─ ¡Woow! ¿Es tu amigo? Debe estar traumado. YoonGi pudiste sacarlo de ahí.─ Regaño HaNa. Él solo se encogió de hombros restándole importancia. ─ No te hagas el desinteresado, el chico va a morir y uno de sus recuerdos es ver como dos muchachos tienen sexo frente suyo. Además que sinvergüenzas son, pobre.
─ ¿Mo… morir? ─ Tartamudeó la pregunta, no consideraba a SeokMin su amigo, pero el muchacho le caía bien y el chico es una masita; no cree que puede hacerle daño a alguien.
Tiene pruebas de que SeokMin es inofensivo, bueno es peligroso, pero para sí mismo. La primera vez que lo vio el chico tropezó con un casillero, cayendo de lleno en el piso y ofreció disculpas; a un casillero, ¿qué persona en su sano juicio le ofrece disculpas a un casillero? Es una masita.
─ Él tiene que ver con Lm, debe morir. ─ Comunicó YoonGi con una sonrisa que hizo tragar seco a JungKook.
─ Parece inocente. ─ Opinó sonriente HaNa. YoonGi iba a reprochar, pero ella pateó la puerta asustando a los sinvergüenzas (como la chica los denominó). Entró a la habitación ante los ojos expectantes de los tres hombres que estaban dentro.
JungKook ojeo a YoonGi para que este hiciera algo, él solo le dio una mirada fría para adentrarse a la habitación, dejando a un JungKook confundido. El azabache suspiró acercándose a la puerta para escuchar todo, pero que nadie lo viera.
─ ¡Ha…! ¡HaNa! ─ Nombró en un grito nervioso SeokMin.
─ ¿Uh? ¿Me conoces? ─ Preguntó.
SeokMin asintió atemorizado. JungKook veía todo analizando. Al chico lo iban a matar por ser parte de Lm y él no podía hacer nada porque HaNa le volaba la cabeza con un tiro. Se sentía pésimo.
Un disparo resonó en toda la habitación, dos gritos se hicieron presentes. JungKook sintió un sabor amargo al ver el cuerpo de un hombre caer en un charco de sangre. Suspiró, debía calmarse, nada le aseguraba que YoonGi o HaNa tengan la paciencia suficiente para no matarlo.
No tenía su teléfono y no podía llamar a la policía. Si se interpone, YoonGi o HaNa lo matan, no tiene otra opción más que quedarse en silencio y con impotencia por no poder ayudarlos.
─ ¡Por favor, no me maten! ¡Yo ni siquiera conozco a estos chicos! ¡Además vi porno en vivo, cuando nunca había visto eso! ¡¿Qué más castigo quieren?! ─ Gritaba entre sollozos SeokMin.
Lágrimas se hicieron presente en los ojos de JungKook, no podían retenerlas, se sentía una basura.
─ YoonGi, te quedas a cargo de esto, sigue mis órdenes. ─ Habló HaNa, pasos resonaban por toda la habitación, cuando llegó al pasillo vio a un JungKook abatido. Parecía un cachorrito sin hogar.
─ ¿Qué pasa? ─ Cuestionó con tono amable.
Cuando JungKook quería hablar, gruesas lágrimas se hicieron presentes, sollozos y balbuceos era lo único que escuchaba HaNa.
─ ¿Eh? ¿Qué se hace en estas situaciones? ─ Susurró. ─ ¿Quieres algo JungKook? Deja de llorar. ─ Murmuró. Se acuclilló frente a él, su mano viajo a la espalda del chico brindando leves masajes.
─ Quiero a mi mamá. ─ Sollozó.