo por el estilo, pero se detienen en seco al ver que los enfermos estaban brincando de felicidad en sus camas. Francisco corre por fuera con Apolo en brazos el cual se había dormido por la utilización de sus poderes y lo recuesta en su cama.

— Nunca dejas de sorprenderme, hijo. —
 



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En el texto hay: fantasia, magia, poderes.

Editado: 18.05.2021

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