thirty-three

- No tengan sexo en el sofá, por favor —Jungkook le dio una mirada seria a Nam.

- ¿Por quién me tomas, amigo? Para eso tenemos la habitación ¿cierto?

- Hablo enserio, Namjoon. Tienes sexo en mi apartamento y quedas vetado —respondió apuntando al moreno.

- Jungkook es un exagerado —Yoongi apareció con un bowl de palomitas— Por cierto ¿Y Jimin?

- ¡Mierda! —Jin se puso de pie inmediatamente— Olvide enviarle la dirección, debe estar esperándome en casa.

- Kook puede ir por el —Hoseok se ganó la mirada de todos— Puede ir en su moto, no creo que tenga problema.

- No tengo problema —hizo saber el pelinegro, poniéndose de pie para salir del apartamento— Envíame la dirección.

- Tu ya sabes donde es, me has dejado cerca miles de veces —Namjoon menciono con burla— Frente a la cafetería de Miel ¿Recuerdas?

- Claro.

Acosador

- Cuento contigo, Kook —Jin lo miro con preocupación— Debe estar odiándome, le prometí que iría por él. Pásame tu celular te agrego el número de Minie, cuando llegues lo llamas para que salga.

- Los veo en unos minutos —aviso tomando su celular de regreso y salió de casa.

Por suerte contaba con un casco extra, precisamente para situaciones como estas. Espero a llegar al primer piso y salió del ascensor. No quedaba muy lejos de donde vivía, así que le tomaría pocos minutos estar ahí.

Algo bueno era que tenía el número de Jimin.

El parqueadero se encontraba vacío, eran prácticamente las 8 de la noche y esperaba que las calles estuvieran vacías. Aunque parecía querer llover, fue buena idea utilizar chaqueta un día como hoy. Subiendo a su moto, se percató de una presencia que lo observaba a lo lejos. Sabia de quien se trataba y como buena persona, decidió ignorar a su vecina, no pensaba volver a acostarse con la chica, por lo cual no le veía interesante entablar una amistad, como quería la rubia.

Arranco en la moto, las calles se encontraban vacías como había deseado, quiso en ese momento perderse por las calles y despejar su mente un poco, andar en la moto siempre le relajaba bastante. Su celular en su bolsillo empezó a vibrar, no iba a responder, después de todo iba manejando y le había prometido al abuelo que mientras estuviera en la moto, no tendría el celular en las manos, era algo que trataba de cumplir. Diviso la cafetería Miel donde había dejado innumerables veces a su amigo, se parqueo y saco su celular del bolsillo.

Llamadas perdidas de su madre, decidió ignorar esto y busco el número de Jimin. Timbro más de 3 veces y aun no respondía, cuando estaba decidido a colgar y marcar de nuevo, respondio.

- ¿Diga? —respondió aquella dulce voz.

- Jimin te estoy esperando abajo.

- ¿Jungkook?

- Así es, baja de una vez y ponte un abrigo, creo que lloverá.

- Enseguida voy.

Se recostó en su moto, esperando a que el pelinegro apareciera. Miraba hacia el apartamento, no se había dado cuenta de las miradas que estaba recibiendo por parte de los desconocidos, más que todo de las personas que se encontraban en la cafetería. Un suave golpe hizo que se girara a la izquierda, una chica de baja estatura, pelinegra, lo miraba con una expresión nerviosa.

- Lindo tono de cabello —hablo de manera inconsciente.

Aquello hizo que la chica enrojeciera aún más. Jungkook no tenía interés en salir con alguien, pero la persona que tenía frente suyo, era la viva imagen de Taehyung ¿O estaba quedando loco?

- Gracias… Yo quería saber… Si puedo tener tu numero —hablo en tono bajo.

Sin dar respuesta, tomo el papel y el bolígrafo que la chica tenía en sus manos y anoto su número. Se lo devolvió y no pudo apartar la mirada de aquella chica, estaba realmente sorprendido por el parecido con su novio.

- Gracias… —la chica sonrió feliz por haber conseguido el numero— Mi nombre es Hwang  Minji.

- Jungkook —el pelinegro extendió su mano, para estrechar la mano que le ofrecía la pelirroja.

- Debo regresar al trabajo —rápidamente soltó la mano de Jungkook y se giró— Es un gusto conocerte Jungkook.

Había quedado demasiado pensativo. Aún continuaba mirando en dirección a la chica que ahora tenía su número, algo en su pecho dolía y no le gustaba esa extraña sensación de estar haciendo algo mal.

Sentía que le estaba fallando a Taehyung nuevamente. Darle su verdadero número había sido un impulso y no podía ingresar a la cafetería y decirle “Hey, anote el numero mal”, eso estaría muy mal ¿O no?

Pensaba que quizá, solo quizá podría funcionar. Se bajó de la moto ágilmente y con todas las intenciones de ingresar a la cafetería, acomodo el casco en su mano, trato de encontrar con la mirada a la pelirroja, pero no la veía.

- ¿Jungkook?

El brinco que hizo el pelinegro casi le hace tirarse al suelo.

- ¡Pero que susto me has dado! —dijo suspirando.