Psycho; Harry Hook

Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ Gil Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

—¿Bromeas? —Pregunto Harry mirando al rubio que se encontraba sentado en una de las mesas del Úrsula's fish and chips
—No Harry —Contesto la peliverde—Tendrá su prueba como todos los demás. Si lo logra formara parte del grupo. 
—Pero es un tonto. 
—¿Pones etiquetas ahora? ¿Cuál es la mía? —Pregunto la peliverde mirando seriamente a su amigo. «Perra». Pensó Harry. Sin embargo no lo dijo, nunca se lo podría haber dicho. Kisa era una perra, pero Harry la adoraba como si en verdad fuese una Diosa. Le había permitido dormir en su casa cuando Garfio llegaba borracho. ¡El durmiendo en la cueva de un Dios! Le había compartido de su comida. En definitiva el chico la consideraba su amiga. 
—Dejen de pelear y besense —Pidio Uma— Confío en Kisa. Si pasa la prueba será parte del grupo. Si no. Una lastima.

La muchacha le sonrió a su mejor amiga y se fue en dirección al rubio. Quién parecía nervioso.

—¿No me quieren aquí no? —Pregunto señalando con la cabeza a los dos amigos de Kisa que miraban desde la barra.
—No importa lo que ellos quieran. Ven conmigo —Caminaron hasta la entrada donde la hija de Hades tomo dos espadas. Le tendió una al hijo de Gastón.

Duelo de espadas. Pensó Harry mientras veía a los chicos irse. Que confundido estaba.

—Esto es lo que vas a hacer —Dijo Kisa tendiendole una espada— Robarás algo del castillo y me lo traerás. Si lo logras... Considerate adentro. 
—Malefica va a convertirme en un gusano —Susurro Gil. 
—Y yo la arrastrare de los cuernos directo a Tartaro —Kisa suspiró— Bueno... Si no quieres lo entiendo. Una pena Gil. 
—Lo haré.

Quedaron en que Kisa lo esperaría en uno de los callejones. Si en una hora no aparecía, lo daría por muerto. 
Gil entro a escondidas al castillo, rogando que no la encontrará Maléfica, o su hija. En uno de los pasillos encontró algo fácil de robar. Habían unos pequeños saquitos con dinero. Mucho dinero. Lo tomo y lo guardo en su bolsillo.

—¿Que haces? —Gil se dió vuelta asustado para encontrarse con una Mal de quince años. 
—Yo... —El rubio no tenía ningúna excusa. Por lo que empujó a la chica y comenzó a correr. 
Cuando miro hacia atrás, Mal venía persiguiendolo con sus amigos.

Gil giro en el callejón donde se suponía que la muchacha estaría. Pero no había nadie.

—Mierda —Sintio una patada y cayó al suelo, al darse la vuelta Mal lo apuntaba con una filosa espada. Gil tragó saliva. 
—¿Que hacías? —Pregunto la pelimorada. 
—¡Nada! —El muchacho se preguntaba dónde estaría la chica de cabellera verde. ¿Había doblado en el callejón correcto? Si. Lo había abandonado, mierda. Este cerro sus ojos.
—Si no me dices. Voy a cortarte en pedacitos —Amenazó la hija de Maléfica.
—¡Que divertido! —Gil abrió sus ojos para encontrar a Kisa de espaldas a el, con su espada en el cuello de la pelimorada— Pero... ¿Lo lograrás antes de que haga rodar tu cabeza? Ah. Lo advierto antes de que alguno de ustedes realice un movimiento. Habré despegado la cabeza de su amiga, del resto de su cuerpo. Yo me quedaría quieto.

Los tres amigos observaron la escena. Estaban relativamente lejos de su amiga y era muy probable de que Kisa consiguiera lastimarla antes de que lograran algo.

—Mal —Pidio Evie— Vamos, no vale la pena. 
—Si Mal, déjalos. Ni siquiera sabes que hacía el chico ahí —Siguió Carlos. 
—Escucha a tus amigos querida —Dijo Kisa. Quién aún mantenía la espada a centímetros del cuello de la pelimorada. 
—Mal. Por favor —Suplico Jay.

La hija de Maléfica bajo la espada y Kisa imito su acción. Los ojos de la pelimorada se volvieron verde brillante.

—Algun día de estos, acabaré contigo —Le amenazó a la peliverde. Quien miraba sus uñas sin darle importancia. 
—Vete de aquí. Otro día hablamos de como lo harás.

Evie tomo la mano de su amiga alejándola del lugar. Cuando ya no los tenía a la vista, Kisa le tendió la mano a Gil para ayudarlo a levantarse.

—¿Lo conseguiste? —Pregunto. Y vio a Gil sacar dos pequeños sacos que se los tendió. Al abrirlos observó que contenían dinero— Bien hecho.
—¿Solo bien hecho? —Pregunto ahora el chico mientras comenzaban a caminar hacia el restaurante de Úrsula. 
—Muy bien hecho.
—¿Mejor que Harry?.
—Nadie lo ha hecho mejor que Harry. Pero considerate el segundo lugar. 
—Cool —Afirmo el rubio. 
—¿Sabes que es aún más cool? Te uniste en un día muy especial del mes. Hoy es la fiesta de la luna.
—¿Que es eso?.
—Oh ya verás. Y te va a encantar —La muchacha abrió las puertas del Úrsula's fish an chips de par en par— ¡Lo logró!.

Los piratas presentes comenzaron a golpear los pies contra el suelo, las mesas y gritar. Así se celebraba en ese lugar. Uma se paró arriba de la barra haciendo a todos callar.

—Recuerden que hoy hay luna llena. Aquí a las ocho —Les dijo la capitana— Traigan las antorchas.
—Trae una antorcha y la mejor comida o bebida que tengas en casa Le ordenó Kisa a Gil. Y este asintió— Ven, los jefes merecen saber que hiciste.

Kisa tomo de la mano a Gil llevándolo hasta la barra donde estaban sus amigos. El rubio se llevó una mala mirada de parte de Harry.

—¿Que fue lo que hizo? —Pregunto Uma, a quien le encantaba oír historias. 
—Esto —La hija de Hades sacó de su bolsillo los sacos con dinero y se los tendió a Uma para que viera. 
—¿Le cobraste? —Pregunto Harry confundido. 
—Lo robo. 
—Gran cosa —El hijo de Garfio rodó sus ojos. Todos podían robar.
—Del castillo de Maléfica —Finalizo Kisa. Sus amigos se miraron sonrientes ahora sí les gustaba la idea— ¿Contaron el dinero? Tendremos la mejor noche de luna que ha habido en meses. Con eso podemos comprar lo mejor de lo mejor.

Una vez al mes, en la luna llena. Las nubes que cubrían constantemente el cielo de la isla se despejaban. Dejando ver las estrellas durante toda la noche. Esa noche le pertenecía completamente a la tripulación de Uma. Bailaban, tomaban, comían los mejores alimentos que guardaban durante todo el mes solo para esa noche. Había una fogata y todos se reunían a rededor de esta. Esa noche todos parecian chicos normales.




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