- JAKE -
Estaba esposado en un vehículo de la policía, en estos momentos podría decir que nada peor podría haberme pasado pero no es así. Había algo mucho peor y no era el hecho de que mi padre fuera la persona que me haya tenido que arrestar, ni que mi madre se pondría histérica ni mucho menos que los padres de Dylan estén en camino para presenciar lo que acabamos de hacer. Lo peor de todo es que había dejado a Fanny lejos de mí, vulnerable ante el mundo de allí fuera. Estaba destruida y lo sabía, no comprendía muy bien el motivo por el cual se puso así, pero recordar las palabras escritas en el dorso de aquel cuadro solo hacía que mi estómago se retuerza y mi piel de gallina aparezca.
Solo tenía muchas preguntas y no podía contestar a ninguna.
Aunque tampoco quería pensar ahora mismo en responderlas, no cuando mi padre me gritaba desde el asiento del conductor. Sentía que si le abría mi boca solo provocaría que él siguiese apretando el volante con furia y acelerar por las calles. Provocaría un accidente seguro. Así que preferí, junto a Dylan, mantenernos callados.
A Megan la habían subido a otra patrulla junto a una mujer policía. Pude verla salir siendo empujada por esta en cuanto llegamos a la jefatura. Nos sentaron a los tres en la misma sala de interrogación y mi padre entró junto a Tom Ways.
— ¿Pueden explicarme en qué rayos estaban pensando? — Preguntó furioso mi padre — No solo entraron a una propiedad privada sin permiso, sino que también forzaron la entrada y destruyeron un objeto importante.
— Está bien Oliver — Trató de apaciguarlo Tom poniendo una de sus manos en su hombro — Deben de tener alguna explicación razonable ¿No es así?
— No vengas a hacerte de policía bueno aquí — Espetó la rubia, Dyl y yo la miramos sorprendidos.
Tom frunció sus labios, arrastró una de las dos sillas del otro lado de la mesa que nos separaba de ellos y se sentó. Sus manos arriba de la mesa cruzando sus dedos, postura relajada y mirada penetrante. Había aprendido a sospechar de Tom Ways después de los altercados que tuvimos. Para empezar, le guardaba rencor porque fue él quien le creyó al idiota de Richard e hizo que mi padre siguiera aquel camino cuando fue el accidente, después estaba aquella última cena en la que su actitud no me había convencido del todo. Además, se notaba que Megan no le tenía ni un grado de afecto, eso complementaba.
— Bien, entonces no intentaré ayudarlos más — Sentenció Ways, mi padre solo se mantuvo cruzado de brazos y recargado en la pared mirándonos a todos decepcionado — Comenzaré por decirles que tienen que colaborar si quieren que su sentencia sea menor. Dylan Siorra — Tomó una de las tres carpetas que había sobre la mesa y comenzó a ojearla — No tienes delitos previos, tu historial está limpio por lo que tu sentencia será la menor de los tres. En cuanto tus padres lleguen podrán sacarte con una muy buena advertencia de lo que ocurrirá si vuelve a pasar.
— Alto — Habló Dyl nervioso — ¿Mis padres vendrán hasta aquí?
Ways lo miró, pero no le respondió.
— Ahora, Jake Maxwell. Tienes un delito por carreras ilegales.
— Carreras que yo no organicé, por cierto — Le espeté subiendo ambas cejas — Me gustaría aclarar este tema ¿Por qué defendió a Richard Hudson esa noche?
— Yo no defendí a nadie y el que hace las preguntas aquí soy yo — Espetó — Lo único que lograrás si sigues desobedeciendo es que tus padres deban de pagar una fianza por ti muchacho.
Yo no respondí, sabía que no llegaría a eso. O al menos quería creerlo. Igualmente, me negaba a entablar una conversación con aquel hombre y tenía el derecho a guardar silencio por lo que aquella sería mi estrategia para mí a menos que pueda hablar a solas con mi padre. Si lograba explicarle todo esto estaría solucionado para el final de la noche.
— Megan Smith — Ahora Weys la miró a ella que comenzó a parecer aburrida a medida que él hablaba solo para fastidiarlo — Este es el quinto allanamiento de morada, además de los antecedentes por una violación a la privacidad, adulterio de carnets, conducir fuera del límite de velocidad reglamentario y robo de información privada.
Me quedé sin aire. No me podía creer lo que una muchacha de su edad podía hacer con tal de conseguir lo que ella quisiera. Por un momento Megan me dio miedo, al segundo más tarde tan solo pude inflar el pecho con el poco orgullo que me quedaba. Ni al juntarnos con Dylan hacíamos la mitad de las cosas que ella.
— Se te olvidó aquella pelea que tuvimos hace unos meses — Apuntó con su dedo hacia los papeles haciendo que las esposas en sus muñecas resonaran y le sonrió a Weys orgullosamente — Ya sabes, la supuesta agresión al personal policial.
— Decidí no levantar cargos por ello — Explicó él cerrando la carpeta — No hagas que me arrepienta.
— Si tú no estás dispuesto a aguantar la realidad no es mi problema — Arremetió ella poniéndose aún más recta en su silla, Tom relamió sus labios y los frunció. Meg miró hacia mi padre — No hablaré, perdón, no hablaremos a menos que tengamos un abogado y obviamente no responderemos ante un policía tan corrupto como el señor Weys así que puede ir retirándose.
Dylan comenzó a mover su pierna ante los nervios, el silencio de la pequeña habitación nos tenía a todos tensos. Por el rabillo del ojo pude ver como mi padre asintió y caminó por detrás de Weys, le puso una mano en el hombro y le dijo algo al oído para marcharse de la sala. Tom nos miró, uno por uno, estaba claramente molesto pero cada cosa que haga o diga en este preciso instante Megan podría usarla en su contra y todos sabíamos eso. La rubia no iba a mantenerse callada. Así que, al parecer, prefirió seguir por la paz un rato más y salió detrás de mi padre.
— ¿Acaso estás demente Megan? — Exclamó Dylan manteniendo un tono de voz bajo por cautela.
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Editado: 05.08.2020