Capítulo 9: Julen

Lo encontré gracias al maravilloso invento de Google Maps. Esa idea de conseguir todo el mundo en imágenes me había parecido algo abusivo y controlador, hasta ahora. Gracias a eso lo tenía delante de mi, algo pixelado sí, pero real.

Nunca creí en las escenas y laboratorios futuristas de CSI. Realmente de pequeño mi pasión era terminar como ellos, y en cierta forma lo hice, como sus actores, viviendo en mundos ficticios donde sé que las pantallas no son holográficas y los malos no se rastrean en dos segundos por su chip del celular.

Lo que si sé y agradezco es que la tecnología actual me permite mejorar las fotos, adecuarlas para una mejor visualización y reconocimiento facial. Eso hice toda la madrugada para al amanecer tenerlo pronto e iniciar la búsqueda de aquel hombre que me pidió una simple llamada. Demoraría unas dos horas, por lo que dejando la computadora en un lugar seguro inicio el rastreo y me largo a dormir.

O eso quise, porque tuve que optar por una droga y alguna que otra vitamina para seguir el día. No tenía tiempo para asuntos humanos, no sé si en algún momento los tuve.

Pami me espera abajo con el desayuno y la misma rutina jefe / subordinado que tanto aprendí a odiar. Ella era todo para mí, mi abuela, mi nana y mi eterna confidente. Siempre agradeciendo a Dios por haberla salvado de aquella enfermedad que casi me la quita, cuando no tiene idea de que yo pagué todo su tratamiento. Y no pienso decírselo, la fe que tiene es algo preciado que no quiero quitarle por más que esté en desacuerdo, no la obligaba a entender estos tiempos, solo a quererme.

Hoy como tantas veces la invité a comer, hoy como tantas otras se negó llevándose su ración a la cocina. Tenía el comedor solo, como hacía cinco años, desde que mi madre no está y mi padre se olvidó de vivir y no de trabajar. No sé si ya no me afecta o no tengo tiempo de pensar en ellos, solo sé que me toco ser de esta manera. Pami se olvidó de la tablet esta vez así que me dedico a ver mi celular que del tamaño que tiene bien podría reemplazarla. Esta vez en el diario de sociales estoy yo figurando en una inauguración, mi padre en Deportes, debido a los terrenos que están acomodando para el mundial de fútbol, y en ninguna de ellas esta Pami. Cuidar de una familia por años y horas no parece ser un mérito para la sociedad, pero si ver como me emborracho junto a adinerados para soportar la noche.

Había un artículo de dos páginas dedicado a un hombre y su muerte, o defunción como les gustaba adornar. Recuerdo como me comentaron de esto, de su cuerpo deforme y del morbo por haberse filtrado imágenes de la muerte. Había un link directo para verlas y sin pensarlo accedí, todos lo hacen. Era verdad que no eran necesarias y el espectáculo era repugnante, a tal punto de no reconocer dónde estaba su rostro, y eso me alarmó. No había manera de ubicarlo y de saber si era él, la zona y el auto podrían ser los mismos, ¿pero el cuerpo?. Me molesto en buscar su nombre en internet y se ve diferente. Es estúpido intentar compararlo, pero algo que no pude evitar fue ver su mano.

No es la misma mano.

Las fotos mórbidas y la persona muerta no eran la misma persona, ¿cómo se les puede dar esto por alto?

Me desconcierta una llamada entrante, y es de mi padre. La última llamada que le hice fue llorando, pidiendo que no me dejara solo en el duelo, el estaba en un avión a Malasia en ese momento, y se limitó a cortar el teléfono para poder abordar, "me estás molestando", comentó. Esa era la persona que ahora me llama para obligarme a aparentar o para pedirme que me comporte.

Escucharlo llorando al atender me desconcertó y supe que algo andaba mal, muy mal.

Me pidió que fuera a su oficina, que fuera de inmediato y sin llamar la atención. No pude preguntarle qué le pasaba, mi orgullo me lo impedía. En la oficina me abren las puertas a medida que corro, y lo encuentro a él, rodeado de hombres en traje, impecablemente frágiles a la vista, pero debido a su musculatura, lo de frágil era solo una impresión.

- ¿Te estás muriendo?.- fue lo único que pude decir y pensar en todo el viaje. Debe tener algo terminal y está llorando por el heredero que tendrá que dejar.

No me responde, solo mira a esos hombres quienes se presentan como seguridad nacional. Me comentan irrumpieron en la oficina de mi padre temprano luego de una discusión con el gerente de programación, que ahora estaba sentado a lo lejos con un aparente nerviosismo. Mi padre me explica que pelearon pero llegaron a un acuerdo, que no me alterara por eso. ¿Pero qué pasa entonces?.

- Julen, debemos parar la compañía por un mes, es decisión gubernamental.- Como no lo supe, porque no lloraría ese hombre si no son por negocios. Ya me relajo y me molesto en sentarme, estoy preparando mi respuesta para frenar toda la palabrería que veo venir.

- Señor Julen, lo que le comenta su padre es real pero tiene un bien mayor. Se supone que la compañía está detrás de asesinatos que se han llevado a lo largo de estos cinco años.

- ¡¿Cinco años?!.- desde que mi padre es presidente.- Las compañías telefónicas no tienen relación con asesinatos, terrorismos o lo que sea que se hable por nuestras líneas. Si cualquiera de ustedes fuera un enfermo pedófilo lo tendríamos que dejar pasar, son reglas.