Capitulo 8

Capítulo 8

Abro los ojos sintiéndome más patosa que de  costumbre, miro a mi alrededor y observo que aún estoy en la sala de los hermanos maravilla, pero estoy sola, nadie está a  lado mío, dónde estarán y Lilian, me pregunto. Miro el reloj colgado en la pared y compruebo que es demasiado tarde, un trueno a lo lejos hace que salte en mi sitio.

— ¿A veces osada y en otra cobarde, Nina? — la pregunta sale de una voz que últimamente solo aparece de la nada y estoy aprendiendo a reconocerla de inmediato.

—Y tú eres bien oportuno, ¿verdad  Derek? — muevo mi cuerpo tratando de demostrar que soy capaz de soportarlo, sin su ayuda. 

— Debo admitir Nina, que me caes bien, algo patosa, imprudente y un poco de grosera, pero a pesar de eso  me caes bien — al parecer soy su nueva diversión — y necesito de tu ayuda — su tono divertido fue cambiado por uno serio.

—¿Mi ayuda? — dudo que este hombre necesite ayuda de alguien y menos de la mía, que estoy toda hecha bola.

—Aunque te parezca increíble así es, hay algo que me está dando vuelta en la cabeza y me resulta interesante — al ver su mirada un brillo me inquieta  saber que es —  quiero que me hables de tu amiga Lilian.

Me quedo de piedra, me está pidiendo que le hable de Nina, acaso le gusta mi amiga, se me seca la garganta cuando esa idea se instala en mi cabeza, Lilian es muy bella, pero son contadas las veces que la ha visto y me pregunta por ella. No me gusta la sensación que estoy teniendo.

—¿De Lilian? – mi cara debe ser un poema.

—Si y concéntrate, no me gusta repetir las cosas, así que te escucho.

Lo miro con recelo, es bien antipático el típico este, sinceramente lo último que quiero es responder su pregunta.

—¿Por qué quieres saber de ella? — yo también puedo hacer preguntas.

— Solo cuéntame de ella, es algo fácil.

—Bájale a tu altanería — estoy llena de indignación, no quiero pensar mucho por qué, así que me pongo de pie alejándome de él. 

—Te estoy preguntando algo  sencillo, Nina, no suelo discutir con nadie y menos si ese alguien está embarazada y por cierto, ¿Quién es el padre? Siempre me toca estar rescatándote — lo miro con odio, vaya que es insoportable este ser humano.

Dispuesta a contestarle de la manera más grosera que pueda, en ese preciso momento mi amiga hace aparición.

—¿Qué te está haciendo, Nina? — se para frente mío de manera protectora.

—Tranquila fiera, solo estábamos platicando — le responde Derek alzando las manos y picándole el ojo a mi amiga, al ver eso se me desactiva la respiración automática.

Estoy loca, ahora él también me va a sacar suspiros, ya tenía con su hermano que es una belleza y amable, porque Derek también es una belleza, solo que es grosero. 

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Dejo a ese par de histéricas y me dirijo mis pasos en dirección de donde salió Lilian, camino con suma cautela y un par de metros me encuentro lo que estaba buscando, mi hermano.

—Me podrás decir que te traes con Lilian, hermano – le enfrento, las adivinanzas no van conmigo.

Lo que veo en el rostro de mi hermano me remueve dentro de mí, esa expresión no la veía hace años. Mi hermano refleja tormenta y angustia. 

— Derek, es ella —  dice mientras sus ojos se llenan de lágrimas, esperaba cualquier respuesta menos esa.

Entiendo totalmente lo que pasa, me acerco a él y lo abrazo, sé lo difícil que ha sido llevar con el peso de su pasado.

—¿Estás seguro Octavio? ¿Ella sabe algo? — me tiemblan las manos.

—Si es ella, estoy seguro, la primera vez que la vi en el consultorio con Nina, lo dude. Fue como un electrochoque para mí, cuando volvieron no tuve más dudas, yo no era capaz de asimilarlo, pero si, si es ella, y no, no me reconoce, esa noche todo era bien oscuro, y no creo que se acuerde de nada, no sé que tan buena o malo sea eso.

—Lo siento tanto — lo miro a los ojos —si ella llegó otra vez a tu vida, es por algo, debes dejar tus culpas.

—No puedo, no puedo y menos al verla, sé que debo hacer algo, pero no sé qué.

—Todo va a estar bien y yo te voy a ayudar.

—¿Me vas a ayudar?

—¡Nina! Ella nos va a ayudar — me mira — tranquilo no le vamos a decir nada, atreves de ella vamos a  conocer a Lilian y así tratar de que ambos curen el alma, el sufrimiento de ella puede ser más fuerte que el tuyo.

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Miro a Lilian curiosa algo me dice que ella no está bien y se lo hago saber, ha estado muy nerviosa y distraída.

— He estado recordando mucho esa noche, está claro en mi mente, los psicólogos siempre han dicho que por temporadas   todo regresaba, pero esta vez es distinto, no es mi inconsciente, solo vuelvo al pasado.

La miro con tanto dolor en mi alma al escuchar eso y la abrazo, daría cualquier cosa por quitar ese dolor de su alma.