Capitulo 4

BRENDA

Por alguna razón en el desayuno no estaba ni mi hermano ni Jake, es raro de ellos ya que siempre son los primeros en estar.

—Mamá, ¿y los chicos?

—Esta solo tú hermano, Jake no ha venido anoche.

—Ah no? — Pregunto extrañada mientras mi intento de humor mañanero cae al suelo en solo un instante, es que por más que no sea su casa el se queda aquí todas las noches.

—Sé que salieron anoche, Marcos vino muy tarde y la verdad que Jake estará igual que tú hermano; con la almohada pegada.
 

Qué no este significa no solo que no lo veré, también que tendré que ir a estudiar con mi madre de acompañante todo el camino.
 

—¿Nos vamos?— Sueno fría, rota, desganada.

No esta Jake, mis días así no comienzan bien y no pasan cosas buenas. Son esos días que uno los llama grises. Por lo que sé creerán lo este bien, tal vez por mi relato pero les juro que el produce algo tan fuerte dentro de mi,  él realmente tiene una manera mágica de alegrar mis días, como si mi vida gris de repente fuera bañada bruscamente de color.

Mi madre me lleva a mi instituto, somos de hablar poco y nada en el trayecto. Mientras ella va conduciendo en su auto intenta sacar temas de conversación, tales como chicos o si tendré alguna fiesta pronto. Se que hace su mayor esfuerzo por que sea como mi prima Rochi y le divulga toda mi vida. Pero por más que quisiese no puedo contarle la verdad de lo que sucede.

—Cariño— Me llama mi madre cuando estoy a punto de descender, se que viene algo malo detrás-

—No quiero más eso—Suplica mientras observa mis brazos cubiertos por mi buzo de mangas largas, tan largas que hasta incluso llega a tapar mis manos. Mis marcas no las podrán ver nunca.

Ella sigue hablando: — No solo te haces mal tú, me lo haces a mi y mucho más si no me dejas ayudarte hija.

—No lo haré más— Prometo intentando darle el alivio que tanto busca. Mientras me pregunto a mi misma que tan cierto es aquello.

Mi madre y su chevrolet salen de mi vista cuando comienzo a caminar hacia el salón de clase, es temprano aún por lo que hay muy poca gente en el edifico. No suelo apresurarme cuando voy con Jake ya que no me importa más nada que él.

Aprovecho el tiempo en el que no están mis compañeros para tomar mi block de hojas y mi lápiz y comenzar a escribir, lo que será la trigésimo novena carta a Jake dentro de este año.

"Jake,

Quiero empezar a disculparme por lo que mi hermano te haya hecho hacer anoche, lo conozco más que a nadie, por lo que se que suele ser molesto muchas veces ya que comparto eso todos los días. Pero no vengo a escribir de él. Sino sobre ti, sobre mi y lo nuestro a futuro.

Quiero que sepas que mi día se torno gris en el momento que supe que no te vería, que tu iluminas todos mis días, aún los días más imposibles en los peores momentos. Haces florecer aún la flor más muerta del jardín, tu haces que un simple fondo beige se vuelva vida con tal combinación justa de colores, tú haces que las estrellas en el cielo sientan celos por que tú brillas aún más que ellas, tú haces que en mis momentos más tristes pueda sonreír.
 

Entonces me di cuenta de cual tan único eres, me di cuenta que tú así tan simple que pareces, eres mágico.

Jake, tú eres magia."

Doblo la carta en cuatro mientras la guardo en el bolsillo de mi mochila, luego se la daré como siempre a escondidas mientras nadie se de cuenta.

El salón comienza a llenarse y no sin no estar presente un solo día ingresa Antonella captándose la atención de todos en la sala y detrás de ella Estefanie su mejor y única amiga.

—¡Brenda! ¡Amiga!—viene una Antonella emocionada hacia mi. —¿Has llegado temprano? ¿Y tú novio?

—No se sentía bien, luego viene por mi. —Mentí.

—Ay que bueno que se mejore Bren — Y ahí estaba ella siendo aún más falsa que siempre y esta vez fingiendo que por alguna razón yo existía por un momento en su mundo.

—Adiós— Dice mientras se da la vuelta para volver a enfrentarme— Ay no, tengo algo que contarte. ¡Tengo novio! Un día de estos podemos salir los cuatro. ¿Te parece?

No respondo mientras le doy una falsa sonrisa.
 

—Oh bueno, si tú novio puede claro.—-Me guiña el ojo y se va.

No digo más nada y vuelvo mi enfoque a Jake, y me imagino todo nuestro futuro. Me lo imagino siendo mi novio, cuidándome y amándome. Y yo me imagino todo, y se que todo eso sucederá. Miro la hora y me emociono cuando me doy cuenta que falta menos para verlo.