Tiago G.

[CELESTE BLANCO HA SUBIDO UN NUEVO VIDEO A SU BLOG].

¡Hola a todas, una vez más!

Quiero que sepan qué le puse un nombre a esta sección: “¿Quién sigue?”, porque sí, porque quiero, porque puedo, y porque se me da la gana.

Hoy les vengo a hablar de Tiago G, quien es mi favorito número uno.

¿Ustedes saben eso de que cuando te enamorás por primera vez, después no te volvés a enamorar otra vez? Bueno, eso mismo me pasó con él, o más bien, creo que me pasó.

A él lo conocí cuando tenía cinco años, en el jardín de infantes. Es increíble cuánto recuerdo sobre él en ese momento: piel pálida, tan blanca como la leche, pelo castaño claro…, lo único que no recuerdo bien son sus ojos, pero sé que son claros, y poco comunes.

Me acuerdo que era el primer día, y él era nuevo en la ciudad, por lo tanto también lo era en el jardín de infantes. Él entró después de que todos ya estábamos en nuestros lugares, y me gustó a primera vista. ¡No tenía más novio, y me tenía que conseguir uno! Y obviamente lo quería antes de que mis amigas lo quisieran también.

Sé que es el tercer video y ya me escucho como una perra, a pesar de haber sido una nena cuando pasó, pero les aseguro que no estaba pensado eso cuando lo vi y me gustó. En lo de mis amigas sí, ¡pero eso porque me gustaba mucho, y lo iba a tener!

Como sea, por azares del destino, la señorita lo sentó en la misma mesa conmigo y un par de compañeritos más. Antes tenía algo que se llamaba sin-vergüenza-total, así que le apunté con el dedo y le dije: “¡Ahora sos mi nuevo novio!”. Él obviamente se negó, y no quiso ser amado por esta belleza, pero como a mí me importaba una mierda su opinión, reafirmé mi autoridad como toda diva en pleno capricho y le dije que dijera lo que dijera no iba a cambiar que fuera mi novio.

No pasó mucho hasta que él me lo pidió a mí. Literalmente, fue en el primer recreo para ir al patio que tuvimos. Yo estaba arriba del pasamanos, y él en el arenero con los demás varones. Me acuerdo que Walter, un amigo, se me acercó y me dijo: “Tiago dice que sí quiere ser tu novio”.

Me pregunto en dónde quedó esa actitud mía de diva empodera y poderosa que tenía a los cinco años. Prácticamente era la reina en ese jardín de infantes, y ahora a penas si tengo unas cuantas que cumplen mis caprichos de diva.

Bueno, en realidad sí sé dónde quedó, pero esa es una historia para más adelante.

En fin, estuvimos juntos hasta que finalizamos el primer año de la primaria. Éramos totalmente noviecitos, y con eso me refiero a que nos mandábamos cartitas dibujadas, nos dábamos regalos, e íbamos el uno a la casa del otro.

Todavía me acuerdo de él, dibujándome un mate en la sala de mi casa, el cual guardé por años hasta que se me mojó y lo terminé perdiendo. Era la cosa que más amaba después del bolón que me regaló… Ese sí que todavía lo tengo guardado.

Se me perdió un par de veces desde que me lo dio, pero siempre volvió a mí, y puedo decir que es mi tesoro más preciado.

Con Tiago fuimos noviecitos, como ya dije, hasta que finalizamos el primer año de primaria, ya que al año siguiente me enteré que se había mudado, o algo así, y lo cambiaron de colegio. Éramos los novios más cool de la primaria, y pudimos serlo también en la secundaria, ¡PERO NO!

De cualquier manera, con él perdí el contacto durante muchos años hasta que lo encontré en las redes sociales… Sí, parezco toda una acosadora, pero en verdad quería saber de él.

Así de mucho me gustaba.

La cosa es que lo encontré, lo agregué, y él me aceptó, pero eso no significa que hablemos, o interactuemos siquiera, solo significa que… Me aceptó y ya. Supe que estuvo saliendo con la hermana de una chica que me cae mal, y la última vez que lo vi, yo estaba afuera de un gimnasio esperando a que mi novio salga, y él estaba entrando.

Fue muy ¡wow! volver a verlo, y mentiría si dijera que no despertó las mariposas en mi estómago. Me sentí culpable después, pero cuando no lo volví a ver se me pasó.

Para cerrar el video de hoy solo quiero decir: Tiago, si ves esto seguramente no lo vas a reconocer porque te cambié el nombre para preservar tu identidad, como a los demás, pero si lo reconocés, quiero decirte que te agradezco por haber sido mi primer amor… Enserio.