Era de tardecita y un repentino viento frío hizo que Mariana se colocara una campera de vaquero. Habían pasado cinco horas desde que su hermano se marchó a la “Puerta dimensional”. Se sentía ansiosa y la televisión no le distraía. Por lo que decidió salir a caminar para despejar la cabeza.
Paseó por la arboleda, intentando serenarse y mantener una actitud positiva.
Y mientras intentaba pensar en eso, se acercó a unas piedras donde vio un brillo extraño, que entresalía de la tierra. Se acercó y encontró el mismo meteorito rosado que cambió su vida a inicios de año.
Aunque Asthar le había dicho que escogió a sus aliados al azar, Mariana sintió que, por esta vez, ella sí estaba destinada a esa misión por algo en especial. Tenía algo que hacer y, por ese motivo, también siguió permaneciendo con vida. Quizás sí era una heroína de su propia película y no un extra más que se entierra al olvido.
Sin pensarlo dos veces, tomó el meteorito con ambas manos y se trasladó a la “Puerta dimensional”.
Lo que no sabía era que los agentes se la pasaron buscándola por satélite desde hace meses. Y dicho satélite detectó unas extrañas ondas electromagnéticas similares a las que provocaron los meteoritos rosados al impactar a Tierra. Localizaron las coordenadas y así hallaron a Mariana.
En unos minutos los aviones, helicópteros, vehículos y cuerpos policiales llegaron al lugar, pero tarde. Mariana ya consiguió ingresar a la “Puerta dimensional” y se llevó consigo el transmisor. Lo que se encontraron fue a una joven inconsciente, la cual no reaccionaba ante nada.
Sin embargo, órdenes son órdenes. Así que se cargaron el cuerpo, lo metieron en un helicóptero y fueron directo a su base secreta.
Mariana, ajena a todo eso, llegó a la “Puerta dimensional” y se encontró con Asthar, quien parecía sorprendido de verla de vuelta.
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La agrupación localizó el sitio exacto donde todos los científicos se resguardaban. En efecto, tenían capturadas a cinco mujeres. Y un grupo de cinco científicos trajeron a unos niños, también provenientes del mundo de Mariana.
Esjo y Edfe se acercaron a los vigilantes y los noquearon. Asmot y Sergio armaron guardia y dispararon a todo aquel que se acercara. Gerda y Ahtma hicieron ataques frontales y enviaron a unos cuantos científicos a su mundo. En cuanto a Hiro y Gustavo, liberaron a las mujeres y usaron el escucho invisible para esconderse.
El resto de las mujeres negaron con la cabeza. Deseaban regresar con sus familias y olvidarse del tormento que vivieron en la “Puerta dimensional”.
Invocó a Asthar y, una a una, fue desapareciendo de su vista. La única que quedó fue la adolescente, quien se acercó a Hiro y comenzó a abrazarlo.
Gustavo sintió su orgullo herido. Y más por ser tildado de viejo.
Los tres vieron a lo lejos la pelea. Lograron derrotar a veinte científicos, pero seguían siendo mayoría. Al final, derribaron a la agrupación y los inmovilizaron. Del grupo de científicos destacó uno bien alto y corpulento, de cabellos cortos y negros y los ojos color violetas. Miró con desprecio a las personas que los enfrentaron y les dijo:
Apenas dijo esas palabras, una luz potente brilló por encima de sus cabezas. Todos levantaron la mirada y vieron que bajaban del cielo Mariana y Asthar, ambas tomadas de las manos y con miradas serias. Como dos gemelas de dimensiones distintas.
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Editado: 31.03.2023