-¡Diego!- grita Adrián al verme y viene corriendo con los brazos abiertos- date la vuelta- frunzo el ceño pero lo hago y después de unos segundos noto algo pesado en mi espalda.
-¡Adrián!- me quejo porque casi me caigo de morros hacia el suelo por su culpa- eso se avisa- él sigue en mi espalda riendo.
-Se que me has echado de menos- sonrío, por algo lo he llamado y ha sido para no ser el único tío entre todas las chicas.
-Vamos dentro- se coge más fuerte a mi cuello y apoya su cabeza en mi hombro- creo que ya entiendo porque nos llaman gays a veces- hago una mueca y él se ríe.
-Lo que somos es infantiles, aún tenemos 5 años de mentalidad- suelto una carcajada.
-Habla por ti, eres tu quien se ha subido a mi espalda como un mono- me quejo.
-Un mono muy mono- restriega su cara por la mía y ruedo los ojos con una sonrisa.
-¿Desde cuando sois pareja?- pregunta Lu.
-Desde nunca, solo somos retrasados mentales- Adrián y yo reímos con eso y mi hermana frunce el ceño.
-Bueno vale, lo que queráis, pero entrar ya que hay que prepararlo todo- asentimos y él se baja de mi espalda para entrar detrás de mi hermana corriendo.
-¡Buenas gente!-le oigo gritar- ¡Ha llegado ya la luz que os iluminará hacia la diversión!
-¡No! ¿Qué hace esta rata aquí?- ups, lo olvidaba, Daria y Adrián se llevan fatal, bueno, que más da.
-Es mi mejor amigo Daria, tenía que estar aquí- hace un puchero falso y baja la cabeza- tranquila, que igual nos vamos a divertir.
-Exacto y más conmigo que soy el rey de la fiesta- le guiña un ojo y entra en la cocina, todos le seguimos.
Con esto nos ponemos todos en marcha y comenzamos a preparar los bocadillos metiendo en ellos lo que cada uno quiera, el mío, obvio, es de tortilla de patata, la mejor del mundo. Cuando ya hemos acabado y metido la comida y bebida dentro de una mochila, todos subimos a nuestras habitaciones para coger todo lo necesario. Yo solo meto en mi bolsa de deporte una sudadera, el peine, otra camiseta y el desodorante, no es necesario nada más. Con todo listo bajo y abro mucho los ojos al ver lo que tiene mi hermana.
-No, no, no- niego con la cabeza- ¿qué llevas ahí dentro? ¿un muerto?
-Solo lo necesario- se justifica.
-Pero es que es una maleta entera Lu- me rasco los ojos ya cansado, se supone que ella es la mayor por tres años.
-Bueno, es mejor que esa birria de bolsa que llevas- ruedo los ojos.
-Vamos a ver lo que tienes tan esencial ahí dentro- me agacho y la abro- Lu...
-Es por si acaso- mira que la mato.
-¿Una plancha de pelo?- se encoge de hombro- ¿dónde piensas enchufar esto?
-Yo que se, a lo mejor nos perdemos en mitad del bosque y tenemos que generar nosotros mismo nuestra propia electricidad y en ese momento si podría servir la plancha- menuda inventada.
-No, que va Lu- sigo rebuscando- no me lo puedo creer.
-Es que...
-¿Una lámpara?- si señoras y señores, mi hermana ha conseguido meter una lámpara del cuarto de nuestros padres en una maleta, flipante- ¿para qué quieres esto?
-No tenía linterna- suspiro.
-¿Y cómo pretendías que esto nos sirviera?- abre la boca y estoy seguro que va a volver a decir una estupidez por ello la callo antes- ni lo intentes, quiero que metas solo algo de abrigo, una camiseta de recambio y cosas de higiene que no sea más allá de un desodorante y un peine- le advierto, asiente y vuelve a subir a su cuarto.
-Madre mía- oigo decir a alguien detrás de mi- ¿tu eres el mayor o...?
-Soy el pequeño- me tumbo en el suelo, he dormido muy poco- por 3 años- ella ríe.
-Pues pareces el mayor- me encojo de hombros.
-Ella puede ser muy infantil, pero es muy inteligente, está estudiando derecho- ella abre los ojos sorprendida.
-Le pega ser diseñadora de moda- ahora rio yo, la verdad es que un poco si.
-Eso es lo que quiere ser tu prima- ella asiente y se va a sentar a mi lado pero justo Daria la llama.
-¡África!- oímos desde la cocina.
-Hablando de la reina de Roma- susurra y los dos reímos- ¡Voy!- se adentra a ayudar a su prima y yo me quedo solo en el frío suelo.
-¿Qué haces ahí?
-Ni idea- le contesto a mi mejor amigo.
-Por cierto, como no sabía a que venía tanta prisa porque viniera...- saca algo de su mochila- pensé en coger algunas cosas como linternas, una bolsa de marshmallows y... una pala.
-¿Una pala?- frunzo el ceño y me incorporo al ver que él también se sienta en el suelo.
-Tío, me llamaste a las 4 de la mañana para que viniera a una cabaña que está a tomar por culo y rápido- me mira intentando que yo lo descifre con eso, pero no consigo entender- pensaba que habías matado a alguien- suelto una carcajada.
-¿A quién?
-¿Y yo que se?- se encoge de hombros con una sonrisa- tal vez mataste a un profesor y te lo llevaste hasta aquí para enterrarlo- ruedo los ojos.
-¿Me ves capaz de matar a alguien?- me mira de arriba a abajo.
-Si no te conociera si, pero en el fondo eres un trocito de pan.
-Idiota- niego con la cabeza y nos levantamos del suelo al ver que las chicas ya están listas.
-Vámonos ya o se nos hará de noche- comenta mi hermana impaciente.
-Exagerada- digo.
-Exacto, que son las 3 de la tarde, no es como si fueran las 6- Adrián rueda los ojos y sale fuera.
-¡Los bañadores!- grita Daria y todos le miramos con el ceño frunce- vamos, que aún parece verano, solo estamos a mitad de septiembre, no hace frío y si hay un río, nos podríamos bañar- se encoge de hombros y nosotros convencidos volvemos a subir a nuestras habitaciones para coger el bañador.
-Si al final nos bañamos, será raro.
-Por cierto ¿y vuestros padres?- nos pregunta Daria al darse cuenta de que no están.
-Se han ido al pueblo con mi hermana pequeña para saludar a todo el mundo, y nos han dicho que se quedarán a dormir en casa de un amigo así que... estamos solos- sonrío de forma maníaca.