- JAKE -
Llegar a casa fue demasiado agotador, no solo mis amigos me creían lo bastante loco para no sacar el tema de los Courtney si no que mis padres estaban claramente enojados y decepcionados. El auto era un silencio sepulcral, nadie se atrevía a decir nada, ni siquiera Dylan que se sentaba a mi lado y siempre fue de dar largas y cansadoras charlas. Al cruzar la puerta con mi pie vendado y algo adolorido y mi brazo derecho con un yeso que me llegaba por debajo del codo, pude ver como las cajas habían desaparecido pero faltaban la mitad de los adornos. Los cuadros estaban todos apilados y rotos en la mesa ratona de la pequeña sala y parecía que habían estado sacado las fotos y tirado lo que no servía, tragué saliva al imaginarme el ataque de rabia de alguno como para romperlo todo. Mi madre era incapaz, por lo que me quedaba mi padre.
— Ya estaba todo destruido cuando ellos llegaron luego del accidente — Habló en un susurro Dylan detrás de mí, giré a mirarlo incrédulo y él se encogió de hombros — No saben qué pudo pasar.
— Pues yo si — Eso hizo que él mirara hacia el piso, no me importaba lo que pensaran yo sabía lo que había escuchado y había visto cuando los objetos se movían por sí solos — Vamos arriba.
Llegamos a mi cuarto y cerré la puerta detrás de nosotros, mis padres no habían emitido palabra y sabía que Sam llegaría a la hora de la cena de la casa de Lucy.
— Le contaste a Megan tu extraña historia — Habló acusadoramente mi mejor amigo — Vengo a vivir contigo y lo único que te preocupa es una chica muerta, imposible.
— Cree lo que quieras — Me senté en la cama y él en la silla del escritorio — Se lo que escuché, me dijo que respirara, que volveríamos a casa ¿Quién más puede ser?
— Habrás escuchado a tu madre cuando te fue a ver y estabas aún inconsciente.
— Se cómo es la voz de mi madre Dylan — Contesté molesto — Mi madre no me hablaría de esa manera, no me pediría que reaccione y respire como si estuviera a punto de morirme. La voz fue clara, era una mujer y parecía estar angustiada y hasta inclusive llorando.
— Ex-escéptico-Jake escúchame — Me dijo él serio — Las personas no van por ahí escuchando voces y diciendo que los muertos le hablan ¿Esta bien? Y si lo hacen tú sabes cómo se los llama.
— No estoy loco — Dije por décima vez.
— Estuviste muerto por un minuto y segundos Jake, es obvio que crearía algún trauma el medico lo dijo — Él se paró de su asiento para mirarme fijamente desde arriba — Soy tu amigo, tu hermano, y es mi deber preocuparme.
Refregué mis ojos con mi mano libre y volví a mirarlo, tal vez, algo desilusionado.
— Entonces solo me lo imaginé ¿Crees que estar investigando sobre su familia me llevó a eso?
— La imaginación es infinita pero muchas veces peligrosa — Me quede en silencio digiriendo sus palabras — Al menos dime que la chica esta buena.
Me reí y negué con la cabeza, volvía a ser el Dylan de siempre. El de chistes y bromas. Y se lo agradecía. Tomé del cajón más fotos que había encontrado en uno de los cajones y no había tenido la oportunidad de dárselas a Lucy, y muy secretamente no quería dárselas. Una de las dos fotos estaba doblada en un costado cortando a una persona, un hombre. Era una foto familiar, Dylan se sentó a mi lado para ver mejor, una mujer sostenía en sus brazos a una chica de unos diez años y el hombre las acompañaba sonriente.
— Había fotos pegadas en la pared, la mayoría se repetían, como esta — Le tendí la segunda foto donde se veía solo a una adolescente con, tal vez, mi edad o un poco menos vestida con una remera manga larga, shorts y medias negras altas pasando sus rodillas — Esta es la única donde él aparece — Dije señalando con mi mano — Y encima esta doblada como si no lo quisiera a él allí.
— ¿Te has dado cuenta de los moretones? — Me preguntó Dylan mirando fijamente más de cerca la segunda foto y yo la quité de sus manos para ver mejor — En su cuello y piernas, están como maquillados pero se notan.
— De seguro usaba esas medias para cubrirse — Dije al notar las magulladuras — Parece como si hiciera calor ¿Para qué mangas largas?
— Las está cubriendo — El morocho tomó la primera fotografía y extendió la parte doblada — Aquí parece mucho más feliz que en esa, apuesto a que este hombre se las hizo.
— Las fotos que había solo eran de ella o de la mujer que está allí.
— Deben ser señor y señora Courtney y su hija — Sonrió de lado y agregó con sarcasmo — Una fantástica y feliz familia.
Un mal sabor se produjo en mi boca al pensar lo mal que pudo haberla pasado aquella chica, aquí mismo tal vez… en mi habitación. Aún seguían sus palabras en mi cabeza pero estaba empezando a negarlas y a no pensar en ellas. Sacudí mi cabeza y suspiré con cansancio, lo quiera o no tenía curiosidad por lo que había pasado en esta casa y no entendía que me mantenía atado a aquella historia.
— Dylan ayúdame a averiguar qué pasó — Le pedí en un susurro mirando hacia el piso de madera bajo mis pies, sabía que podría negarse alegando mi estado de locura podría empeorar — Solo quiero saber qué ocurrió con ella, por qué nadie habla del tema y es todo prácticamente un misterio.
— Y después dices que no terminarás como tu padre — Rio él pero me mantuve serio — Bien, te ayudaré solamente para que dejes de pensar en ella — Sacudió las fotos en sus manos y las volvió a guardar en el cajón — Tal vez debamos pedirle ayuda a Megan — Una sonrisa traviesa asomó en sus labios, sabía lo que significaba aquello.
— ¿Enserio? ¿Megan? — Él me miró y se encogió de hombros sin entenderme — ¿Te gusta Megan Smith?
— La rubia tiene sus encantos — Se limitó a decir para pararse y salir del cuarto no sin antes guiñarme un ojo divertido.
La puerta volvió a sonar y la cabeza de mi madre se asomó.
— Jake ¿Podemos hablar? — Asentí y ella pasó a la habitación, tomó la silla y se sentó delante de la cama — No sé cómo empezar esto — Miró a sus pies y frunció los labios — ¿Por qué?
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Editado: 05.08.2020