Te ofrezco,
la amargura de un hombre
que ha mirado largamente la luna solitaria.
--J.L borgues
Yo siempre fui alguien que mantenía la calma ante todo, era el primero en suprimir mis sentimientos para no afectar a los demás, era alguien que se confortaba en la soledad y la hacia su amiga.
Siempre me mantuve al margen de todo y fui alguien comprensible, aunque eso significaba sacrificar mi propia felicidad.
Siempre fui sencillo y razonable con todos, menos conmigo.
Nunca me gustó causarle problemas a nadie y es por esa personalidad mía, que él me derroto, fue por eso que perdí la batalla.
Cuando mis padres no me apoyaron para ser idol yo intenté suprimir ese sentimientos, intente dejar mi sueño y seguir el de ellos, por su bien, para verlos felices; pero, ese fue el primer instante de mi vida que mis deseos se desbordaron y no pude mantenerlos al margen. Como un vaso de agua en el que mantienes el agua en el borde, intentando no derramarlo, pero al final, ante la mas mínima gota éste se desborda. Así fue mi deseo, imposible de reprimir y eso fue lo que me llevo hasta aquí y mi familia terminó por aceptar mi éxito, por aceptar ese sueño que parecía imposible.
Cuando lo cumplí me sentía en la cima de todo, el contemplar a los miles de fans parados frente a mí, mi sueño estaba lográndose, el brillar frente a las cámaras y que todo el mundo viera cuanto me estaba esforzando por llegar hasta ahí, mi sueño estaba completo.
El sudor en todo mi cuerpo era el símbolo de mi esfuerzo, de todo lo que reprimí para llegar hasta ahí, las lágrimas en mis ojos era por mi sueño cumplido y mi amor derrotado.
Los sentimientos que tenía por ella, lo enterré en lo más profundo de mi ser y juré no sacarlos a flote, por el bien de ella y el bien de él, de las personas que yo quería, pero no pude suprimirlo, mis sentimientos se derramaron con la simple gota del caos que ocasiono Kim Taehyung, es como la gente dice: esa fue la gota que derramo el vaso, y simplemente no quise mantenerme como un espectador más. Ya no quería serlo. No quería ser el espectador de su historia de amor, ya no me conformaba con ser ese personaje secundario que siempre apoya la relación cuando realmente mi amor estaba atascado en mi garganta, cuando mis sentimientos dolían por ser expresados, por gritarlo, por decirle cuanto yo la amaba, cuanto yo la amé, pero por su felicidad, fui capaz de mantener esos sentimientos para mí, decidí no luchar, y así perdí la batalla.
Cuando conocí a Mi seok fue como una brisa suave en todo mi ser, una brisa que poco a poco se convirtió en una tormenta, no hay nada más sencillo para explicar este amor, el amor de un niño inocente, mi primer amor de quince años.
Era un niño cuando la conocí y Mi seok era tres años mayor que yo y aún así era tan torpe para las cosas de la escuela que no podía ser llamada sunbae. Aún era un niño en ese entonces, un niño que se esforzaba cada día para poder debutar, para cumplir con las obligaciones escolares y prepararse para su debut, había veces que no dormía pero cuando Mi seok llegaba de visita era como si mis energías volvieran, el solo verla era mi alegría, no me importaba si era de lejos, el ver a Mi seok era suficiente para mí, siempre fue suficiente para mí.
Siempre fui alguien tímido con las mujeres y no me atrevía hablarle, pero ella lo hizo, ella dio ese paso hacía mí, rompiendo esas barreras de mi timidez, de mis inseguridades, de la desconfianza que un niño tenía en si mismo, Mi seok cruzó esa linea que aún a los miembros de mi grupo no había permitido pasar, pero ella lo hizo.
Esta noche, mientras miraba la solitaria luna sin estrellas a su alrededor, mientras contemplaba el cielo oscuro que avecinaba una tormenta, recordé lo que dejé ir por la felicidad de otros y que estoy seguro, que volvería hacer si ella así lo deseaba, pero que esta vez, me aseguraría de luchar, de tratar de que ella me ame como estos años yo la ame en silencio, que vea el amor que persevero en mí a pesar de haber sido enterrado. Ese amor que soporto todo pero que aún así se mantuvo. Que escuche mi voz ahogada en el silencio, que logre escuchar mis sentimientos a pesar de el ruido a su alrededor, espero que ella logre ser mi calma, que encuentre ese amor que escondí dentro de mí y que me negué a entregarle a alguien más.
Mi primer amor fue ella, siempre viéndola a lo lejos, como un niño deseando una estrella. Fue un amor silencioso que no dije a los demás, que no compartí con nadie, ni siquiera con ella.
El camino se acortaba mientras los recuerdos invadían mi mente, esta vez había decidido caminar mientras las frías calles me daban la bienvenida, el viento era fresco y las calles iluminadas me guiaban en mi camino, estaba decidido, el amor que calle, iba a ser expuesto hoy, iba a contarlo y esperar por su respuesta, aunque ésta no fuera de mi agrado, iba aceptar lo que Mi seok dijera, iba aceptar mi rendición.
Cuando estuve frente a su puerta vi a Yoongi salir de la casa, él me miró y suspiro con cansancio, sabía el porque yo había venido, pero esta vez ni él iba a poder detenerme, quería confesar todo lo que mi corazón había escondido, iba a liberar esos sentimientos que había guardado por años y rezar para que ella lo aceptara.
-- Jungkook, vete a casa -- fue lo primero que dijo Yoongi al estar frente a mí.
--Hyung, esta vez, no pienso callarme, se que es un momento difícil para Mi seok, pero mañana partiremos a una gira y no creo tener otra oportunidad -- dije con total sinceridad rogando la aceptación de su parte, pero era obvio que no la tendría.
--Jungkook -- Yoongi volvió a suspirar después de decir mi nombre y se rascó la cabeza con frustración, alborotando sus cabellos; pensando las palabras correctas para decirme. -- Mi seok ya está casada, esa oportunidad que tú dices, es ya del pasado, ella nunca dijo que no perdonaría a Taehyung y Taehyung no piensa dejar a su familia, por favor, no te hagas más daño con este amor, solo olvidalo, como siempre lo has hecho.
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Editado: 25.01.2021