Cada pareja vive a un extremo del pueblo y como el parque está en el medio siempre quedamos aquí. -Continué antes de llegar al punto de encuentro.
Nosotros no somos pareja. -Dijo en tono malicioso pero divertido.
No, lo cual nos hace los blancos de todas las bromas. Acostúmbrate, a mí me lo llevan haciendo desde que solo quedaba yo de soltera en el grupo. -Contesté.
¿Y cuánto hace de eso? -Volvió a insistir.
Uno: mucho, bastante, más de lo que crees, no lo recuerdo ya.
Dos: no me gusta hablar de mí, soy muy reservada y la verdad no sé por qué contesto a tus preguntas.
Tres: para de hacerme esas preguntas si no quieres que piense que terminé de engatusarte y ya te tengo a mis pies. Entonces habré terminado mi trabajo y volveré a irme. -Respondí con superioridad y gracia, pero él hizo lo mismo:
-Uno: ¡UALA! - (yo le puse mala cara)-.
Dos: quizás contestes porque te inspiro confianza. - (usó tono de superioridad)-.
Tres: si tu trabajo es engatusarme, lo has conseguido, pero te ruego que no te vayas y me vuelvas a dejar con las ganas. - (lo miré extrañada, y pareció darse cuenta, aunque prestó más atención a la distancia que teníamos con la parejita dado que me cogió de la muñeca antes de que nos vieran y me arrastró hasta detrás de un árbol)-.
¿Con las ganas de qué? -Pregunté algo dudosa.
Con las ganas de besarte. Y antes de que digas nada, espero que yo también te haya engatusado y no me des una cachetada por esto que voy a hacer. -Y me besó.
Me confirmaste que no tenías novio antes, ya que era lo que más temía después de ver a tu amigo. -Dijo tras separarnos.
La verdad es que... -No terminé, simplemente lo miré.
Oh. Él es tu novio. -Contestó apenado.
¿Qué? No. Pero..., yo le gusto y él me gusta. -En cuanto dije eso, una chispa de esperanza apareció en sus ojos-. Hablaremos de esto luego ¿sí?
-Él asintió y volvimos al parque; ya habían llegado John y Victoria. Estuvimos charlando un rato, lo raro fue que nada estuvo tenso, luego llegaron Sam y Miett.
Estuvimos toda la tarde haciendo bromas entre nosotros, bueno, más bien iban dirigidas a Jack y a mí pero daba igual, eran graciosas. También jugamos a la botella y al "yo nunca he..."Así la tarde se nos pasó enseguida y tras cenar Jack y yo nos volvimos al parque para hablar-.