¿quién es el Asesino?

Nueve


 


 


《No hagas promesas mediante un momento emocional》.
 


 

Astrid
 


 

El ultimo sonido que hizo el cuerpo de Levi al caer fue aterrador, después de quedarme estática por un momento  fui corriendo hasta donde estaba. Sus ojos estaban cerrados y no se movía, parecía medio muerto. 
 


 

Me pongo de rodillas al piso y con todo el susto del mundo toco su nariz con un dedo, con la vaga esperanza de que respire. 
 


 

—¿Levi? —pincho su rostro consecutivas veces sin obtener respuesta a cambio —, oye despierta… Levi… 
 


 

Remuevo la red que lo cubría e intento hacerlo reaccionar con golpes, pero ninguno de mis intentos funciona. Pasan segundos y nada, luego esos segundos se vuelven minutos y esos minutos en horas. Comienzo a dar vueltas por todos lados, me froto la cara de los nervios, le doy cachetadas a el cuerpo inerte de Levi, lo pellizco y hago cosquillas, pero no se mueve. 
 


 

No hace nada. 
 


 

En un momento de desesperación, comienzo a gritar por ayuda, pero el jodido bosque estaba más vacío que un desierto. Me lanzo al piso de vuelta y me quedo mirando su rostro sin saber que hacer hasta que al fin recordé alguna técnica poco profesional y obvia para verificar si estaba vivo o no. 
 


 

Pongo mi cabeza sobre su pecho y escucho lo que sea que tenía que escuchar. 
 


 

No estaba muerto, sus latidos era leves, podía escucharlos, aún así me desesperaba todo esto; hacia un frio como si estuviera metida en una heladera, incluso cuando hablaba el vapor salía expulsado como si fumara. Veo el reloj de mano de Levi y eran las 12:22 del medio día. 
 


 

¿Cuanto tiempo llevamos varados aquí? Cuando salimos del departamento de policía apenas y eran las 9. Siento como si hubiéramos pasado como 5 horas aquí. 
 


 

Para el colmo, el sonido de un lobo se escuchó lejano, puede que sea mi imaginación… 
 


 

《¿Por qué maldición dejamos nuestros móviles en la escuela? Ash, esto no hubiera pasado》. 
 


 

—Levi… —murmuro cerca de su oído —despierta, despierta ¡despierta! 
 


 

—Mamá… no quiero ir al baño—dice el imbécil entre sueño —, no me haré… no quiero. 
 


 

No lo dudé y le di un puñetazo en la cara que afortunadamente lo hizo despertar. 
 


 

—¿Qué haces? ¿Por qué me golpeas? — Se queja primero tocando su mejilla y luego detrás de su cabeza, se comienza a enderezar y noto que la mano con la que se tocó la cabeza tenía sangre — mierda. 
 


 

—¿Estas bien? 
 


 

—¿Me lo preguntas después de casi matarme con esos puños? —me siento apoyándome de un árbol cerca, me palpita detrás de la cabeza—, duele como el demonio. 
 


 

Me acerco y le obligó a permitirme permitir el golpe que tenía, no era tan grave como pensé, pero inmediatamente vi las pequeñas salpicaduras de sangre sentí unas nauseas horribles y me pegué un grito tremendo.
 


 

—¡Joder, joder estas sangrado! —alejo mi mano y me limpio con su camiseta. 
 


 

—¿Eh? —se toca la cabeza y luego ve la mancha rojiza y viscosa en sus manos —no es la gran cosa, que dramática eres.
 


 

Sentía que se me revolotean las tripas con solo verlo. Me limito a desviar la mirada de su cabeza.
 


 

—Pensé que no despertarías, tremendo susto me diste —él intenta ponerse de pie, pero falla varias veces hasta lograrlo. 
 


 

Camina con dificultad, pero no se detiene. 
 


 

—Antes de casi morir, te hice una pregunta —vamos derecho hasta lograr ver la carretera —, ¿estás celosa de la detective? 
 


 

No podría ser más baboso. 
 


 

—Una vez un sabio no tan sabio dijo “no digas estupideces “ pero parece que ya se le olvidaron sus propias palabras —la camisa blanca de Levi estaba sucia y tenía algunos rasguños, verlo desde este punto era más que complaciente, se le notaba dos bultos grandes en el trasero, se nota que se alimenta bien . 
 


 

—¿Entonces no estás celosa? —insiste. 
 


 

—Obvio no, ¿por qué debería estar celosa? Tu solo eres Levi el fastidioso y ella una pedófila, me da igual si te enrollas con una vieja de cincuenta. —sus carcajadas fueron un mal tópico para el momento y luego me invadieron a mi. 
 


 

Tenia algo que hacia que quisiera reír por igual, era muy raro. 
 


 

—¿Una pedófila? Repite limpiando algo de su corbata de franjas—. Pues sabes, creo que si me dejaría manosear un poco por ella, —se apoya de un árbol para subir una pequeña colina que nos deja en la carretera, sube y luego extiende su mano para que haga lo mismo—, pero a ver ¿por qué tan interesada en Bella? 
 


 

Por fin, encontramos la estación de gasolina, no estaba muy lejos, pero se podía ver algunos carteles. 
 


 

—Parece que la conoces bien, ¿ese es su nombre, Bella? Algo egocéntrico, por cierto —admito lo último en voz baja. 
 


 

Pero era la verdad ¿A quién le ocurre ponerle Bella a una persona? Además, ni que fuera tan hermosa. 
 


 

—No te mentiré, si la conozco. Solíamos ser buenos amigos hace unos años —caminamos a la par a diferencia de las veces anteriores, veo su rostro y noto que su mandíbula está algo cortada —, muy buenos. 
 


 

Llegamos a la estación. Levi me sede el móvil para que pudiera llamar y así nos vinieran a buscar. Como no recordaba el numero de mi chófer, decidí marcarle a Raws, su numero y el mío eran parecidos, así que era fácil recordarlo. 
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.