¿quién es el Asesino?

Seis

"Perder la cordura en momentos desesperantes es lo que nos hace simples mortales"

Astrid
 


— ¿Me buscabas? —mis pies flaquean tras escuchar su voz, creí que el dueño de esa tono grueso y egocéntrico me mataría degollada, pero afortunadamente la única persona detrás de mí era Raws.

Mi ritmo cardiaco se va normalizando, me giro por completo, estaba apoyado de la pared con los pies cruzados, la espalda levemente encorvada y las manos en los bolsillos como de costumbre, en una postura que a simple vista se nota relajante.

—Me asustaste... — admito llevando una de mis manos a mi pecho, aliviada.

—Lo lamento, suelo ser sigiloso la mayor parte del tiempo —suspira y fija sus ojos al piso—. Por cierto, ¿Qué haces aquí?

Acaricio mi nuca antes de responder, veo más allá del pasillo mientras yo y el chico nos alejábamos. O estoy loca o estoy segura de que vi una sombra ahí antes, pero era más probable que tuviera problemas mentales, si ahí no había nadie.

—Ya me iba —mi móvil vibra, veo el mensaje de mi chofer y alzo el teléfono para que él pudiera verlo.

Seis horas después

Estaba en el auto junto a papá, él me llevaría a la fiesta de America, me dejó ir mas por el hecho de que ella era parte de la NSU, resulta que papá conocía la "banda" por así decirlo. Estaba feliz de saber que me estaba integrando con facilidad y entre los mejores, si tan solo supiera que ellos literalmente vinieron a mí.

La fiesta de America quedaba en las afueras del pueblo de Nashville, justo en la playa que unía a Cavaleire con Nashville. Precisamente ahora decidí leer un libro de historia de estos pueblos, mamá me lo obsequió antes de irme para estar más "familiarizada". En el susodicho libro contaba las leyendas y mitos sobre las tres uniones, La mancomunidad donde se encontraba Nashville llamado "Varados", era una conexión bastante interesante, como amo historia se me hizo especial. Nashville es una unión de tres pueblos antiguamente llamados: Perlas, Lirios y Rosas, pero después de la segunda guerra mundial, precisamente el 12 de julio del 1940 les cambiaron los nombres por razones algo tétricas (aunque hay calles con esos nombres aquí), el pueblo del norte antes llamado "Perlas" se le cambió por Ciudad Cavaleire, por la historia de Arya Cavaleire, una chica que fue enviada a un psiquiatra tras la muerte súbita de toda su familia en el castillo Cavaleire, todos murieron calcinados y solo ella y su madrastra quedaron vivas, la madrastra fue la que la envió al internado de enfermedades mentales, porque según cuenta la leyenda, Arya vio cómo se quemaba su madre y como la misma le pedía ayuda y no hizo nada para salvarla, aparte de que para ella quemar animales se convirtió en un fetiche.

Lo más probable es que la madrasta lo haya causado para así quedarse con todo, en esos tiempos el rey podía tener cuantas esposas quisiera y como la madre de Arya ya era una mujer de treinta años y parecía no poder tener hijos, dejó de ser interesante para el rey, así que pasó a segundo plano y él susodicho buscó una más joven, que pronto tuvo un hijo llamado Caín, prontamente la madre de Arya se metió en la cama del rey y nació la pequeña psicópata.

Años más tarde cuando pasó el suceso en el castillo y Arya estuvo en el Psiquiatra, tuvo una extraña experiencia con su doctor; Caín.

Se convirtió en doctor psiquiatra por ella o al menos es lo que dicen los amantes tóxicos del romance sicario.

—Ya llegamos —avisa papá sacándome de mi interesante lectura, salgo del auto y tengo la dicha de admirar el hermoso mar de la unión —, cariño, ten cuidado por ahí ¿vale? Me llamas cualquier cosa.

Se despide y arranca el auto, el barco privado de la familia de America era apellidado Seo, había varios barcos y jet por todos lados, tras una pequeña búsqueda lo encontré. En la puerta del barco habían dos guardias, les doy mi invitación, buscan mi nombre y logro pasar sin problemas.

La fiesta era exactamente como me la esperaba: luces neón cubriendo todo el lugar, alcohol, adolecentes alocados en trajes de baño, una piscina en el centro del Barco y la canción Juice de la candente y coqueta Lizzo a todo volumen. Me adentro en la fiesta y no pude evitar comenzar a mover las caderas por la canción, la amaba tanto, hacía que me sintiera más diosa de lo que ya era.

Thats how i roll—tarareo siguiendo el ritmo sin pensar en parar, me acerco a la barra y tomo una cerveza de la gran torre que armaron, bebo un trago largo.

"No te embriagues" el recuerdo de la primera palabra de papá me hace reír a lo bajo, hago mi cabello hacia atrás y busco a America con la mirada. La encuentro más allá de la multitud, caminado a paso rápido con algunas copas en las manos y parecía gritarle algo a Piper, el cual la seguía y reía. Voy hasta donde estaban y en el trayecto unas manos agarran las mías.

Levi.

Estaba jodidamente sexy, no traía camiseta (porque obviamente es un pool party) y eso dejaba sus fuertes brazos al descubierto, su torso fue un deleite en el que me apetecía sumergirme, se notaba que pasaba horas en el gym por lo marcados que tenía el abdomen y para rematar, tenía un tatuaje pequeño de una media luna y la mitad de un fénix sobre ella, justo en el lado derecho del pecho.

Palpo mi nuca y tuerzo mis labios, bajo la mirada y veo la línea de su abdomen.

¡Gloriosos abdominales!

— ¡Puedes cenarme con la mirada, al final soy tu saco de boxeo!—vocifera para que pudiera escucharle, la música era casi ensordecedora ruedo los ojos e intento zafarme de su agarre.

Lo que me parece atractivo de su físico lo daña con su bocaza

— ¿Por qué eres tan idiota? —pregunto bufando a la vez.

— ¡¿Qué dijiste?! —se acerca mucho a mi con una expresión de confusión, sus ojos brillan por el reflejo de algunas luces rosa neón, y aunque no se veían tan bien por tantos colores juntos portaba unas pecas perfectamente diseñadas en línea sobre su nariz.




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