“la bienvenida”

Pasaron los días, nada novedoso, pero surgió el hecho de que al parecer ahora la atención era dirigida a Nate. June pensó que la popularidad le duraría poco, pero pareció prolongarse, no dejaban de hablar de él, Nate es esto, Nate hizo aquello, Nate fue allá, Nate estuvo aquí, y al parecer no solo en la escuela si no en todo el condado, y parecía agradarle a la gente, bueno solo a un cierto número de personas, pero se había ganado una reputación en tan poco tiempo.

Lo que fastidiaba a June es que cuando trataba de hacer algo siempre se veía opacada por las “actividades” de Nate que si son ciertas o no aun así eran más interesantes que las de la castaña. Y no es que esta fuera narcisista, pero le gustaba la atención, y al parecer le habían quitado el reflector.

Era jueves y no habían elegido mejor día para la bienvenida, pero al parecer era el único día en que los padres de Gilmore saldrían y habría casa sola, y obviamente nadie que dar su casa a adolecentes hormonales y con energía de sobra.

Ya en la noche las tres chicas se arreglaron y vistieron en casa de June, vistiendo pantalones cortos y blusas de tirante, June fue la única en colocarse sweater, si bien sus amigas eran más “exhibicionistas” como solía decir ella prefería mantener un perfil más bajo en cuanto mostrar su cuerpo, en todos los demás aspectos era lo opuesto, fueron a casa de los Gilmore por eso de las 11, el lugar estaba a reventar, June sentía pena por el que se tendría que quedar a recoger.

Junto al buzón de cartas se encontraba Nate quien estaba fumando, la castaña hizo una seña a sus amigas dando a entender que después iría con ellas, estas solo rieron y hablaron entre ellas mientras seguían caminando

- Te diviertes?

- No esta tan mal – contesto exhalando el humo- para ser un pueblo

- Vamos, hay chicas lindas y que estoy segura que no te dirán no- rio

- ¿Ha sí? ¿Tú que me contestarías?  – elevo una ceja

- hay excepciones – contesto después de unos segundos, el rubio solo soltó una pequeña risa

- Note que estas en casi todas las fotos de la escuela, al parecer estuviste en muchos clubs -  dio otra calada a su cigarrillo

- Si, participo mucho en la comunidad escolar – pareció orgullosa de eso levantando la cara en alto

- Que acaso nunca tienes tiempo para divertirte? es decir, estas en todo, ajedrez, matemáticas, deportes, reunión de caridad…

- claro que tengo tiempo para mí – contesto algo ofendida- pero me gusta ser participativa - después de una pausa de silencio el rio

- Ya entendí, quieres ser la modelo a seguir – dio otra calada a su cigarro

- Que? Claro que no – rio nerviosa

- Claro que sí, eres como la chica maravilla, todo le sale bien, apuesto que incluso fuiste chica scout

- Eee… - trato de excusarse, pero tampoco podía mentir

- Eres una chica scout? – sonrió burlón

- No?

- Jajaja lo eres – se carcajeo

- Ya basta – lo empuja jugando haciéndolo callar - tengo que irme – menciono empezando a caminar al interior de la casa

- Adiós chica maravilla – ella frunció el ceño viéndolo por una última vez.

Entro y saludo a unos cuantos chicos conocidos mientras buscaba a su par de rubias favoritas.

- Hola Mili – saludo a una castaña, una chica normalmente tímida de corte de hongo, que al menos a ella si le quedaba

- Hola June – regreso el gesto un poco sonrojada, parece que la había atrapado hablando con un chico, y no era nadie más que Miles el capitán de fútbol americano de la escuela, un chico afroamericano alto y fuerte.

- Parece que no pierde el tiempo – comento Amabel en el oído de la castaña  apareciendo por atrás, asustando a la castaña

- Si, parece que nosotras somos las únicas que lo hacemos – contesto riendo

- Eeh... si! – respondió rápidamente, ese gesto confundió un poco a June quien se quedó viéndola

- Que? – June estaba confundida, parece que solo ella estaba “perdiendo el tiempo”

- Que? – actuó algo nerviosa, pareciera querer decir algo, pero a fin de cuentas se arrepintió, tenía que interrogarla un poco

- June! – alguien las interrumpió, al mirar quien era sonrió, era David, con su típica camiseta de alguna banda y jeans oscuros

- David – llego hasta ellas saludándolas de beso – hola, hace cuanto que estas aquí?

- Hace como una hora

- Muévanse! – se quejó Corina tratando de pasar entre la gente sin que se le caigan los vasos – aquí tienen - las dos chicas los tomaron – hola David – saludo con una sonrisa radiante típica de ella

- Hola – le devolvió la sonrisa, con una expresión que al parecer solo Amabel pudo distinguir

- Hu Hu Hu! – unos chicos con la chaqueta de la escuela bajaron corriendo las escaleras a prisa dirigiéndose al patio empujando a los 4

- Mm... lo mismo de siempre – se quejó Amabel rodando los ojos y dando un buen trago a su vaso

La noche siguió y parecía que no iba a terminar, apenas eran las 3 de la mañana. Afuera de la residencia se encontraban aún más personas, una de ellas era aquel “chico malo”, sostenido de cabeza mientras tomaba de la manguera que salía de un barril

-41! 42! 43! – gritaban en conteo todos los chicos – 44! 45! En eso el rubio baja y grita de euforia al igual que los otros, recibía palmadas en la espalda de felicitación- ROMPISTE EL RECORD! - lo tomaron y lo fueron llevando al interior de la casa.

La música fuerte se escuchaba al igual que la voz de todos hablando al mismo tiempo. Los “mastodontes” como solían decirles se acercaron a June y David quienes parecían metidos en su mundo, o al menos en el de ella.

-Muller! – la chica lo miro notando que Nate se encontraba con ellos, notando primeramente su camiseta ajustada gris que marcaba su pecho y brazos, sus pantalones que daban una buena vista de su parte posterior y su cabello revuelto por sea lo que sea que haya sucedido. Parecía satisfecho con esa sonrisa coqueta que llevaba en su rostro – parece que alguien rompió tu record! – la chica pareció enojarse, nadie la había superado desde que ella lo rompió hace dos años