¿quién es él Culpable?

Capitulo 6

Capítulo 6



 

—Así que solo te dio el pedazo de torta y se fue —afirma Lilian.

—Si así exactamente fue — suspiro — me pareció tan extraño volverlo a ver y en otra situación tan absurda.

—Pero al menos los bebés no saldrán con la boca torcida.

Nos encontramos tiradas como bultos, sin labor y beneficio, en medio de la sala de mi mamá, pero con dos cuerpos cansados y trabajadores como el nuestro es comprensible llegar a hacer un trapo viejo.

El tiempo pasa suavemente y tranquilo mientras practicamos un poco de todo y nada, como siempre. Su mano pasa por mi vientre mientras le habla, ya le he dicho que aun ellos no escuchan, pero simplemente no hace caso a mis protestas.

—Quien es la tía más bella — habla — pues yo ¿Quién más? No creo que su padre el anónimo tenga hermana y si la tiene, pues llegaron tarde, así que no cuenta, y si Bill algún día llega a querer ser mujer tampoco contará. Yo solo yo, recuérdenlo siempre, yo le insistí a su madre de ir a aquel bar, por mí están ahí pequeños paquetes  anónimos, yo prácticamente los hice, a mí me deben la vida, bebés.

—Por qué dices tanta tontería junta, eso no es sano — la regaño — tengo miedo que pierdas el juicio.

Ella simplemente se ríe, ella sabe que está loca, así que no tiene razón para negarlo.

—Los pequeños no se han reportado hoy, no sé cómo ha pasado, pero los síntomas han ido desapareciendo, si no es por la leve inflamación que tengo en el abdomen, pensaría que todo es un chiste — continuo.

—Por dios Nina al menos físicamente estás bien, por eso  estamos  rodeados de paz, tú vomitando no es un espectáculo que mis ojos quieran volver a ver.

—¡Quiero coger! — un grito de desespero retumba en toda la casa.

Un muy apurado Bill sale de la casa sin importarle nuestra presencia.

—Este loco, que ni haga eso mira cómo terminaste tú — me señala — hay que detenerlo.

De inmediato se pone de pie y va tras él resoplando hago lo mismo.

 

Después de una larga disputa con mis hermanos, sobre lo importante que es protegerse para hacer una que otras actividades y que Lilian se cerciorará personalmente que nuestro hermano llevaba los condones necesarios no acabó con tan incómoda charla, total por mí ya no hay nada que hacer tengo dos invasores nadando en mi útero.

Cuando por fin mi cabeza toca mi almohada siento el más profundo placer, no hay nada mejor que esto.

Quiero recordar, pero no puedo, estoy bloqueada, nada llega a mente.

Cierro poco a poco mis ojos hasta estar en lo más profundo de mis  sueños, dejo de pensar y empiezo a soñar, nuevamente estoy en un bar, pero este sueño es distinto.

… Al parecer los tragos están haciendo efecto en todo mi ser, porque ha crecido en mí unas ganas de bailar, de gritar, de saltar definitivamente estoy en proceso de embriagarme hasta los huesos. Recorro el lugar, pero no hay nadie, por lo menos conocido donde estará todo mundo, unas ganas de hacer pipí me invaden, ¡ah! La Cerveza.

Con pesado paso busco los baños, no obstante algo más atrae mi cuerpo que el baño, un olor, un perfume.

Una mano atrae a mi cintura y esa misma me jala hacia un cuerpo, de ahí viene proviene ese aroma, siento cómo me voy convirtiendo en un  cuerpo inherente y me dejo llevar, cada vez estoy más cerca a ese cuerpo, una especie de energía me recorre. Y ahí es donde lo sé, estoy perdida, volteo mi cuerpo para encontrarme con él, una gran sonrisa llega a mí… 

Despierto abrumada y confusa otro recuerdo, pero siguen sin encajar las piezas, solo son momentos tirados a mi cabeza al azar y aún sigo sin  ver su rostro. Resoplo claramente frustrada, me llevo la mano a mi vientre y les hablo a mis bebes

—Por qué su papá es tan evasivo  y no se deja ver en mis sueños,  pequeños invasores, esperó ustedes no sean así, porque si no mamá los va a regañar mucho.

Alzo mi mirada y veo que ya es un nuevo día

—Estén hoy tranquilos bebés, mamá tienen que trabajar y buscar al culpable de ser un padre anónimo



 

*************

 

Me levanto aturdido, un horrible amargo sube por mi garganta, ¿otra vez? ¿Qué me pasa? Nunca me enfermo, salgo de la cama casi corriendo  y entro al baño buscando en inodoro. ¿Qué me habrá hecho daño ahora? Mi estómago desde hace un par de días se ha convertido en un sensible de lo peor.

—Otra vez — escucho que preguntan,  simplemente asiento estoy muy concentrado en su labor — ya me estoy preocupando, no es normal tener náuseas, dolor de cabeza y cansancio, siempre has sido muy sano.

—Parece que ya no — respondo como puede — ahora sal de aquí, tengo que bañarme e ir al trabajo — Pero un leve mareo hace que me tambalee.

Pero los brazos que siempre me protegen impidieron la caída. Mi hermano me mira preocupado, no lo niego yo también lo estoy.

—¡Oye! ¿Estás bien? — me acomoda  como puede y toma mi muñeca desesperada — tienes el pulso bien, por qué estás así — me echa un poco de agua en la cara y poco a poco siento cómo voy recuperando el aliento — Mírame, toma aire y vótalo suavemente.



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En el texto hay: humor, romance, amor

Editado: 14.11.2022

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