El amor es amor

El suave sonido de las olas del mar golpeando la tierra era algo que me reconfortaba, y hasta podría decir que sentía una leve calidez a pesar del frío que hacía. 

La música de boda hacía eco en todas partes de la playa y yo sonreía feliz al ver a los dos novios tomarse de las manos después de decir los votos matrimoniales.

Jaebum al fin se estaba casando.

Yo estaba contenta al ver el buen trabajo que había hecho en decorar la boda, realmente los listones color lila en los asientos contrastaban con la belleza de Soo-young y su lindo vestido de novia. Mi vista se estaba nublando por las lágrimas que empañaban mi visión. Estaba feliz por ellos, estaba verdaderamente feliz de que Jaebum se este casando con la persona que lo amó durante mucho tiempo. Ellos serían felices, podía asegurarlo al ver ese brillo en los ojos de ambos. De repente sentí ganas de llorar por ellos, como si fuera una madre orgullosa de sus hijos. Limpié las lágrimas que aún no habían salido con total disimulo.

Escuché el sonido de un mensaje llegar a mi celular. Aparte la mirada de los novios para leer el mensaje que había llegado.

Ya estamos aquí. Decía el mensaje y el dueño de éste era Yoongi. Me giré con una sonrisa al ver a los chicos llegar.

Pude escuchar los murmullos de las personas a mi alrededor al verlos, Jaebum también pareció notarlos porque se apartó de la mesa en la que estaba para ir a recibir a Yoongi y a los demás. Yo me acerqué a ellos junto a Jaebum y Soo-young. Hyun Tae corrió hacia donde estaba Taehyung a penas lo vio, y yo solo los observe con confusión al notar que solo eran seis.

Jungkook no había venido con ellos.

Me acerqué con disimulo hacia Seokjin.

– Seokjin Oppa – lo llamé y él volteo a verme con una sonrisa satisfecha.

Taehyung abrazaba sonriente a Hyun Tae y Yoongi felicitaba a Jaebum y a Soo-young con una sonrisa, mientras bromeaban entre ellos al igual como los demás miembros del grupo. Seokjin se apartó un poco de ellos para escucharme con atención.

– ¿Dónde está Jungkook? – pregunté al no ver al menor por ningún lado.

Seokjin evitó mirarme a los ojos mientras mordía su labio intentando calmar su nerviosismo. Me miró con una expresión que no pude interpretar mientras buscaba la respuesta correcta para darme.

– ¿Le ocurrió algo? – insistí preocupada ante su silencio. Seokjin se apresuro a negar con la cabeza.

– No es así, no tienes de qué preocuparte. Solo qué... él tenía otros asuntos que atender, por eso no pudo venir – respondió él con una fingida serenidad.

Yo solo me limite asentir ante su respuesta. No debía darle muchas vueltas al asunto, él había dicho la última vez que debíamos mantenernos lejos el uno del otro, tal vez esa era la razón de su ausencia. 

Decidí ignorar el sentimiento de decepción que me invadía el pecho y me despedí de los chicos para acompañar a Soo-young a retocar su maquillaje a los baños del hotel frente a nosotros.

– Tu príncipe azul llegó, ¿no piensas estar con él en este momento? Puedo retocarme el maquillaje sola – dijo ella al entrar al hotel.

– Tienes razón, yo... solo quería asegurarme de que estuvieras bien –

– No me va a pasar nada Mi seok, solo iré al baño – contesto Soo-young con una sonrisa amable, haciéndome una seña para que la dejara sola y volviera a la fiesta. Y así lo hice.

Camine hacia la salida del hotel encontrándome a Taehyung quién me esperaba afuera. Él sonrío al verme, con esa característica sonrisa suya; aquella sonrisa que no era igual a la de ningún otro, y que en su momento había sido la más especial para mí.

– Es hora del baile – dijo mientras me extendía su mano incitándome a tomarla.

Pero yo aún no podía sostener su mano con seguridad, no podía sostener su mano como antes lo había hecho porque había algo en mi pecho que dolía cada vez que estaba frente a él. Esas mariposas en mi estómago aún no volvían y ese latir apresurado no se hacía presente todavía, todas esas ideas en mi cabeza me hacían dudar de este amor.

¿Acaso estamos aferrándonos a algo que ya no existe?

Pero para todas las preguntas en mi cabeza, en el fondo, muy en el fondo de mí; ya tenía la respuesta a ellas, y sabía que Taehyung también la tenía.

Aún no me sentía segura de tomar su mano, pero las personas a mi alrededor habían comenzado a murmurar debido a mi duda, así que acepte su invitación.

Taehyung sonreía, pero su sonrisa no llegaba a sus ojos como en tiempo atrás lo hacía, y me sentía culpable por ello. No solo en estos momentos de confusión me sentía así, si no, en los tiempos en los que él no había estado a mi lado; siempre me preguntaba lo mismo una y otra vez, si es que acaso, ¿estaba yo obligándolo a amarme? Si era yo la que lo obligaba a mantener esos sentimientos que él había dejado ir ya hace un tiempo. Me preguntaba si el estar juntos solo nos estaba ocasionando más daño; porque queríamos mantener un amor que ya se había ido.

Me era difícil poder bailar en la arena, la tierra se metía entre mis zapatos y me impedía seguir el ritmo; pero los pasos de Taehyung eran elegantes y agraciados, como si estuviera bailando sobre una pista de baile y no en la arena frente a la playa. No hubieron risas, solo el atisbo de ellas. Bailamos juntos pero realmente estábamos tan alejados del otro. La música era relajada y tranquila, no comprendía lo que decía porqué era una canción en inglés, pero el sonido era dulce y hasta podría decir que era una canción romántica, pues el sonido del piano acompañado por la guitarra le daban esa atmósfera.

Ambos bailábamos a ritmos diferentes y eso hacía que mi catastrófico corazón se estrujara en mi pecho.

– Lo siento – susurré al yo no poder seguir sus pasos.

La canción término y cuando la otra le siguió, yo ya había soltado su mano.

No me voltee a ver hacia atrás porqué no quería ver la expresión que él había puesto, no quería ver el dolor reflejado en esos ojos tan dulces, no quería seguir atándolo a mí, no quería que él se viera obligado a aceptar un amor que había dejado su pureza conforme los años habían pasado. No cuando este amor solo era una línea fina que estaba por romperse.