13. ¿Tenías miedo?

Los meses y los días han pasado volando.

Hace tres meses que encontré un trabajo digno con buen sueldo.

Hace tres meses que Lisa sale con el vecino(Derek).

Hace tres meses que no dejo de engordar más y más y ya no es culpa del helado.

Hace tres meses que salgo a citas con Dean.

Y hace tres meses que no veo al papá de mi bebé.

Sí es que así lo puedo llamar.

Desde el día en que vino a molestar a altas horas de la noche no lo he vuelto a ver, no es que me preocupé... yo sabía que no se haría cargo.

—Kai—habla Lisa—, ¿no vas a comer?—apunta el plato lleno de comida frente a mí.

—No tengo mucho apetito—hago una mueca—. Tal vez más tarde.—trato de sonreírle.

—Hace días que estás así, sé que me dices que no debería de preocuparme pero es inútil. ¿Hace cuánto que no comes? O lo que comes lo devuelves.

—Lisa... no pasa nada. Es por el embarazo, más tarde voy a ir a cenar con Dean, juro que voy a comer de todo.—le sonrió tranquilamente.

—Más te vale, Kaily.

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—Baby, Kaily...

—¿Ah? ¿Qué pasa?—lo volteó a ver.

—Has estado toda la noche ida, como sí estuvieras en otra parte y no aquí conmigo.—suena triste.

—Dean, no me siento muy de ánimos, sabes.

Siento que algo me perturba, el darme cuenta que seré madre soltera en verdad me aterra. No le he dicho a Dean sobre el embarazo, siento que no lo tomara bien y igual que todos me abandonara. No quiero que se sienta presionado con hacerse cargo del bebé solo por salir conmigo.

En una semana tengo mi primer ultrasonido, sé que tuve que haberlo tenido antes, pero no he tenido mucho tiempo.

En dos semanas cumplo los cuatro meses, mi estomago ya está un poco abultado, estos días no me he estado sintiendo muy bien, el vomito me ha tenido muy cansada. Vomito por casi todo lo que huelo o veo.

—Sí te parece podríamos irnos...

— ¡No! Claro que no, mejor deberías pedir el postre...— empecé a jugar con mis manos arriba de la meza —. Se me antoja un pastel de chocolate con helado—suelto sin más.

Nomás de pensar en pastel y helado se me hizo agua la boca, es el primer antojo que tengo. Dean ríe, su risa es tan hermosa desde el primer día en que la escuche. No digo que esté enamorada de él. Tal vez me gusta, solo un poco...

—Lo que la princesa ordene.

Es tan lindo conmigo, sé que no merece que le haga esto, debería decírselo. Tal vez no es igual a las demás personas, todas se van.
 

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—Me divertí, aunque me hayas casi vomitado me divertí.—río nerviosamente.

—Ya dije que lo sentía, tal vez mucho helado me hizo mal...—digo avergonzada.

—No hay problema...—se acerca a mi. Siento su respiración en mi rostro—. Tal vez la cena se repita—frota su nariz contra la mía antes de besarme—, para que vuelvas a vomitarme—río en medio del beso.

¿Por qué tiene que ser tan perfecto? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Ya que Dean a entrado al departamento me dispongo a abrir la puerta del mío -de mi amiga- Lisa por lo que sé no iba a estar, saldría con Derek.

Antes de que pueda entrar una voz detrás de mi llama mi atención.

—¿Ya encontraste remplazo para el bebé?—su voz suena molesta y dolida.

Volteo aún con una mano en la perilla de la puerta.

—Sólo me voy tres meses y ya...

—Exactamente, tú te fuiste, nadie te corrió.—lo interrumpo.

—Tenía miedo...—paso una mano por su cabello nervioso. Apreté mis puños con furia. Todo el tiempo repite lo mismo, ¿qué piensa que yo no tengo miedo?

—¿Tenías miedo?—pregunto con una sonrisa sarcástica—, él niño tenía miedo...—asiento, mis ojos se llenan de lágrimas—. ¡Yo soy la que tiene miedo! ¡Soy yo la que está embarazada! ¡Soy yo la que está sola! — gruño con los dientes apretados, agua salada deslizándose por mis mejillas.

— Esta bien, ¿podrías calmarte? Le va hacer daño al bebé...

— Como sí te importara...

— ¿Podríamos hablar cómo gente civilizada? —apunta la puerta del departamento.

Sería bueno que hablaramos, dejar las cosas claras de una vez por todas.