PRÓLOGO
En cualquier otro momento, estar allí debajo de ese puente sería algo mágico para los enamorados, diviso como los rayos de sol poco a poco entraban debajo de este, trato de aguantar las ganas de vomitar al ver aquella escena de horror que estaba delante de ella. Tenía que distraerse o de lo contrario el dolor se haría insoportable de pensar como aquel hombre había sufrido al morir de aquella manera. Estaba amarrado en uno de los tubos de aquel puente, tenía marcas de ligaduras tanto en manos y pies, los tendones de los pies estaban con heridas profundas, el asesino había jugado con su víctima por mucho tiempo. Lo que más impactaba de todo aquella escena es que no había rastro de sangre ni nada. El cuerpo había sido limpiado minuciosamente y solo había dejado las heridas evidentes de tortura continua en el cuerpo de la víctima. Cortes y laceraciones por todo el cuerpo, le faltan todos los dientes y los dedos de los pies estaban rotos cada uno. En el tórax estaba la firma del asesino que se tomó el tiempo para hacerla a la perfección. La Detective White miro de arriba abajo, y en su mente pudo pensar en un solo asesino quien era el responsable de aquella escena de crimen que no la dejaría dormir por las noches. Los demás Detectives miraban aquella escena como un crimen más, pero para ella era distinta, ya que no había ninguna huella de nada, hasta la víctima estaba tan limpia que ni el Forense perdería tiempo para determinar cómo había muerto, ya que las heridas eran evidentes.
—Detective White ¿Esto es obra de Red Queen?— No estaba segura de cómo responder a eso. Sabía que él Capitán le estaba poniendo a prueba. Lo hacía desde que ella se hizo cargo del caso del asesino serial Red Queen el cual antes era investigado por su Padre adoptivo.
—Creo— dijo respondiendo por fin a la pregunta del Capitán—que esto fue un crimen meramente violento, no cabe duda que es obra de él, no hay ninguna parcial en la escena ni en el cuerpo de la víctima, y sobre todo se tomó el tiempo de poner su firma en el cuerpo tal como siempre lo hace, no es obra de ningún imitador estamos frente a la obra del mismo asesino—Respiro al ver como el Capitán bajaba su libreta, para muchos el saber eso sabían muy bien que sería imposible descubrir la identidad del asesino y los motivos por el cual había asesinado a aquel hombre de 29 años, corpulento y sobre todo oficial de seguridad privada. Los Forenses llegaron y levantaron el cadáver de aquel hombre, la Detective solo se limitó a ver como se lo llevaban. Miro la carpeta del expediente de aquel hombre, no había ninguna evidencia del porque había sido asesinado. No tenía ni multas de tránsito ni nada que ameritara su muerte. Cerró su abrigo y camino a su coche, el día sería extremadamente largo y aunque fuese domingo no habría descanso para ella.
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Editado: 20.04.2018