Desde que he despertado, llevo horas pensando en que pedir, no necesito nada material por eso nada de ello viene a mi mente, ni siquiera la herencia de mi padre que aún se encuentra en las manos de mi tío.
De pronto me encuentro pensando en el amor ¡tres novios! tres novios solamente he tenido en mi larga vida, el primer amor de mi vida Efran, nos conocimos a los 10 años y a los 11 nos volvimos novios, con él viví ese amor de niño que es tan inocente y tan romántico, a los 15 años empezamos a enlazar nuestras manos cuando caminábamos en el largo jardín de la secundaria y a darnos besos intensos entre nosotros al momento de despedirnos en la puerta de mi casa, a los 16 comenzó a presionarme para tener sexo con él a lo que le pregunte —¿Cómo si somos tan solo unos niños?
— Ya no somos unos niños —respondió — Mira tu cuerpo cómo ha cambiado, ¡mírame he cambiado! Tus caderas están anchas y tus pechos se han agrandado, yo tengo barba y ahora soy más fuerte.
—Pero no somos lo suficiente maduros —le dije —al menos yo no estoy lista para entregarme a ti.
A Efrán lo quería mucho, estaba enamorada e ilusionada con él, pero su actitud me fue decepcionando poco a poco, se supone que si él me quería no me presionaría para estar con él, me respetaría y no me diría esas palabras tan vulgares que ahora había decidido decirme ¿Desde cuándo Efrán hablaba sobre el sexo de una manera tan vulgar? ¿Por qué no era romántico? ¿Por qué no era delicado conmigo?
Un día después de tanto discutir cómo se había vuelto una costumbre él me lo confesó.
— ¿No entiendes que yo ya soy un hombre? –le mire enfurecida, habíamos forcejado como salvajes, tratando de que no me obligase a estar con él — estuve con alguien, alguien que me enseño, alguien con experiencia.
Mi rostro se quedó congelado, lo mire fijamente a los ojos y mis labios temblaban por el llanto que empezaba a escucharse — ¿alguien? ¿Quién es ese alguien?
Se burlo de mi y su risa sonaba sobre mi rostro — No la conoces, es una mujer, una verdadera mujer, es mayor que yo, pero ella no significa nada para mi, fue solo esta experiencia y nada más, es a ti a quien amo de verdad.
Deje caer mi mano extendida sobre su mejilla con fuerza — Me alegra que al fin te sientas realizado — Ese día fue la última vez que lo vi, ya no le quería más y esa fue la primera vez que me rompieron el corazón.
El segundo fue Francis, un chico de personalidad oscura, amante del rock y el polvo blanco, así que después de descubrir a que dedicaba sus tardes y la evidencia de su adicción fui yo quien le dejo, por primera vez no era yo la que salía con el corazón roto de una relación — Ya no me gustas, no quiero seguir con esto — fueron mis palabras y él se quedo pasmado sin saber qué hacer.
El tercero Joan, mejor conocido como joaco, fue la segunda relación más larga que tuve después de EfrÁn, ya que con Francis solo estuve cuatro meses, Joaco fue mi amor loco, a quien ame con locura, por el que me arriesgue hasta quedar en nada, con el mi primera vez, no solo era mi compañero de universidad, también solía quedarse largos días conmigo en mi apartamento, cocinar para mí y hacerme el amor hasta quedarnos dormidos.
Una oferta de trabajo fuera del país, lo alejó de mí, aunque yo me moría con su partida a él solo le importarón sus intereses y se fue así sin más.
Pensando en todo esto, he llegado a la conclusión que quiero un compañero de vida, no quiero pasar una navidad más sola, quiero lograr esta otra etapa de mi vida, ya logre ser una mujer independiente, tengo el trabajo que me gusta, una economía estable, unos buenos ahorros, en pocas palabras mi vida profesional ya está realizada.
Ahora me falta ese alguien con quien compartir todo esto que tengo guardado en mi corazón para dar, pero esta vez quiero que sea diferente, por ello he decidido hoy hacer mi petición. Hoy es la misa de noche buena, mejor conocida como la misa del gallo, en el momento en el que todos cerremos nuestros ojos para hablar con el ser supremo, llamado Dios.
Me abrigo muy bien, ya estoy lista para ir a la iglesia, está nevando y no quiero pescar un resfriado, como siempre las calles están llenas de luces de colores alrededor de los hermosos pinos verdes, el olor a dulces y platos navideños inundan mí olfato, mientras más me acerco a la iglesia más puedo escuchar la voz de los niños que cantan villancicos, de verdad esto es bonito, de lo que me estuve perdiendo todos estos años en medio de la amargura, dentro de la iglesia se siente un calor humano placentero, después de la lectura nos ponemos de pie para orar y ha llegado el momento, cierro los ojos y con todo mi corazón pido lo siguiente: