No fair
You really know how to make me cry
When you gimme those ocean eyes
I'm scared
I've never fallen from quite this high
Fallin' into your ocean eyes
Those ocean eyes.
Ocean eyes - Billie Eilish.
Blair Waldorf.
Me gustaba correr por las mañana, así ocupaba mi mente y aprovechaba para mantener mi salud física. Todavía recordaba todo lo que ocurrió desde ayer, desde el secuestro hasta el hacker.
A veces sentía que tenía el peso de todo el mundo en mis hombros, pero yo no quería eso, yo solo quiero vivir...
Quiero vivir, feliz, quiero vivir de la misma que hubiera querido vivir Sayani.
Me detuve al llegar a él centro de la villa, fui a una tienda a comprar una botella de agua y mientras estaba pagando sentí la vibración de mi móvil.
...:
Estoy camino al trabajo pero quería agregarte antes.
Fruncí el ceño, ¿quién era? Decidida abrí su chat y busque en la información del perfil. Era la castaña que estaba con Ray.
Yo:
Escríbeme cuando puedas.
Necesitaba respuestas a mi preguntas y las encontraría de a donde fuera.
~°🎭°~
Me gustaba oler las flores, en cierto modo me calmaba. Estaba en la floristería que se encontraba cerca la plaza de Shellbey, Alex me había llamado bajo el contexto que me iba a terminar de explicar todo lo de la desaparición de Keira, y por puro instinto pase por aquí.
Tome mi tiempo para llegar a la plaza y sentarme en la misma banca minutos antes de mi secuestro, había comprado un ramo de rosas negras, que por solo casualidad las vendían allí.
Era un lugar hermoso, Shellbey era hermoso a pesar de todo lo que ocurría, los árboles frondosos gracias a que estábamos en verano y el olor a pino llenaba toda la villa.
Di un pequeño sobresalto al sentir una mano en mi hombro, pero me relaje solo un poco notando que se trataba de Alex.
—Lo siento, te vi tan concentrada que no quise molestar —le di una sonrisa distraída antes de mirarlo.
—No pasa nada —asegure mientras me movía un poco en la banca para dejarle espacio.
Se sentó, frotándose las manos inhalando como si estuviera preparándose para contarme la cura contra el cáncer.
—¿De qué estábamos hablando? Creo que de tu número, se que parece que desvié el tema pero, pero —repitió sacando su teléfono, rebuscó algo rápidamente mientras yo lo miraba de soslayo—, "¡Escúchame! si le hubieras hecho no harías la idiotez de escribir a ti mismo, os fija que tenemos el número de la persona".
Leía, asentí. Y realmente no confiaba en él por más novio amoroso que fuera.
Pregunta disimuladamente.
—Lo noto. Ya sospechan de ti, ¿verdad?
Por eso no tienes amigos.
Soltó una carcajada antes de asentir sin mirarme o al menos directamente.
—Sí —contesto en un tono lastimero.
—Wow.
¿Me estaba diciendo la verdad? ¿Cómo sabría que no fue él quien desapareció a su novia?, si suena loco pero no imposible.
—¿Los demás también son amigos de Keira?
Tomo un una rosa entre mis manos pasando delicadamente la yema de mi dedo índice mientras observo de reojo a Alex.
—Si, bueno, más o menos. Somos un grupillo de gente —espera, ¿cómo que "más o menos"? Fruncí el ceño sin entenderlo bien—, ¿quién te interesa?
Me mordí el labio inferior mientras recordaba, entre todos ellos sólo tenía dos personas que no encajaban del todo o bueno; eran muy groseros para mi humilde gusto.
—El chico de la barba, Mikael.
—Mikael, no tengo mucho que decir de él —exhale notoriamente frustrada, este chico me frustraba realmente. En vez de darme respuesta solo me complicaba más—, hace lo que quiere. Pero no quiero hablar realmente de ellos, la puedo cagar.
—¿Qué quieres decir realmente, Alex? —estaba exasperada pero tratan de guardar mi paciencia.
La paciencia es una virtud que no todos poseen, úsala a tu favor.
Recordé, inhale hondo y olí una rosa.
—Calma, puedes pillar una idea equivocada y es justo lo que no quiero.
—Dime un poco sobre la desaparición de Keira.
—Si, bueno —suspiro con tristeza, cosa que me conmovió—; un tío desconocido nos agregó a un chat grupal no dijo nada, al menos al principio. Estaba en mi móvil por eso lo noté.
—¿Qué estabas haciendo con el móvil? —interrumpí en tono de reproche, su novia estaba desaparecida y él estaba en el móvil.
—Banalidades. —se encogió de hombros, de nuevo, no me fiaba de él. Sonaba inseguro.
—Mhm. Prosigue.
—El caso es que le escribí a tal número y me respondió con una frase: "Algo malo le pasó a Keira". Pensé que era una broma de un chaval pero no hubo respuesta alguna.
>Lo amenace, no te voy a mentir. Fui corriendo a la casa de Keira, pero solo estaba Ray sentado en la puerta de la casa y él me confirmó lo que temía, Keira había desaparecido.
—Lo siento mucho. —sabía cómo se sentía esa sensación y no se la deseaba a nadie en el mundo.
—Yo aún más. El tío nos envío un mensaje diciendo que era un aliado o algo así más o menos decía. No me fío de él, ¿si está mintiendo?
—Lo dudo mucho, pues él tenía razón en el punto que Keira había desaparecido.
—Pero, ¿qué si él tiene a Keira?
—¿Piensa que ese tío se está burlándose de vosotros?
—Joder, no se ni que pensar.
—Te he sobrecargado un poco de información —soltó un suspiro cansado antes de levantarse de la banca—, tengo que irme —murmuró antes de fijar la vista en las rosas que aún mantenia en mis manos—. Las rosas negras no son muy comunes en Shellbey, bueno te dejo.
Este chico... no me fío mucho de él.
Me levanté de la banca dirigiéndome al cementerio de Shellbey; justo en lo último se encontraba su tumba, dejé las rosas en aquella tumba antes de sacudirle para sentarme.